“Lo bueno es que la gente en la calle ni siquiera me dice alcalde sino Fico. No llegué a la alcaldía buscando poder sino a trabajar por la gente. Ha sido el gobierno de la gente. He estado en todas, especialmente en las dificultades, ya la gente determinará cómo me recuerda”.
Recibió críticas en el cuatrienio, ¿cuál es justificada?
“Si algo le aprendí a mis papás, que hoy no están conmigo, fue el respeto por los demás. Pensar diferente no puede ser motivo para agredirnos. He sido respetuoso, las críticas son advertencias sociales. Si uno quiere que le vaya bien a la ciudad, ¿por qué no escuchar? En momentos tuve la razón y, en otros, la tuvieron los críticos. Es lo que necesita el país, aprender a escuchar”.
¿Cuáles fueron los momentos más difíciles?
“Hidroituango, sin duda. Más allá de lo que significaba no tener el control del proyecto lo más difícil era que estuvieran en riesgo las personas. Fueron días y noches de incertidumbre. Otro momento difícil, que nos enseñó mucho, fue la caída del avión del Chapecoense. Se despertó una solidaridad que nos permitió reencontrarnos como sociedad. Otros momentos difíciles fueron las muertes, especialmente las de los niños”.
¿Le alcanzó el tiempo para cumplir sus promesas?
“A estas alturas se puede sentir nostalgia, pero siento que es importante saber dejar el poder y entender que desde cualquier espacio se puede seguir trabajando por la ciudad. Falta avanzar mucho en disminuir las brechas sociales. La ciudad ha cambiado, se ha transformado físicamente, pero todavía falta tener una gran transformación social en los hogares y en las familias”.
¿Qué piensa del nuevo gobierno, cree que continuará políticas más allá de que sean o no de su alcaldía?
“Le deseo lo mejor a él (Quintero), a su equipo, a su familia y a Medellín. Las diferencias políticas no pueden estar por encima de los intereses colectivos”.
La Procuraduría le abrió una indagación por presunto proselitismo en elecciones. ¿Tiene fundamentos el proceso?
“En absoluto, si alguien ha sido respetuoso de las normas he sido yo. En esta administración la gente ha visto mi actuar, mi interés ha sido trabajar. Soy respetuoso de los órganos de control. Cualquier persona que haya gobernado tiene procesos. Tengo la conciencia tranquila”.
Apostó por la recuperación del Centro, ¿se va con alguna deuda de esta comuna?
“Ha sido la intervención más ambiciosa que ha tenido el Centro en épocas modernas. La inversión, sumando infraestructura, redes, corredores verdes y la línea eléctrica de metroplús, es de $510.000 millones. Es un Centro transformado pero apenas es la primera fase, siguen retos en lo social, en seguridad, en espacio público, en vivienda. El Centro estaba en completo abandono cuando llegamos”.
¿Por qué no alcanzó a entregar el cable de Picacho?
“Hicimos todo lo que nos correspondía, que era tener los recursos disponibles. Los contratistas han argumentado que se pudieron presentar retrasos por la gestión predial. Vamos a dejar las obras en 93 %. Espero que se pueda entregar en abril. Como gobernante uno quiere entregarlo todo, pero para mí son más importantes los tiempos técnicos que los políticos”.
La Ciudadela Universitaria de Occidente es otro proyecto grande, ¿la inaugurará?
“La fase uno, la de edificios, queda terminada y quedan financiados los otros bloques de la fase dos, además con todos los contratos para los laboratorios. Será un símbolo de ciudad porque antes era una cárcel, ahora será un sitio de esperanza para 8.000 jóvenes. En educación invertimos $5 billones desde 2016 y entregamos 40.000 becas, lo mismo de Ser Pilo Paga”.
En su plan de desarrollo también estaba el metro de la 80, ¿en qué estado queda?
“Cuando llegamos era una idea pero no tenía estructuración técnica, legal ni financiera. Hacerla tardó tres años, esa es la base para que el proyecto sea exitoso. El tranvía de Ayacucho se inauguró en marzo de 2016 y se concibió en 2008. Dejamos un proyecto estructurado en diseños fase dos. Queda radicado ante el Gobierno Nacional para obtener cofinanciación del 70 %. La Nación comprometería vigencias futuras de 10 años: en los primeros cuatro años aportaría $250.000 millones cada año, y después $300.000. Medellín comprometería vigencias por $60.000 millones durante 15 años. Es un proyecto realizable, ya arrancamos los dos intercambios viales, falta que la Nación diga que sí. El presidente Duque está comprometido”.
¿Cuál es el balance final con Parques del Río?
“Es un proyecto importante para la ciudad, genera espacio público y calidad de vida, tiene buenas intenciones. Lo importante es tener claridad sobre cuánto cuesta porque este gobierno tuvo que adicionar recursos para terminarlo. Cuando llegamos las siguientes etapas hacia el sur iban a ser financiadas por valorización y peajes urbanos. No estuve de acuerdo. ¿Qué sigue? Que nos pongamos de acuerdo en cómo se financiarán las siguientes etapas, pero que haya una discusión pública”.
Los homicidios se dispararon en 2016, 2017 y 2018. Este año se registra baja de 5 %. ¿Qué análisis hace?
“Las estrategias de seguridad deben medirse de gobierno a gobierno, no mes a mes o año a año. Hoy tenemos, en promedio, la tasa de homicidio más baja de cualquier gobierno desde finales del 70. La tasa de 24 (homicidios por cada 100.000 habitantes) para nada significa que sea aceptable”.
Pero la meta era 15 por cada 100.000 habitantes...
“Una meta ambiciosa. Vamos a cerrar con casi 1.000 homicidios menos de los que se presentaron en el gobierno anterior. Vamos avanzando en esa lucha en la que la vida es lo más importante. La seguridad es un derecho y hay que garantizarlo. La estrategia nuestra ha sido integral: golpe frontal contra las estructuras criminales pero al mismo tiempo inversión social. El golpe más duro a la criminalidad ha sido la inversión histórica en educación. Medellín debe continuar esa ruta porque hemos avanzado en el control territorial sin ceder a amenazas. La información ciudadana ha sido fundamental y eso empieza a aparecer, hay confianza”.
Más de 150 capturas de cabecillas pero ninguna estructura desintegrada. ¿Por qué?
“Nunca se habían dado golpes tan fuertes, claro que falta mucho, pero la pregunta es ¿por qué nunca habían capturado a ‘Tom’, ‘Soto’ o ‘Diego Chamizo’? Quienes más critican es quienes nunca los capturaron. Hemos dado una lucha que tiene etapas y donde tiene que haber un perfeccionamiento en la lucha contra las estructuras criminales. Hay que quitarles la plata y dar la lucha contra el lavado de activos. Miren la cifra histórica: $489.000 millones en extinción de dominio. Eso si es desvertebrar las estructuras. Es claro que esto no se arregla por llevar un cabecilla a la cárcel, pero, ¿los dejamos cómo Pedro por su casa? Y van a las cárceles y desde allá siguen delinquiendo. Necesitamos más cultura de legalidad”.
Aníbal Gaviria le dijo a EL COLOMBIANO que “los mayores logros de esta alcaldía están relacionados con obras que nosotros le heredamos” y que “mucho tilín tilín y nada de paletas en materia de seguridad”. ¿Qué le responde?
“Sin palabras. Le deseo todo el éxito al nuevo gobernador, que le vaya muy bien por el bien de Antioquia. Que la gente evalúe”.
¿Pudo haber sido distinto el manejo público de la crisis de Hidroituango?
“El país entero vio como estuve al frente de una crisis sin echar agua sucia ni mirar con retrovisor. Cuando usted mira informes de muchas entidades ve como a nosotros nos correspondió atender una crisis por decisiones de gobiernos anteriores. ¿Y yo cuándo he hablado algo de algún gobernante anterior o me he referido de manera despectiva a ellos? Tiene que ver mucho con la pregunta anterior. Ahí la gente tiene que evaluar quién está en estos cargos para servir y quién no. Nos correspondió atender la crisis más grande en la historia de EPM y del departamento y nunca hablamos de los de atrás. Y diferencias en privado y en público fueron muchas, a veces cuando el gobernador decía una cosa y yo decía otra. En unas hemos estado de acuerdo, en otras no, pero no hay rencores, ni rabias ni resentimientos. Él defiende sus posiciones y yo las mías”.
¿Cómo queda EPM y cuál es el rumbo que debería seguir?
“Es y debe seguir siendo 100 % pública. Es una empresa que nos genera gran orgullo, genera valor agregado en las comunidades con reinversión de recursos. El reto más grande ahora es finalizar Hidroituango, el otro es promover las energías renovables. Debe ser un actor estratégico en el país y como multilatina. Debe ser actor estratégico en la movilidad eléctrica, es el llamado a liderar grandes cambios frente al calentamiento global”.
¿Tiene temores con EPM?
“Tengo mucho optimismo y confianza, nos debemos alinear para que las cosas funcionen. Estas empresas hay que cuidarlas. Todos debemos estar ahí para que a EPM cada vez le vaya mejor. La nueva administración tiene retos inmensos para lograr que la empresa sea mejor y produzca más transferencias para cerrar brechas sociales”.
¿Qué sigue para su carrera?
“Solo tengo una cosa clara, me encanta trabajar por la ciudad y el país. Voy a seguir en lo público, es mi pasión, y seguiremos hasta donde Dios, la vida y la familia me lo permitan. Hay que seguirse preparando para nuevos retos. Siempre he tenido un sueño para cuando esté viejito y es, si la ciudad me lo permite, terminar mi vida política como concejal”.
¿Y la Presidencia?
“Hay que prepararse para eso y seguir teniendo un amor profundo por este país, pero nunca puede ser una obsesión” .