En el último año, en Antioquia hubo un aumento del 89% de las personas lesionadas por minas antipersonal y explosivos en medio del conflicto. Sin embargo, por cuenta de estos artefactos hay otras víctimas que pocos contabilizan y casi nadie denuncia: los animales. Registros extraoficiales hablan de ocho casos, solo este año, aunque ninguna autoridad se aventura a dar una cifra exacta de lo que sucede con ganado, animales exóticos y hasta mascotas que terminan afectados por las explosiones.
Nada más en los últimos tres meses murieron dos mulas, una danta y un perro guía en los territorios donde más concentrado está el conflicto en el departamento (ver recuadros), situación que deja en evidencia que ellos también están expuestos en el conflicto, aunque poco figuran en denuncias y registros oficiales de los hechos.
Un líder social de Anorí, que prefirió mantener su nombre en reserva por seguridad, manifestó que “mucho ganado se ha visto expuesto a estos elementos, porque pasan por donde están los artefactos y terminan muriendo por estas detonaciones, lo que ha generado miedo entre las poblaciones”.
De hecho, aseguró que los campesinos que se encuentran en estos territorios optan por evacuar sus animales y dejar sus predios solitarios para evitar que estos terminen expuestos a estos artefactos mientras pastan, alumbran y producen.
“Muchos han optado por irse de los territorios para proteger lo que les queda, muchas veces, de su ganado o sus animales, lo que termina también golpeando la economía de las comunidades”, señaló el líder de este municipio del Nordeste, uno de los más afectados por las disputas entre ELN, disidencias de las Farc y Clan del Golfo.
Y si bien esta es la principal afectación por explosivos en Antioquia, no es la única, puesto que, cuando lo ven necesario, los grupos criminales también usan, principalmente a los animales de carga, para cargarlos con explosivos y metralla hasta las zonas donde hay militares y, sin importarles sus vidas, accionan estos elementos, tal como ocurrió el pasado 9 de julio en Valdivia con una mula bomba, que dejó un militar muerto y dos más heridos.
De acuerdo con Juan Esteban Builes, vocero de la Fundación Santuario La Voz de Goyo, esta situación se presenta porque en Antioquia muchos de los animales están a la deriva en zonas rurales abandonados por la institucionalidad, lo que los hace muy propensos al accionar de las estructuras armadas y que las leyes son poco rigurosas para afrontar este problema.
“La nueva ‘ley Ángel’ poco cambia la realidad de los animales, porque si un animal no muere pese a ser torturado y maltratado, entonces la condena es excarcelable y en la actualidad ellos están a su suerte, principalmente en los territorios más violentos”.
Las cifras de animales muertos en la lejanía, de acuerdo con consultas al Ejército Nacional y a la Policía Antioquia, no se tienen con exactitud porque “muchos de los dueños de los animales muertos optan por dejarlos abandonados y simplemente no denuncian los casos”, según explicaron ante la consulta.
El comandante de la Policía Antioquia, coronel Óscar Mauricio Rico, reconoció que los animales se ven tan expuestos al conflicto como las personas y que ante eso se viene haciendo un trabajo articulado para afrontar hechos con la de la mula bomba o los animales que caen en las minas.
Todo esto de la mano con el proceso de desminado humanitario que realizan tanto desde el Batallón de Ingenieros de Desminado Humanitario del Ejército Nacional como por parte de la organización The Halo Trust, por mencionar a algunas.
Durante este año, solo por parte del Ejército Nacional, se han destruido 14 minas antipersonal, en territorios que tienen identificados de alta presencia de estos elementos.
Pero su labor presenta muchos contratiempos, como las intimidaciones que viven algunas organizaciones por parte de los criminales, tal como le sucedió a The Halo Trust, a quienes obligaron a suspender el desminado en Antioquia, dejando a la deriva a poblaciones y a sus animales.