En Sabaneta hay una mole de cemento que causa muchas preguntas al transeúnte. Está junto a Las Vegas y tiene más de 20 pisos. En el primero hay unas cortinas y ropa tendida, como si alguien viviera allí, pero la realidad es que el edificio lleva años en el abandono, inconcluso, deteriorándose al sol y al agua.
El caso de ese edificio ejemplifica lo que pasa en otras zonas del Valle de Aburrá. Su construcción comenzó en 2014, bajo la responsabilidad del Fondo de Vivienda e Interés Social y Reforma Urbana de Sabaneta —Fovis—. En 2017, sin embargo, las obras se frenaron y entonces comenzó un lío judicial entre el Fovis, el consorcio que lo construía y 55 familias que ya habían pagado parte de los apartamentos.
Pero, antes de entrar en detalle de lo que ha pasado con esa disputa legal, hay que comentar que el edificio se ha vuelto un dolor de cabeza para los vecinos, como pasa en otras zonas donde también hay construcciones abandonadas.
Roberto Antonio Álvarez, un vecino del sector, dice que han sido cinco años de padecimiento desde que cesaron las obras. El edificio inconcluso conforma un callejón oscuro del que se han apoderado los consumidores de vicio. “Eso antes no era así, porque era una zona verde. Ahora se junta un montón de gente ahí a tirar vicio y no hay nadie que vigile”, dice el vecino.
Otra habitante del sector, que prefiere no dar su nombre, se queja de las invasiones de ratas que vienen desde el edificio. Tiene un negocio en el barrio y se entusiasmó cuando le dijeron que construirían las torres. “Pensé que se me iba a mover más el negocio, que iba a venir más gente, pero eso solo se ha vuelto un problema”, se queja la vecina.
La situación se ha hecho más grave con el paso del tiempo. De la parte superior, por ejemplo, se han desprendido pedazos de la estructura, cayendo sobre la acera y poniendo en riesgo a la comunidad. Y es cierto, arriba, casi en el último piso, hay unos tubos que comenzaron a desprenderse. Aunque la Alcaldía ha dicho varias veces que las obras comenzarán de nuevo, en el barrio ya nadie cree. “Esto no solo se ve feo, sino que nos desvalorizó las propiedades”, lamenta Roberto Antonio.
Los vecinos cuentan que, cada tanto, aparece alguno de los 55 propietarios que ya habían puesto plata. Aunque algunos son optimistas, otros, dicen en el barrio, lloran viendo la estructura cada vez más deteriorada.
Julio César Ospina, gerente del Fovid, reveló que hubo un acuerdo judicial entre las partes. Es decir, se suspendieron las demandas, como en una tregua, para darle solución al problema. De una parte, Conciviles y Maquinaria Limitada, el constructor, tenía demandada al Fovid, que a la vez tenía demanda contra la constructora y además estaba demandada por los propietarios.
Ahora se está haciendo una fiducia para comenzar las obras de nuevo en marzo de este año. Sin embargo, antes hay que hacerle un estudio patológico para ver cómo está la estructura, que lleva cinco años abandonada.
La escena se repite en La Estrella, en el sector Suramérica, donde varias torres fueron abandonadas hace años. El sector, desde entonces, se deprimió. Hoy es un botadero de escombros en el que, incluso, han aparecido cadáveres en bolsas. En el edificio, que tiene ya las paredes comidas por el moho, habita una persona que vigila que no entren a robar o a consumir drogas.
En Sabaneta también están abandonados dos edificios desde hace más de 10 años, en Aves María. La escena se repite en Medellín, en la avenida Bolivariana con la 65, y en el barrio Calazania. En Bello hay otro caso, cerca a la plaza de mercado.
Es un mal callado, que deja a las administraciones municipales de brazos cruzados, pues son líos entre privados. Queda, como en Sabaneta, la zozobra de muchas familias que se soñaron una casa propia