El 45% de las 6.051 activaciones del botón rojo y de la palanca azul en los trenes del Metro de Medellín en 2022 ha sido por falsas alarmas, según reveló la entidad.
De acuerdo con el Sistema Metro, estas activaciones por motivos que no son emergencias (que pueden llegar a ser 20 cada día) se traducen en mínimo 21 minutos de atraso en la operación diaria de sus trenes de las líneas A y B.
Jaime Ortiz Rueda, gerente social y de servicio al cliente del Metro, explicó que los principales usuarios que incurren en esta práctica son los jóvenes que activan estos elementos para “ver qué pasa” y cómo se gestionan las emergencias. “Otro grupo son quienes oprimen el botón rojo para poder salir del tren a tiempo sin que se les cierren las puertas”, dijo Ortiz.
Otra situación que se ha identificado es que ante una falla real en la que un tren queda entre dos estaciones, hay pasajeros que oprimen el botón rojo pensando que esto va a reactivar el sistema; o que bajan la palanca azul para poder abrir las puertas buscando que haya más ventilación, pero el efecto es el contrario porque la misma pierde potencia cuando se activa ese mecanismo. “Además, luego de la activación, mucha gente se baja a las vías con todo el riesgo que esto conlleva”, señaló Ortiz.
Para la empresa, en los últimos años se ha visto un aumento en estas activaciones de los elementos de seguridad de forma indebida.
Prueba de ello es que en estaciones como Alpujarra, Cisneros o Prado –donde nunca había activaciones– ya se están dando. Y en San Antonio y Hospital, el incremento de estos casos obligaron a adicionar más personal operativo para que atiendan los reportes, sean reales o no.
Metro, reflejo de ciudad
Ortiz dijo que el Sistema Metro es permeado por las dinámicas que acontecen en la urbe –y que repercuten en la cultura ciudadana y en la cultura Metro– como son la llegada masiva de población migrante, la adhesión de nuevas generaciones de usuarios y los temas de salud mental derivan en la falta de tolerancia dentro del sistema.
“Hay una pérdida de cultura ciudadana, que no significa que se haya perdido la cultura Metro, que afectan los comportamientos al interior del sistema y que llevan a situaciones que antes no eran habituales como son las riñas al interior de los trenes (este año van 46) o comportamientos inadecuados que llevan a las activaciones de los elementos de seguridad”, explicó.
Aunque activar estos elementos de forma inoportuna pueden generar multas de hasta $810.000 e incluso la expulsión del sistema, el Metro busca revertir esta situación apostándole a las actividades para reforzar la Cultura Metro dentro y fuera del sistema.
“Tenemos varios programas dentro y fuera del sistema, que incluyen formación a líderes sociales y visitas a colegios, con los que vamos a las comunidades y les contamos cómo deben ser los comportamientos al interior del sistema. Claro que la pandemia marca un bache importante en estos procesos de formación y por eso tenemos que reforzarlos para aportar a la Cultura Metro y a la cultura ciudadana”, apuntó Ortiz