El plan para transformar al Olaya Herrera en una Empresa Industrial y Comercial del Estado (Eice) no pudo despegar. Ayer, en segundo debate, fue hundido en el Concejo con 12 votos en contra y 8 a favor. El concejal Albert Corredor, coordinador de ponentes, no contestó cuando le pidieron votar.
La propuesta había sido radicada por la administración municipal y, según sus mismos funcionarios, entre ellos el alcalde, era el “primer paso” para convertir el hoy aeropuerto en un parque público. Pero, contrario a lo expresado por la alcaldía, la mayoría de concejales dijo que el proyecto nada tenía que ver con ese fin y que lo que estaba en juego era solo la transformación jurídica de la entidad.
Conocida la decisión, el alcalde Daniel Quintero dijo en su cuenta de Twitter: “Perdimos en democracia el debate en el Concejo que sembraba la semilla para convertir Olaya Herrera en un pulmón verde para Medellín. Seguiremos trabajando para mitigar el cambio climático y convertir a Medellín en una ecociudad”.
Lo que se pretendía
El terminal fue entregado al Municipio de Medellín por el Fondo de Inmuebles de la Nación, en el marco de un comodato suscrito en 1985. Seis años después, a través del Acuerdo No. 55 de 1991, fue creado el Establecimiento Público Aeroparque Olaya Herrera. En 2001, el Concejo modificó el acuerdo, por lo que el establecimiento pasó a llamarse Aeropuerto y no Aeroparque.
Entró en 2008, finalmente, en una concesión junto con otros cinco terminales de la región. Un operador privado (Airplan) está a cargo de la operación, administración, explotación, adecuación y modernización de seis aeropuertos (además del Olaya, el José María Córdova de Rionegro, Los Garzones de Montería, el Antonio Roldán Betancur de Carepa, El Caraño de Quibdó y Las Brujas de Corozal).
El centro de la propuesta que se debatió ayer era la transformación del establecimiento público en una Eice, que pretendía estar vinculada al despacho del alcalde. Esa nueva entidad se iba a llamar Empresa de Desarrollo Aeroportuario y Aeronáutico de Medellín - Olaya Herrera. La idea era que tuviera personería y autonomía administrativa, financiera y patrimonial.
La Eice tenía como objetivo generar, gestionar y prestar servicios aeronáuticos y aeroportuarios. Asimismo, la prestación de los servicios públicos necesarios y complementarios para el funcionamiento y administración de aeropuertos, consultoría e interventoría.
El gerente del establecimiento público, Jesús Sánchez Restrepo, explicó durante el trámite del debate que el actual objeto social está solo destinado a la administración del lote, por lo que se pretendía, con la modificación, entrar en nuevas líneas de negocio como la consultoría, la actualización de planes maestros aeroportuarios, servicios en tierra y la administración de labores aeronáuticas mediante la constitución de una nueva empresa pública.
Sergio López, director de Planeación Medellín, le indicó a este diario que la transformación jurídica era “el primer paso” para convertir los 1,12 millones de metros cuadrados que hoy conforman el aeropuerto en un parque. “Este acuerdo no tocó el tema del parque, sino que pretendía el cambio jurídico. Sin embargo, es claro que era el primer paso para la creación del Central Park. En planeación hay que tener claro para dónde vamos. Vamos a dejar abierta la posibilidad para que las siguientes administraciones continúen el proceso”, dijo López.
Las voces de la discusión
El debate comenzó con una petición de aplazamiento de la concejala Dora Saldarriaga. Según algunos corporados, como Gabriel Dib, del Centro Democrático, la propuesta no se había discutido con amplitud. “El proyecto me parecía bueno, me encantaba la idea, pero decidieron hacerlo a la carrera. La creación de una empresa no se hace así y por eso pedí que se aplazara este debate”, dijo.
Sin embargo, Albert Corredor, también del Centro Democrático, fue uno de los ponentes del proyecto que insistió en la necesidad de la transformación del establecimiento público. “Lo que se busca es la posibilidad de fortalecer los ingresos del Olaya Herrera. Hoy, la mayoría de los ingresos del establecimiento provienen de la concesión con Airplan. En cambio, con la transformación, se abrirán otras líneas de negocio en las que ya se tiene suficiente experiencia”, argumentó Corredor.
El concejal añadió que, siendo Eice, la entidad no tendría ningún competidor a nivel local, lo que le permitiría captar más ganancias. “Sería la primera y única empresa del sector público que ofrezca servicios aeronáuticos. Este es un negocio en el que la Aerocivil contrató $3,6 billones entre 2016 y 2019”, justificó Corredor.
El concejal Daniel Carvalho, por el contrario, se mostró escéptico. Votó no a la iniciativa y explicó su decisión: “El estudio de la Eice se hizo a las carreras. ¿Por qué tanto afán? Me reuní con expertos y concluyeron que el proyecto no era oportuno ni bueno desde lo financiero. El objeto es muy amplio y muy ambicioso para el personal que tiene la empresa”.
Además, cuestionó a la administración por su falta de claridad. “El alcalde dice que se discutirá sobre el parque que se haría, pero eso no está en el proyecto”, sostuvo.
Daniel Duque, del partido Verde, opinó algo similar. Dijo que las proyecciones financieras de la Eice no eran adecuadas y que estaban basadas en “cálculos inciertos”.
En cuanto a la falta de experiencia del establecimiento para operar como Eice y ofrecer servicios aeronáuticos, la concejal María Paulina Aguinaga, del Centro Democrático, radicó un derecho de petición en el que preguntó cuál era la experiencia en asesoría aeronáutica. Dijo que respondieron que no la tenían.
Agregó que las proyecciones hechas para la Eice “eran una ilusión. Asumen que la Aeronaútica les va a dar el 10% de los contratos a dedo de, por ejemplo, construcciones, cuando ni siquiera tienen la experiencia. Aspiran a tener ese 10% de los contratos por $1,7 billones que hace la Aeronáutica, pero no explicaron cómo lo van a lograr”, concluyó la concejala.
Sánchez, el gerente del Olaya Herrera, cerró el debate. Dijo que la empresa sí tenía la experiencia requerida y que prueba de ello es la concesión con Airplan desde 2008. “Para supervisar el aeropuerto, como lo hemos hecho, hay que tener experiencia. La transformación es muy beneficiosa porque, si así somos rentables, podemos serlo mucho más. Con los nuevos ingresos, en 2030 tendríamos recursos por $430.000 millones. La utilidad neta sería de 136.000 millones”, dijo el gerente.
Sánchez también expresó que el cambio era necesario para una futura reubicación del aeropuerto. “Medellín debe mirar una nueva pista fuera de la ciudad, que no tenga las limitaciones que hoy tenemos”, concluyó.
¿Qué sigue ahora?
Para que el lote de 1,12 millones de metros cuadrados donde hoy opera el aeropuerto sea un parque, se deben cumplir al menos tres presupuestos.
El primero es la culminación del actual contrato de concesión con Airplan. Producto de un otrosí firmado en 2015, el plazo de esa concesión es mínimo hasta 2032 y máximo hasta 2048. ¿De qué depende? Este es un contrato de término variable que tiene sujeto su plazo a cuanto tarde el concesionario en obtener unos recursos esperados. Con precios de 2007, ese monto debía llegar a $2,2 billones. Los ingresos a diciembre 31 de 2020 eran de $1,052 billones constantes de enero de 2007, es decir, apenas el recaudo va por la mitad.
Aunque la recuperación del privado también depende de si se hacen más inversiones en los terminales. En resumidas cuentas, al menos durante los próximos 12 años el predio no se puede tocar porque hay un contrato con Airplan.
Segundo. Terminada la concesión, se requiere una modificación en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT).
Cualquier modificación del uso del suelo requiere aprobación del Concejo, bien sea por una revisión excepcional o por un proyecto de acuerdo. “Este es un proceso de varios pasos. En su momento, cuando se libere la concesión o se pueda hacer una negociación, se debe pasar por el Concejo”, indicó el director López.
Tercero, sobre la posible reubicación. Lo primero es que según el Plan Maestro del aeropuerto José María Córdova (JMC, de 2016), entre 2034 y 2038 se contempla la construcción de una segunda pista que, de acuerdo con el crecimiento del tráfico aéreo, tendría 3.500 metros y una nueva terminal satélite.
Uno de los argumentos de los que proponen darle un nuevo uso al predio del Olaya es que esa segunda pista podría asumir la operación del terminal de Medellín. Sin embargo, aún con la segunda pista del JMC se requiere un aeropuerto regional.
El gerente Sánchez, en entrevista con este diario el año pasado, explicó que el Olaya tiene la zona de hangares más grande del país, sirve para práctica de escuelas de aviación, es conexión aérea con los municipios más apartados de Antioquia y genera una derrama económica anual de entre 100 y 120 millones de dólares. “Podemos hablar no de un cierre sino de un traslado. ¿A dónde? Habrá que hacer estudios. Hay que plantear la iniciativa y hacer estudios. Si cerramos el Olaya nos hacemos un harakiri porque el JMC no puede atender toda la demanda regional”, afirmó.
López, el director de Planeación, comentó que el proyecto era el primer paso para comenzar los estudios para un segundo aeropuerto regional. “Eso solo se podrá hacer cuando se convierta en una Eice. Los estudios, es muy probable, serán terminados por la próxima administración (entre 2024 y 2027). No es algo que se haga de la noche a la mañana”, precisó López.
Y añadió que se analizarán las opciones de Santa Fe de Antioquia, Rionegro y el Llano de Ovejas (San Pedro de los Milagros) para garantizar la conectividad aérea y poder liberar el espacio que hoy ocupa el Olaya Herrera: “Es un asunto de largo aliento. Este era solo uno de los pasos que se necesitaban para lo que busca esta administración, que es dejarle un parque a la ciudad. La creación de la Eice ayudará en la negociación con la concesión, pues no es lo mismo que lo haga el municipio o una empresa especializada en aeronáutica”.
El alcalde de Rionegro, Rodrigo Hernández, trinó el domingo: “Otra vez el alcalde Daniel Quintero habla de la segunda pista en el aeropuerto de Rionegro. Se me hace extraño porque no es su jurisdicción y además es un tema del resorte del Gobierno Nacional. ¿Qué piensan los medellinenses y los rionegreros?”. Solicitamos hablar con él para ampliar sus comentarios pero no atendió.
El alcalde de Santa Fe de Antioquia, Felipe Pardo, recordó que el municipio tuvo en zonas rurales en el pasado pistas aéreas que le servían a escuelas de aviación y al resto del valle del Tonusco. Anotó que desde hace dos administraciones se viene actualizando el Esquema de Ordenamiento Territorial (EOT), documento que aún no ha sido aprobado por el Concejo.
Contó que actualmente el EOT está en proceso de revisión y ajuste para incluir un futuro terminal aéreo dentro de los proyectos estratégicos de largo plazo. “Tenemos la visión de que aterricen grandes proyectos territoriales aprovechando la ubicación estratégica y la proximidad de Santa Fe con los puertos de Urabá y las vías 4G”, dijo.
Llamamos en varias oportunidades al alcalde de San Pedro, Gustavo Zapata Barrientos, para conocer su posición sobre la ubicación de un aeropuerto en ese municipio pero no logramos conversar con él.
En todo caso, con el Olaya habrá debate para rato
$2,2
billones debe recaudar el concesionario. Al 31/12/2020 llevaba $1,052 billones.
112
hectáreas ocupa el terminal Olaya Herrera, ubicado en el centro del Valle de Aburrá.