viernes
7 y 9
7 y 9
La cuadra en Lovaina donde la semana pasada ocurrió la emergencia, por el colapso de la losa de una bodega de reciclaje, es un hervidero.
Campaneros que miran para todos los lados, habitantes de calle que buscan refugio en las drogas a plena luz del día y pequeños furgones que cargan y descargan materiales y los guardan en casas acondicionadas de manera informal, para servir como depósitos, es el panorama que se ve en el cruce de la carrera 50c (Popayán) con la calle 67.
En ese contexto hostil, el pasado miércoles colapsó el piso de una de las bodegas en las inmediaciones de la estación Hospital del metro: un obrero, identificado como Juan Esteban Tapias, murió y tres más resultaron lesionados. La cámara de seguridad del lugar captó el momento exacto de la emergencia y el video se regó como pólvora en los medios de comunicación y en diversos grupos de WhatsApp.
Puede leer: Emergencia por colapso de bodega en el centro de Medellín
Recorrido industrial
Este tipo de emergencia, que no es muy frecuente en la capital antioqueña, evidenció la problemática que representa el cambio de la destinación de edificaciones que pasan de ser viviendas habitadas por familias a ser utilizadas como bodegas o depósitos.
Así lo evidenció EL COLOMBIANO, en un recorrido por algunas zonas industriales de la ciudad, donde se puede percibir que espacios de este tipo conviven en varios barrios con locales comerciales o zonas que son en su mayoría utilizadas como talleres de mecánica automotriz.
Además de Lovaina, los otros sectores donde se presenta esta dinámica son algunos puntos del barrio Miranda, Brasilia, Chagualo, Caribe y en las inmediaciones de Villanueva, en el centro de la ciudad.
La prevención es clave
Juan Andrés Oviedo, doctor en Ingeniería Estructural, explicó que los profesionales que estén al frente cuando se va a hacer el cambio de uso, por ejemplo de vivienda a bodega, deben tener muy claro para qué se va a utilizar y cuáles son las condiciones actuales de la edificación para poder determinar si sí podrá soportar las nuevas cargas a las que será sometida la estructura con el cambio de uso.
“Todo eso está contemplado en la NSR 10 que es la normatividad y que indica que hay que hacer estudios de vulnerabilidad, tanto de carga vertical como de terremoto, y eso arroja la capacidad que tiene la edificación para soportar las cargas nuevas y, eventualmente, qué alternativas se pueden adoptar para que resista”, indicó el vocero.
Oviedo detalló además que siempre será clave contratar empresas especializadas de ingeniería para que decidan si la estructura es apta o no para el cambio de destinación.
¿Quién controla?
Para evitar que tragedias como las de la semana pasada vuelvan a ocurrir debe existir un engranaje entre dependencias de la Alcaldía como Planeación, Gestión y Control Territorial, las inspecciones de policía y las Curadurías de la ciudad.
Sobre este tema, la Secretaría de Gestión y Control Territorial contó que es la encargada de hacer seguimiento al cumplimiento del POT en territorio, pero que necesita siempre del apoyo de las inspecciones de policía son las encargadas de sancionar, de acuerdo al nuevo código de policía. Las curadurías, por su parte, son las encargadas de expedir los permisos necesarios para construir o adecuar un terreno público o cambiar la destinación de una edificación.