Si lo que necesita es una nariz... de payaso, en la tienda de circo de La Polilla se la tienen.
Si son los zapatos estrambóticos, también.
Es que en La Polilla, como complemento al Festival Mímame, de mimos y clown, aprovecharon que estaría el payaso Montercer Mundo y como éste habita la misma persona que el comerciante Carlos Montenegro -quien también es abogado... y no lo digo por payasear-, le pidieron que lo convenciera de traer su tienda de circo, Caza Pirata, y la estableciera en su sede.
Y fácil. El comerciante trajo bolas de malabares, bolas de contacto, diábolos, pañoletas de seda, cintas de swing. Y cuando le dicen, ah, y vos por qué vendés caro, él dice: es que son cosas suizas, marca Mister Babache. Son de calidad. También tengo elementos nacionales, más baratos, pero mientras este diábolo vibra -y va haciendo malabares con uno de estos objetos que parecen copones- los extranjeros no. Y esto es importante cuando es payaso profesional. Y así todas las cosas.
No trajo monociclos, pero también tiene. Y le pueden pedir los útiles que sean de un circo, hasta las carpas, que él se las mandará de Bogotá, porque la tienda va a quedar permanente en La Polilla. Sonnya Wilches es la vendedora. Pero más por amor a La Polilla que por oficio. Ella es bailarina de danza árabe.
Ella cuenta que en esta tienda de circo juntaron los objetos del bogotano con los de Rulo Clown, un mexicano participante en Mímame, que ofrece más que todo objetos de payaso: las narices, los zapatos, el vestuario, los guantes, las pelucas, los sombreros de arlequín, las bases para pintarse...
Y como en el nuevo circo el payaso también puede hacer malabares y el malabarista hacer reír, la mezcla resulta apropiada.
Pico y Placa Medellín
viernes
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0 y 6