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En seis meses los comerciantes de Guatapé no podrán volver a utilizar, vender o distribuir elementos hechos de icopor (poliestireno expandido), papeles parafinados, pitillos, vasos y mezcladores de plástico.
El Concejo aprobó, el pasado 27 de mayo, un acuerdo en el que oficializa la prohibición y da un plazo de seis meses a la alcaldía para que realice campañas educativas y de sensibilización, como método de transición y estrategia para desestimular el empleo de estos materiales de un solo uso.
El alcalde Hernán Darío Urrea Castaño sostuvo que la vocación turística del municipio, por la cercanía al embalse, hace que aumente considerablemente la cantidad de residuos que se generan en la localidad.
“Desde el año 2018 se había hecho socialización con comerciantes y prestadores de servicios turísticos, quienes se han mostrado receptivos a la idea de eliminar el poliestireno expandido, papeles parafinados, pitillos, mezcladores y vasos plásticos”, dijo el alcalde.
Dairo Mesa, secretario de Medio Ambiente de Guatapé, aseguró que el pueblo es visitado cada año por cerca de un millón de personas y el año pasado se llevaron al relleno sanitario 1.372 toneladas de residuos sólidos, de los cuales 25 % (343 toneladas) correspondían a productos elaborados en poliestireno extendido y plásticos de un solo uso.
“Un turista viene y compra un tinto que le sirven en un vaso de icopor y le dan un mezclador de plástico. Los usa, máximo 10 minutos, pero esos elementos tardan más de 500 años en descomponerse”, explicó.
Patricia Marín es la dueña de Merqueplásticos, el local que abastece de empaques a casi todo el comercio de Guatapé. La empresaria le contó a EL COLOMBIANO que conoció el acuerdo el día que fue aprobado, pues los funcionarios de la Secretaría de Medio Ambiente la visitaron.
“Ellos me explicaron el proyecto y que tengo seis meses para salir de los productos que tengo. Yo ya le empecé a contar a los clientes y a los proveedores”, dijo.
La mujer destacó que la norma es necesaria, aunque reconoció que el cambio será traumático, especialmente por el precio. Según sus cálculos, un empaque de icopor para hamburguesa tipo portacomidas tiene un costo de $175. La misma opción en materiales biodegradables cuesta, según las cotizaciones que ha recibido hasta ahora, $1.170.
“La diferencia es muy grande pero el cambio se tiene que dar. Hay que cambiar el chip, se necesitan opciones más amigables con el medio ambiente y mi interés particular no puede prevalecer sobre el planeta”, dijo.
Fabio Nelson Salazar, administrador del restaurante Mirador del Lago, explicó que aún no conoce la norma, pero que escuchó de ella por boca de sus colegas y proveedores, entre ellos doña Patricia.
“Acá se consume mucho icopor y sabemos que eso es difícil que se degrade. Las cosas hay que hacerlas bien por el medio ambiente”, agregó.
El secretario Mesa dijo que es necesario el cambio para reducir la cantidad de residuos, pues el Municipio no dispone de otros espacios para nuevos rellenos sanitarios. “También es un asunto de salud, muchos alimentos calientes, al contacto con esos polímeros, se derriten o adhieren a los alimentos y eso tiene efectos en el organismo”, dijo.
Doña Patricia informó que en un puente festivo puede vender entre 2.000 y 4.000 unidades de empaques plásticos y de poliestireno. En un fin de semana normal, esa cifra supera levemente las 1.000 unidades .