Con una meta ambiciosa de ser carbono neutral en los alcances 1 y 2 (emisiones directas e indirectas) para 2025, Itaú Colombia consolida su estrategia ambiental desde una visión regional. “Nuestra hoja de ruta está clara: eficiencia interna, inversión responsable y acompañamiento técnico a quienes quieren hacer parte de una economía más verde”, asegura Cristián Peñafiel, vicepresidente de Gestión Humana del banco.
El plan incluye la instalación de paneles solares en sus oficinas de la Costa Caribe, compras de energía renovable certificada y un agresivo programa de compras verdes. Internamente, Itaú ha mejorado su eficiencia energética y la gestión de residuos, además de involucrar a sus proveedores y colaboradores en mejores prácticas ambientales.
Pero el cambio va más allá del ladrillo: el banco ya aprobó 607 operaciones de crédito en 2024, por $2,5 billones, muchas de ellas alineadas con criterios ASG (factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo). A esto se suma una alianza con WWF Colombia para restaurar 30 hectáreas de páramo, mediante la siembra de frailejones, con impacto directo en las fuentes hídricas del país.
En cartera verde, Itaú financia proyectos como pequeñas hidroeléctricas y edificaciones sostenibles. En el frente social, ha respaldado obras clave como el Hospital de Bosa.
COLUMNA DE OPINIÓN
Cristián Peñafiel, VP de Gestión Humana Itaú Colombia
Como uno de los principales actores del sector financiero en América Latina, Itaú lleva varias décadas movilizando acciones en favor de la sostenibilidad, como una organización consciente de la importancia de afrontar los desafíos que imponen el cambio climático, la transición energética, y el desarrollo social.
Para ello, como líder del sector financiero regional, nos propusimos canalizar al cierre de 2025, recursos en financiación por R$400.000 millones (unos USD 70 billones) hacia empresas y proyectos de impacto positivo, meta que cumplimos a mediados de 2024 y que decidimos ampliar a R$1 billón para 2030 (USD 173 billones).
Sin duda es una cifra importante y su colocación significa un impulso clave para aquellas iniciativas que busquen mejorar la calidad de vida de las personas a futuro. No obstante, para conseguir resultados tangibles, donde la financiación es solo un eslabón, se requiere el compromiso de toda la sociedad.
Empezando por el sector productivo, de donde deben surgir los proyectos; pasando por los gobiernos, que deben acompañar desde la estabilidad regulatoria; y los organismos multilaterales, con su experiencia y capacidad de convocatoria; hasta los inversionistas y consumidores, todos debemos articular esfuerzos para avanzar hacia un mismo sentido: construir un mejor futuro para todos.