El 7 de enero de 2016, la contralora (e) de Medellín, Carmen Cecilia Escobar David, le ordenó a una subalterna que tomara un radicado de un documento anulado el 5 de enero de 2016 y lo usara para meter en el sistema electrónico Mercurio, con esta última fecha, la renuncia de Sergio Zuluaga Peña al cargo de contralor Auxiliar de Responsabilidad Fiscal.
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Como parte de ese proceso, el mismo 7 de enero el memorando de la renuncia de Zuluaga Peña pasó por la taquilla de la entidad, y allí le pusieron como si hubiera ingresado el 5 de enero, a las 8:39 minutos de la mañana.
¿Qué necesidad había de incurrir en estos hechos?
Resulta que el servidor público Sergio Zuluaga Peña se presentó en varios municipios del Valle de Aburrá a convocatorias para cargos como contralor y personero. Ese 7 de enero, en particular, estaba en la baraja de 20 candidatos para la Contraloría General de Antioquia. De 26 diputados, 20 votaron por él.
El entonces presidente de la Asamblea, Rubén Darío Callejas Gómez, certificó que Zuluaga Peña fue elegido contralor y tomó juramento ese día, como consta en el acta número 4; que la sesión comenzó a las 9:00 de la mañana, pero que como ese asunto estaba previsto en el punto 3, “no se puede establecer con exactitud la hora de la elección”.
Extraña respuesta, considerando que la Asamblea graba las sesiones. Revisado, por ejemplo, el video de esa sesión en su canal de Youtube, se aprecia que Zuluaga Peña juró como contralor de Antioquia el 7 de enero de 2016 antes de las 11:30 a.m.
Cuando juró defender la Constitución y las leyes de la República como Contralor de Antioquia, Zuluaga no podía ser, simultáneamente, contralor Auxiliar de Medellín.
Así lo ordena la Constitución, en su artículo 128: “nadie podrá desempeñar simultáneamente más de un empleo público ni recibir más de una asignación que provenga del tesoro público, o de empresas o de instituciones en las que tenga parte mayoritaria el Estado, salvo los casos expresamente determinados por la ley. Entiéndese por tesoro público el de la Nación, el de las entidades territoriales y el de las descentralizadas”.
Una denuncia anónima, salida de la Contraloría de Medellín, alertó, sobre la presunta dualidad de cargos en que habría incurrido Zuluaga Peña. También dio las claves de la presunta manipulación de documentos para sacar al funcionario de ese lío, por parte de una funcionaria del más alto nivel.
Consultado sobre el tema, el hoy Contralor General de Antioquia expresó que él, personalmente, le entregó su carta de renuncia a Carmen Cecilia Escobar David, quien era subcontralora y contralora (e) de Medellín.
De la fecha no estuvo seguro, pues dijo que fue el 5 de enero o el día antes de la elección de contralor de Antioquia. Lo que sí tenía fresco es que no radicó la renuncia en el sistema Mercurio y sostuvo que desconoce todo lo que pasó de ahí en adelante.
“En ese tema yo me confié. Yo le dije, mira, te presento mi renuncia. Ella me dijo, listo, yo te la radico y todo el asunto. Pero, además, es un trámite administrativo que no tiene en nada qué rayar con el procedimiento mismo de la renuncia. La renuncia no es renuncia porque usted la radique dentro del Mercurio, sino porque la presente. Y se la presenta a la persona que tiene qué darle la renuncia y eso fue lo que yo hice. Incluso le dije a ella, bueno, confío en que la metas en Mercurio, haz tu el resto del trámite administrativo, que es el que te corresponde a vos”.
¿O sea que lo que pase de ahí para allá es responsabilidad de Carmen Cecilia Escobar David?
“El sistema y la situación que adentro ella haya manejado o no. Ella me acepta la renuncia de manera irrevocable”.
“Eso era de él”
Al preguntarle sobre el asunto, Escobar David, contralora (e) de Medellín para la época de los hechos, aseguró que “a mí no me correspondía radicar la renuncia. Eso era de él. Por eso digo que se generó un error de comunicación”.
Un presunto error, que ella explicó así.
El 5 de enero de 2016 Zuluaga Peña fue a su oficina, más o menos a la 1:30 de la tarde, y le entregó su carta de renuncia. Ella supuso que el subalterno la había radicado en Mercurio y esperó a que, por el sistema electrónico, le llegara el respectivo radicado.
Ese radicado de la renuncia de Zuluaga Peña no llegó el 5 de enero. Tampoco el 6, cuando ella procedió a aceptarle la renuncia, la cual quedó con el radicado número 017000-201600000300. Para la abogada, con eso hubiera bastado. Inclusive, consideró que hubiera podido declarar insubsistente a Zuluaga Peña, evitando así los problemas que luego se presentarían, pero no lo hizo porque “con ello no honraba la verdad”.
Agregó que el 7 de enero, cayeron en cuenta que se estaban haciendo en la Asamblea de Antioquia las elecciones para contralor departamental y que Zuluaga Peña estaba participando. Entonces, “preocupada por la legalidad de la forma” y para darle total realidad a la renuncia del subalterno, llamó a una empleada de gestión documental y le dijo: “necesito un radicado viejito”.
El “radicado viejito” se tomó de una constancia de estudios que Luz Elena Mira Olano, decana de la Facultad de Derecho de la Unisabaneta, le dio al estudiante Juan Bernardo Bedoya Monsalve, técnico operativo de la entidad. El certificado ingresó a Mercurio con radicado 201600000135 del 5 de enero de 2016, a las 8:39 de la mañana y había sido anulado. Esa anulación solo puede realizarse con la autorización del secretario General de la Contraloría de Medellín, según lo reglamentó la misma Carmen Cecilia Escobar David cuando ocupó ese cargo.
Por orden de la abogada Escobar David, revestida del poder de contralora (e), ese “radicado viejito” del técnico Bedoya Monsalve se le puso a la renuncia de Zuluaga Peña, con lo cual quedaba, dentro del sistema Mercurio, como si la última hubiera ingresado el 5 de enero de 2016 y no el 7 de enero.
Para poder hacer esta operación, la contralora (e) pasó la renuncia de Zuluaga Peña por la taquilla de la entidad. Allí le pusieron también el sello de radicado 201600000135, con fecha 5 de enero de 2016 a las 8:39 de la mañana.
Las inconsistencias siguen. En documentos conocidos por este diario, se aprecia que la contralora (e) entró a Mercurio el documento “original” de la renuncia de Zuluaga el 7 de enero de 2016 a las 2:48 de la tarde, y resulta que el funcionario se había convertido en el contralor departamental ese día, antes de las 11:30 a.m.
En concepto de la excontralora (e), Zuluaga Peña no violó la norma que les impide a los servidores públicos desempeñar dos cargos, pues, anotó, “él nunca recibió salario por el día 7 de enero de 2016” como contralor Auxiliar en la Contraloría General de Medellín.
No obstante, documentos oficiales conocidos por este diario, revelan que el 8 de enero de 2016 Zuluaga Peña, que ya era contralor General de Antioquia, siguió actuando como contralor Auxiliar de Medellín. En el sistema Mercurio, que no usó para tramitar su renuncia, consta que a las 9:07 de la mañana, con radicado 201600000460 y con Claudia Marcela Giraldo Velarde como destinataria, hizo un “TRASLADO DE HALLAZGOS FISCALES PARQUES DEL RÍO”, como se lee textualmente.
La abogada Escobar David trabaja hoy como asesora de la Contraloría de Antioquia. El titular del despacho se la llevó porque, comentó ella, Sergio Zuluaga Peña necesitaba de una persona de confianza que le revisara todo lo que le remitiera la oficina Jurídica.
El criterio de la funcionaria es que ella no incurrió en el presunto delito de falsedad en documento público, porque los documentos montados a Mercurio son originales.
La abogada aseguró que “el único error fue usar un radicado anulado. Ese fue mi error de forma. Esa fue una tontería mía. Con el radicado terminado en 300 (en que aceptó la renuncia de Zuluaga Peña) era suficiente”.
La servidora pública se mostró tranquila frente a la manera como actuó en este caso. Con esa misma tranquilidad está encarando, junto con el contralor de Antioquia, la investigación de tipo disciplinario que adelanta la Procuraduría General de la Nación, identificada con el número 2016-66149.
Su origen es una queja anónima contra la excontralora (e) de Medellín, por presuntas irregularidades, falsedad ideológica en documento público y fraude procesal. No obstante, para Carmen Cecilia Escobar David, lo que ella hizo “jurídicamente no tiene trascendencia”.