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Ante un nutrido grupo de empresarios, reunidos en el Congreso Nacional de Exportadores, y con la presencia por primera vez en Medellín del presidente Gustavo Petro, el gobernador Aníbal Gaviria se paró en la raya y, ofreciendo disculpas anticipadas al auditorio, se dirigió al alcalde Daniel Quintero para recordarle que “el reconocimiento que el mundo le hace a Medellín no es el reconocimiento por los últimos dos o tres años“, tal como minutos antes lo había hecho ver el mandatario local.
Entonces los presentes respaldaron al gobernador en su apreciación y rompieron en un fuerte aplauso que se prolongó por 18 segundos, los necesarios para que Gaviria tomara aliento y con vehemencia dejara en claro que ante esas afirmaciones no se iba a quedar callado. “No es el reconocimiento a un gobierno, a una persona, no faltaba más que me tomara esa vocería, pero ese reconocimiento es al trabajo de una sucesiva serie de gobiernos distintos, de partidos distintos, de personas y tendencias distintas, pero gobiernos de resultados reconocidos por el mundo. En 2012, Medellín fue reconocida como la más innovadora del mundo y en 2015 se ganó el premio Lee Kuan Yew, conocido como el Nobel de las ciudades”.
Tampoco dejó en el aire la idea de que solo en el gobierno de Quintero se han reducido los homicidios. Haciendo referencia a la década de los 90, quizás la más violenta que ha vivido Medellín, se tenía una tasa de 400 homicidios por cada 100.000 habitantes. “Y en 2015 al finalizar mi alcaldía la tasa era de 20 por cada 100.000 habitantes, un trabajo de seis alcaldías”.
El gobernador se excusó ante el presidente para continuar su intervención: “No pretendo desviarme en enfrentamientos, en discusiones de tipo personal cuando lo que necesita el país es unidad de propósitos, que exportemos más, con usted tengo diferencias (en referencia a Quintero) pero no puedo desconocer que tengo coincidencias como la del aeropuerto José María Córdova, pero los hechos, las cifras, me obligan a hacer esta aclaración y si fuera necesario en el futuro, hacer otras”.
Y remató con otra puya a Quintero: “Mis gobiernos se han caracterizado por combatir las desigualdades y las violencias. No hablo de lo que voy a hacer, sino de lo que he hecho y ahí están las cifras para corroborarlo”.
¿Qué molestó a Gaviria?
Quintero, que había intervenido antes en este encuentro con empresarios, en los que se abordan las estrategias para fortalecer el comercio exterior y la logística en Antioquia y Colombia, habló durante nueve minutos exaltando los logros a partir de los dos años y medio de su gestión.
“Esa Medellín que estuvo cerrada completamente (en alusión a la violencia de los años 90) tuvo tasas de desempleo de más del 25%, fuimos la ciudad más violenta porque fuimos la más desigual del planeta”, explicó Quintero.
Luego mencionó que cuando llegó a la administración, en los seis años anteriores en Medellín se habían perdido 60.000 empleos, pero que en su gobierno ya se crearon 10.000 en tecnologías y es una “ciudad que empieza a gozar en la reducción de homicidios, hoy es la tercera mejor del mundo para visitar, según la revista Time Out. Pasó de ser una ciudad de ser destino 13 al 6 (...) en los dos últimos años tuvo récord de inversión extranjera impulsada mayoritariamente por el sector turístico, pasamos de 7 hostales a 1.200. ¿Cuál es una de las razones principales? La reducción de las violencias”, dijo.
Luego insistió en que el desempleo cuando llegó “era de 12,9% y hoy está en 11%, los dos puntos de reducción sobre 2019 están asociados al Valle del Software y al turismo”.
Y agregó que “solo en dos años y ocho meses de gobierno, tenemos una reducción de homicidios del 47%, es la reducción más grande que haya tenido la ciudad. En el periodo anterior hubo un aumento del 20%. Aquí están pasando cosas buenas que le abren las puertas a los inversionistas”.
El presidente Petro intentó mediar al final con unas palabras que bajaron la tensión en el auditorio: “Igual que en Medellín, me apresuro de metiche en la discusión que tienen ustedes dos (risas), donde no me han llamado, yo diría que crece esa violencia en los 90, narcotráfico obviamente, porque se destruyó el aparato industrial de Medellín que se había basado en las confecciones, en los textiles, entró en caída y la ciudad quedó sin plataforma económica sobre la cual sostenerse”.
Otro de varios agarrones
Pero este no es el primer encontrón entre Gaviria y Quintero. Durante el empalme del Gobierno Nacional, una de las personas más cercanas a Quintero, Esteban Restrepo, se denominó como enlace entre la Nación y las administraciones locales y departamentales.
Contrariando esa decisión, Gaviria dijo que él se entendería directamente con el presidente Gustavo Petro. “Mi desacuerdo no es con Gustavo Petro, con él la mejor relación. Mi desacuerdo es con la intención de otros de utilizar la función de empalme para desinstitucionalizar y dividir”.
En febrero, los gobernantes ya se habían sacado chispas. Gaviria escribió en EL COLOMBIANO una historia de Antioquia y su desarrollo. En el texto contradecía la narrativa de Quintero, según la cual Hidroituango había sido un foco de corrupción. El comentario, claramente, iba dirigido y directo a la narrativa de Quintero que ha sostenido que él vino a salvar la obra y a recuperar los dineros, que pagaron las pólizas como siempre estuvo contemplado.