Cuando la pequeña tití pielroja llegó al Centro de Atención y Valoración de Fauna del Área Metropolitana (CAV), no podía caminar, padecía raquitismo, sufría de un prolapso rectal, tenía malformaciones óseas en sus extremidades y estaba tan desnutrida que los veterinarios no pudieron tomarle muestras de sangre.
Las autoridades habían dado con su paradero en el municipio de Turbaco, Bolívar, cuando una joven que iba camino a Cartagena durante sus vacaciones de Semana Santa se topó con el animal y lanzó el grito de alerta al concejal de Medellín Álvaro Múnera.
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El concejal, los grupos animalistas de Cartagena, la Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique (Cardique), la Policía Nacional, Avianca y el Área Metropolitana del Valle de Aburrá lograron el rescate de la tití, que llevaba alrededor de un año en cautiverio.
El animal fue trasladado al CAV del Área Metropolitana el pasado jueves 20 de abril y el equipo veterinario, liderado por la médica Marcela Ramírez, empezó de inmediato el tratamiento con analgésicos, antiinflamatorios, nebulizantes y alimentación por sonda.
Sin embargo, los cuidados del personal del CAV, la tecnología y los medicamentos no fueron suficientes para salvar la vida de la tití, que sufrió daños irreversibles en su cautiverio, y finalmente su corazón se paró a las 11:00 a.m. del sábado pasado.
“A la tití encontrada en una casa en el municipio de Turbaco le fallaron sus pulmones, sus riñones, su hígado y su corazón por no haberse desarrollado en su entorno natural, por haber ingerido alimentos que no correspondían a su dieta, por la falta de luz y de nutrientes, y por no haberse desplazado con libertad en un ambiente silvestre”, señaló el Área Metropolitana en un comunicado.