<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

Las formas de aquellos sitios donde habita la fe

En Medellín no predominan las iglesias neogóticas o neorrománicas, sino las de estilo moderno.

  • Las formas de aquellos sitios donde habita la fe
  • Las formas de aquellos sitios donde habita la fe
  • Las formas de aquellos sitios donde habita la fe
  • Las formas de aquellos sitios donde habita la fe
  • Las formas de aquellos sitios donde habita la fe
  • Las formas de aquellos sitios donde habita la fe
Las formas de aquellos sitios donde habita la fe
29 de marzo de 2018
bookmark

En el Valle de Aburrá hay nada menos y nada más que 350 parroquias. Ese el registro de la Arquidiócesis de Medellín, aunque reconoce que hay varios templos que pertenecen a comunidades religiosas y están pendientes de entrar en ese listado.

Pese a que las iglesias neogóticas o neorrománicas son las que predominan en el imaginario de los católicos —y a falta de un inventario detallado que las clasifique— la arquitecta de la Curia, Rosario Vargas, afirmó que no son estas las de mayor número en la ciudad, sino las de diseños más modernos.

Subrayó que no está bien hablar de estilos románicos o góticos a secas, sino que se debe anteponer el prefijo neo, porque si bien se inspiraron en esas escuelas, fueron templos edificados entre los siglos XVIII y XX, cuando habían terminado tales corrientes. Además, “las iglesias no suelen tener estilo único, son eclécticas. Es decir, toman elementos de diferentes épocas”, afirmó Vargas.

Señaló que lo clásico se distingue por las columnas, lo moderno por los vaciados en concreto y ventanales sin figuras religiosas, lo románico por los arcos de medio punto y lo gótico por los rosetones y porque parece que sus torres en punta se alzaran hacia el cielo.

“Quizás a las construcciones más modernas les hace falta más referencia hacia lo católico, para que no terminen pareciéndose a centros de otras religiones, a auditorios o a parques biblioteca”, observó Vargas.

EL COLOMBIANO presenta cinco templos que son referentes arquitectónicos de Medellín, entre ellos San Ignacio, Jesús Nazareno y la Basílica Menor La Candelaria que, a la vez, hacen parte de la lista de bienes patrimoniales del Ministerio de Cultura junto a otros como la Catedral Metropolitana y las iglesias La Veracruz, El Calvario, Nuestra Señora de los Dolores y Sagrado Corazón de Jesús

ESTILO NEOCLÁSICO

Las formas de aquellos sitios donde habita la fe

NOMBRE: BASÍLICA NUESTRA SEÑORA DE LA CANDELARIA
Creación: La construcción de este templo empezó en marzo de 1768 y abrió sus puertas en febrero de 1776.
Arquitecto: José Varón de Chávez.
Ubicación: Costado oriental del Parque de Berrío, en el Centro de Medellín.

Descripción: El padre Diego Uribe explicó que esta fue la primera parroquia de la ciudad, el templo con el cual nació la Villa de Nuestra Señora de La Candelaria, como se bautizó inicialmente a Medellín. “Se le dio ese nombre porque se la escogió como patrona de la ciudad. Está representado por la imagen de la Virgen María que lleva en sus brazos a Cristo, luz del mundo”, detalló. El origen de esta advocación mariana está en Tenerife, España, y la celebración se lleva a cabo el 2 de febrero, cuando la que fue la primera catedral de la capital antioqueña también se engalana para celebrar. Hay que aclarar que en 1931, cuando se terminó de construir la Basílica Metropolitana, en el Parque Bolívar, esta iglesia pasó a ser Basílica Menor.

El estilo arquitectónico de este templo corresponde al neoclásico, que comenzó a verse desde mediados del siglo XVIII y se prolongó hasta el XIX. José Manuel Gómez Vidal, arquitecto y experto en historia del arte, detalló que se destacan las columnas con estilo dórico y jónico, es decir, sin decoraciones ni figuras. “Podemos afirmar que tiene algo de frialdad, se dio mucho en América Latina después de la Independencia”, subrayó. Agregó que estas iglesias no tienen muchos colores y, por dentro son simples, las ventanas suelen estar acompañadas de baluartes o columnillas y las pilastras que la sostienen son cuadradas y terminan en triángulos que evocan a la Grecia antigua.

Las campanas de este templo fueron traídas de Nueva York (EE. UU. ). Están afinadas en Do, Mi y Sol, y son llamadas pascasias porque fueron donadas por Pascasio Uribe.

Néstor Armando Alzate, en su libro La Bella Villa, cuenta que durante gran parte del siglo XX, los medellinenses cuadraban sus relojes con el de La Candelaria, porque era el que daba la hora oficial de la ciudad.

ESTILO NEOBARROCO

Las formas de aquellos sitios donde habita la fe

NOMBRE: PARROQUIA SAN IGNACIO DE LOYOLA
Creación: En 1803 comenzó a edificarse esta iglesia, reinaugurada por los jesuitas en 1886 con su aspecto actual.

Arquitecto: Agustín Goovaerts.

Ubicación: En la plazuela de San Ignacio, costado oriental, en el Centro de Medellín.

Descripción: Inicialmente tenía otro nombre y otra fachada. Cuando se construyó se conocía como Iglesia de San Francisco, porque los franciscanos fueron quienes impulsaron su construcción.

El templo tenía un aspecto más simple y era más pequeño. El padre Diego Uribe relató que el cambio se dio luego de que esta orden, que apoyaba la causa realista, salió de Medellín tras la Independencia de Colombia. Entretanto el templo fue ocupado militarmente hasta 1885, cuando Marceliano Vélez, jefe del Estado de Antioquia, devolvió el edificio a la Iglesia, específicamente a la orden de los jesuitas quienes en honor a San Ignacio de Loyola, su fundador, le pusieron su nombre.

Cuando se remodeló este templo se le imprimió un estilo neobarroco, inspirado en la corriente arquitectónica de los siglos XVII y parte del XVIII. José Manuel Gómez Vidal, experto en historia del arte, destacó que se caracteriza por tener mucha teatralidad, exceso de elementos decorativos, tanto en fachadas como en interiores. “Todo lo contrario del neoclásico. Son iglesias ornamentadas con altares llenos de figuras en las que predomina el dorado y santos por todas partes”, dijo.

Esto se debía a que por medio de lo llamativo a la vista, en América Latina se buscaba atraer la mirada de los indígenas y evangelizarlos, explicó Gómez Vidal, y agregó que eso no funcionaba con estructuras más simples.

Por lo tanto, en la fachada de la iglesia de San Ignacio se pueden ver grabados de ángeles entre las columnas; flores y otros diseños encima de las ventanas.

El arquitecto Pedro Pablo Lalinde subrayó que ni las cúpulas ni las torres se salvan de la gran cantidad de decoración por la que se reconoce un templo barroco o neobarroco.

ESTILO NEOGÓTICO FLORIDO

Las formas de aquellos sitios donde habita la fe

NOMBRE: IGLESIA SEÑOR DE LAS MISERICORDIAS

Creación: Diez años tardó la construcción de este templo, los trabajos iniciaron en 1921 y terminaron en 1931.

Arquitecto: Andrés Lorenzo Huarte.

Ubicación: Avenida Ecuador con calle 67, en el barrio Manrique.

Descripción: La devoción a Jesús de las Misericordias fue adoptada por la orden de los carmelitas descalzos en el mundo. Empezó con los diarios de la monja polaca Santa Faustina Kowalska, quien escribía sobre sus diálogos con Jesucristo. Por esta razón, y al ser el de Manrique un templo construido por esta comunidad religiosa, tomó el nombre de esta advocación. “Le dedicaron el templo a Jesús crucificado, propio de su orden religiosa. Santa Teresa y San Juan de la Cruz, inspiradores de los carmelitas descalzos, eran muy devotos de la Pasión de Cristo”, detalló el padre Diego Uribe.

La Arquidiócesis precisó que su edificación fue posible gracias a una herencia que recibió la hermana carmelita Ana de San Agustín y que inicialmente rendía culto a la Inmaculada Concepción; solo desde 1961 pasó a ser el templo en honor al Señor de las Misericordias.

La iglesia tiene corte neogótico florido. El arquitecto Pedro Pablo Lalinde describió que en esta corriente los edificios suelen tener varias torres altas que terminan en punta y el edificio es muy vertical para parecer como que apunta hacia el cielo. “Las ventanas terminan en ojivas, que no son arcos o semicírculos sino terminaciones en punta; además se destacan los rosetones, las ventanas redondas, y el florido en especial se refiere a una recarga de adornos de flores y otras figuras en cada detalle de la construcción”, comentó.

Por ejemplo, el templo de Manrique tiene una torre de 60 metros de alto que, según el experto José Manuel Gómez Vidal, para sostenerse no debe ser pesada o maciza, por eso, presenta perforaciones.

“El neogótico es un retorno hacia el medioevo. El florido es un gótico tardío que se dio más que nada en la península ibérica, imitando al original: el francés”, anotó.

ESTILO NEOGÓTICO FRANCÉS

Las formas de aquellos sitios donde habita la fe

NOMBRE: PARROQUIA JESÚS NAZARENO

Creación: En 1941 se puso la primera piedra, doce años después, en 1953, esta iglesia fue inaugurada.

Arquitecto: Vicente F. Galicia Arrue.

Ubicación: Avenida Juan del Corral con calle 61, barrio El Chagualo.

Descripción: Esta iglesia nació pegada a una capilla que había sido construida en 1895 como lugar de oración para quienes entraban a la ciudad por la carrera Carabobo. Los terrenos eran de la familia Echavarría que los donó e impulsó la construcción de la pequeña ermita. “Cuando se comenzó a levantar la nueva iglesia, a cargo de los misioneros claretianos (que habían llegado a Medellín en 1925), la imagen de Jesús Nazareno ya estaba en el corazón de la gente. Por eso, aunque esta orden tiene su devoción en el Inmaculado Corazón de María, se conservó el nombre que tenía la ermita (que fue destinada como biblioteca de la comunidad religiosa) y se ubicó a la virgen en lo más alto del nuevo templo”, contó el padre Diego Uribe.

El historiador Carlos Gaviria Ríos subrayó que la iglesia juega un papel importante para todas las personas que tienen familiares hospitalizados en centros de salud y funerarias próximas, y desean un lugar para orar.

A diferencia del templo de Manrique, la iglesia Jesús Nazareno tiene un estilo neogótico francés; aunque el arquitecto Pedro Pablo Lalinde manifestó que, como la mayoría de las iglesias de Medellín, se define como ecléctica porque mezcla muchos tipos de arquitectura.

El neogótico francés suele estar representado en iglesias más altas —explicó José Manuel Gómez Vidal—, con muchos más pináculos (torres en punta como agujas), tiene un diseño más limpio, sin tantos ornamentos, y destaca los rosetones tradicionales de la corriente, pero hay más figuras geométricas en sus ventanas.

Por otro lado, la arquitecta Rosario Vargas anotó que en su interior sobresalen las estaciones del viacrusis que fueron talladas en madera y acompañan el recorrido hacia el altar.

ESTILO MODERNO

Las formas de aquellos sitios donde habita la fe

NOMBRE: PARROQUIA DE LA CONSOLATA

Creación: Las obras de esta moderna edificación empezaron en septiembre de 1967 y terminaron en septiembre de 1972.

Arquitecto: Apolinar Restrepo.

Ubicación: Avenida Nutibara con calle 42, barrio Laureles.

Descripción: Su nombre viene de consuelo porque la construcción de este templo fue encomendada a los padres misioneros de la Consolata, que llegaron a Colombia en 1947. “Es una devoción italiana que habla de la virgen como fuente de consuelo para los devotos”, comentó el padre Diego Uribe para explicar el porqué se bautizó así a esta iglesia.

La Consolata hace parte de los templos más modernos de la ciudad, con acabados que rompen estereotipos arquitectónicos habituales como neogóticos o neoclásicos. José Manuel Gómez Vidal, experto en historia del arte, definió la corriente como estilo geométrico del siglo XX.

El autor del diseño de esta iglesia, Apolinar Restrepo, le imprimió unos diseños que se asemejan a otro edificio urbano que también ideó: el aeropuerto Olaya Herrera. Por su parte, el urbanista Luis Fernando Arbeláez comentó que el edificio es una estructura de ingeniería osada que quedó incrustado en un barrio de clase media: Laureles.

“Esta iglesia tiene paraboloides consecutivos vaciados en concreto, que son lo que parece como una campana o un sombrero. Ese es su mismo soporte o su esqueleto, su fachada. No tiene grandes columnas o vigas y eso la diferencia de otras”, explicó la arquitecta Rosario Vargas, y agregó que en su interior los acabados en madera contrastan con su coraza gris.

Pedro Pablo Lalinde, arquitecto, señaló que La Consolata responde a las corrientes de los 50-60, cuando se pusieron de moda las fachadas de concreto, y la relacionó con otros templos de la ciudad como Santa Gema o Santa Teresita, construidos por las mismas fechas y, que al igual que la iglesia en forma de sombrero, se distinguen por sus fachadas de concreto sin grandes columnas ni ornamentaciones.

Infográfico

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD