Con una ceremonia exequial, programada para hoy a las 3:00 p.m. a la cual asistirán las autoridades municipales, departamentales, la Iglesia, familiares y comunidad en general, les dirán el último adiós, antes de ser sepultadas en el cementerio de Salgar, a las primeras 33 de las 83 víctimas que hasta ahora deja la tragedia de la avalancha de la quebrada La Liboriana en esa población.
El acto será presidido por el obispo de la Diócesis de Jericó, monseñor Noel Londoño, quien destacó la solidaridad de todos los colombianos, en especial de todos los organismos de socorro.
Monseñor Londoño dirá en la homilía que esta tragedia hay que aceptarla y asumirla con mucho dolor y sentirla como si hubiéramos perdido algo de nuestros cuerpos, por la cantidad de hermanos que ofrendaron allí sus vidas.
Respeto por la naturaleza
Además, agregará, hay que dar un paso adelante y entender que no hemos aprendido a manejar nuestra fragilidad frente a la naturaleza.
“El Gobierno y la municipalidad tienen que hacerse un propósito para diseñar progresivamente una reubicación de tantas familias que viven a orillas de quebradas y ríos. Sé que es un proceso dispendioso, pero hay que empezarlo a hacer para salvar muchas vidas y evitar tragedias tan dolorosas como esta”.
A los medios de comunicación los invitará a concientizar a la gente, ya que entiende que los alcaldes, en estos casos, no pueden hacer nada, porque ordenar reubicaciones son medidas impopulares y, “por ello hay que hacerle un llamado a la ciudadanía para que analice esta propuesta, por el bien de sus hijos y de las futuras generaciones”.
El tema es complejo opinó, “porque no es simplemente en pensar en un traslado de la gente y darle un techo. “Hay que brindarles también posibilidades de trabajo digno y un buen ambiente externo, porque no la podemos desarraigar de donde han vivido toda la vida, pero como el Gobierno quiere ayudar, entonces debe asumir estas posibilidades”.
Más oportunidades
En cuanto a la serie de tragedias similares que han azotado esta región el jerarca de la iglesia Católica recordó que el Suroeste tiene montañas casi que verticales, jóvenes, frescas, con mucha tierra y poca roca y por lo esto hay que analizar dónde habita la gente.
Monseñor Londoño dijo que hay que analizar la concentración de la tierra en la región para que las personas más pobres no se vean obligados a levantar sus casas en las zonas donde arriesgan sus vidas.
Luego de la misa, en la iglesia del parque principal, una caravana saldrá con rumbo al cementerio central, para, a eso de las 4:30 p.m., darles sepultura a las primeras personas rescatadas e identificadas en Medicina Legal. Anoche en Medellín era velado el cadáver de la primera víctima que entregó la entidad, Yolima Zabala Mesa.