Cada vez son más voces alarmadas por el rumbo de Medellín

El alcalde suele tachar de uribistas a quienes lo critican. Pero ahora se suman reconocidos personajes de izquierda e independientes.

Daniel Quintero, alcalde de Medellín. Foto Camilo Suárez

Esta fue una semana difícil para el alcalde de Medellín Daniel Quintero. Del revuelo que causaron sus declaraciones a la revista Semana contra un sector del empresariado antioqueño, del que dijo utilizaba actividades ilícitas al esilo del extinto narcotraficante Pablo Escobar, se desprendió una lluvia de críticas que más allá de descalificar sus afirmaciones o de anunciar acciones legales en su contra, apuntaban a demostrar cómo el mandatario en esa lucha desaforada contra quienes considera sus enemigos está poniendo en riesgo la institucionalidad de la ciudad.

Pero no solo fueron las declaraciones y comunicados de prensa que llegaron desde distintos sectores como la academia, los empresarios, líderes gremiales, exalcaldes y ciudadanos en sus redes sociales (de los cuales recogemos aquí algunos de ellos), también los organismos de control anunciaron el inicio de investigaciones que comprometen no solo al alcalde sino también a dos de sus secretarios de despacho: Esteban Restrepo (Gobierno) y Juan Pablo Ramírez (Inclusión Social).

Fue así como la Procuraduría abrió una indagación preliminar ante la presunta violación a la libertad de prensa que habrían protagonizado Quintero y su secretario de Gobierno, por sus declaraciones contra medios de comunicación, especialmente, contra EL COLOMBIANO. Esto a raíz de una investigación de este diario en la que se dejaba en evidencia cómo los funcionarios del círculo cercano a Quintero tenían a sus familiares en puestos de poder dentro de la Alcaldía y sus entidades descentralizadas. Tanto el alcalde como Restrepo deberán responder en este caso y la Procuraduría determinará si cometieron o no una falta disciplinaria.

También la Fiscalía abrió noticia criminal contra Quintero y el secretario Ramírez, lo que indica el inicio de una investigación, para determinar si desde la administración municipal se ejerció o no presión indebida a contratistas para que aportaran recursos a una causa política, a través del pago de una membresía a la ONG “El futuro se parece a nosotros”, un hecho que fue denunciado por la exdirectora de la Unidad de Niñez Pilar Rodríguez. En este caso, se investiga la posible ocurrencia de los delitos de concusión y cohecho de ambos funcionarios.

El otro revés de Quintero vino de la mano de un juzgado que negó por improcedente la tutela que interpusieron 12 personas, entre ellas varias contratistas, contra la Registraduría al considerar que sus firmas habían sido suplantadas durante la recolección de los apoyos para la revocatoria, con lo cual el proceso sigue su curso, a la espera de la decisión del Consejo Nacional Electoral que tiene la última palabra antes de que se pueda llamar a las urnas para votar si Quintero se queda o se va.

Lo que está ocurriendo con el gobierno de Quintero ha despertado una ola de reclamos e indignación, que no solo viene del uribismo, como lo ha expresado el alcalde y su equipo de trabajo de manera insistente, sino de diversos sectores que coinciden en que más allá de las ofensas contra la clase empresarial, el desconocimiento de la historia de la ciudad y el discurso divisionista del alcalde, Medellín requiere retomar el rumbo. Como lo expresó el exalcalde Alonso Salazar esta semana: “Quintero ha logrado despertar una generalizada indignación ciudadana que no se veía hace tiempo en Medellín” y ello ha llevado, según lo concluye, a que “múltiples formas de control y oposición ciudadana se están fortaleciendo para salvar a Medellín, hay que apoyarlas”.