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Los organismos de rescate continúan con las labores de rastreo para dar con la joven Saray Narváez, que desapareció en el embalse de Guatapé y El Peñol el pasado miércoles 6 de abril.
Al equipo de once buzos que desde la semana pasada hacen un barrido por las profundidades de ese cuerpo de agua, se sumó un sistema de monitoreo por drones durante los últimos días.
Según informó el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de El Peñol, dicho registro aéreo se realiza con ondas de alta tecnología y análisis de imágenes, buscando dar más pistas al equipo en terreno para delimitar su búsqueda.
De acuerdo con las primeras investigaciones, el accidente en el que desapareció la joven Narváez se produjo hacia la 1:00 de la tarde del pasado miércoles 6 de abril, cuando en compañía de dos amigas se transportaba en una moto acuática por el embalse.
Durante el trayecto, el vehículo sufrió un volcamiento y lanzó a las tres pasajeras al agua, ninguna portaba chaleco salvavidas.
De las tres ocupantes, solo una logró ponerse a salvo, otra falleció por ahogamiento y la tercera aún se mantiene como desaparecida. Según esos reportes, las tres mujeres eran provenientes de Medellín y se encontraban en la zona pasando sus vacaciones.
Desde la semana pasada, los portavoces de los organismos de rescate explicaron que, pese al número de buzos desplegados, los trabajos de búsqueda se dificultan por la profundidad y la oscuridad del agua.
“A partir de los diez metros de profundidad es como una pieza oscura, no se ve nada. Todo tiene que ser tocado, palpando. Encontrarla es cuestión de suerte”, señaló entonces Albeiro Quintero Ríos, integrante del Cuerpo de Bomberos Guatapé.
Sergio Carmona, inspector fluvial de zonas de embalses, añadió que aunque en lo corrido de este año ya se han producido varios choques entre embarcaciones y otros accidentes, el hecho del pasado miércoles fue el primero en dejar víctimas fatales.