x
language COL arrow_drop_down

Necoclí está al borde del colapso por migración irregular hacia EE. UU.

La demanda de embarcaciones para cruzar hacia Capurganá y continuar a Centroamérica superó la oferta.

  • Largas filas se hacen afuera de la empresa de transporte marítimo de Necoclí. Ya están vendidos los cupos hasta el 10 de agosto. FOTOS: Camilo Suárez, enviado especial.
    Largas filas se hacen afuera de la empresa de transporte marítimo de Necoclí. Ya están vendidos los cupos hasta el 10 de agosto. FOTOS: Camilo Suárez, enviado especial.
  • 850 personas logran tomar una embarcación hacia Capurganá cada día. 10.000 migrantes esperan turno.
    850 personas logran tomar una embarcación hacia Capurganá cada día. 10.000 migrantes esperan turno.
  • El trayecto hacia Capurganá tiene un costo de 50 dólares, y no hay pasajes hasta el 10 de agosto.
    El trayecto hacia Capurganá tiene un costo de 50 dólares, y no hay pasajes hasta el 10 de agosto.
  • Muchos se quedaron sin ingresos y tienen que dormir en la playa o en los andenes mientras logran cruzar.
    Muchos se quedaron sin ingresos y tienen que dormir en la playa o en los andenes mientras logran cruzar.

La niña, de mejillas abultadas, pelo ensortijado y tez café, sonríe mientras su madre se empeña en divertirla. El padre, recostado en un bote de madera azul atracado en la arena, las mira sereno. A sus espaldas, lo que queda de una palmera sostiene la ropa que mojaron en el mar, el mismo que anhelan cruzar en su travesía hacia un nuevo comienzo.

La familia es haitiana, como lo son la mayoría de los migrantes varados en las playas de Necoclí (Urabá antioqueño), que no han podido subir a una embarcación que los lleve a Capurganá (Chocó), donde emprenderán el recorrido por la peligrosa selva del Darién. La meta es pisar suelo panameño, paso obligado para arribar a Centroamérica y seguir hacia su último destino: Estados Unidos.

Las miradas se dirigieron a Necoclí el pasado lunes, cuando se conoció la multitudinaria protesta de migrantes desesperados que salieron de sus hogares hace semanas y han tenido que atravesar varios países de Suramérica, como Brasil, Perú y Ecuador, para llegar a Colombia. Y, en Necoclí, su única pretensión es pagar los 50 dólares ($160.000) que cuesta el tiquete para embarcarse, pero muchos no han podido hacerlo y han visto cómo se esfuma su dinero con el pago de comida y hospedaje, lo que los obliga, incluso, a dormir en la playa.

Según Yamilis Tapias Oyola, alcaldesa encargada de Necoclí, “hay al menos 10.000 migrantes represados en este municipio”, que se suman a los 22.000 habitantes que residen en la zona urbana, lo que genera también la escasez de agua en barrios aledaños y de algunos productos de la canasta familiar. La situación parece una espiral sin fin: cada día, dice Tapias, llegan entre 800 y 1.000 migrantes, mientras que la única empresa legal para transportarlos por agua solo tiene 11 embarcaciones con capacidad para sacar a 850 diarios.

Juan Francisco Espinosa, director general de Migración Colombia, explica que se trata de un fenómeno migratorio de tránsito, principalmente de africanos y haitianos, muchos de los cuales residían en países como Brasil y Chile y decidieron enrutarse hacia Norteamérica. “Los números de este año son alarmantes. Por la covid-19, en 2020 pasaron 4.000 migrantes por el Urabá antioqueño y este año vamos en 25.000”, anota.

850 personas logran tomar una embarcación hacia Capurganá cada día. 10.000 migrantes esperan turno.
850 personas logran tomar una embarcación hacia Capurganá cada día. 10.000 migrantes esperan turno.

Buscan más botes

Miguel Voltaire, un haitiano que residía en República Dominicana, llegó a Necoclí el 3 de julio con su esposa, su hijo de 10 años y 1.300 de los 4.000 dólares con los que salió hace dos meses. Seis días atrás, asegura, se agotó el último centavo y, aunque compró los tiquetes para embarcarse hacia Capurganá, le asignaron cupo para la primera semana de agosto. “Encima, nos están cobrando mucho más, en ocasiones el doble, por la comida, el alojamiento y otros elementos de supervivencia”, dice.

El temor de Joicin, un migrante que pidió no revelar su apellido, es que deba dormir en la calle porque ya no tiene dinero y la fecha asignada para salir del municipio es el 7 de agosto. “Mi situación es muy difícil, solo quiero salir rápido y continuar mi camino”, comenta. Los gastos para llegar a Necoclí no son pocos. Muchos migrantes llegan desde la Terminal del Norte de Medellín y otros desde el departamento Nariño. Varios taxistas que no quisieron revelar su nombre y que hablaron con EL COLOMBIANO en la vía hacia el municipio, cuentan que ocasionalmente recogen en la capital antioqueña a los migrantes, quienes pagan la tarifa establecida en la planilla: $1’700.000 en un trayecto que, por las condiciones de la carretera, puede durar hasta 13 horas.

El coronel Andrés Rodríguez, comandante encargado del Departamento de Policía de Urabá, sostiene que hacen controles para evitar abusos en los precios a los migrantes. Al respecto, Jhonatan Andrés Arboleda, vendedor informal, explica que la situación no se puede generalizar: “Muchos de nosotros entendemos que son seres humanos en una situación muy difícil y, personalmente, considero que la llegada inesperada de tantas personas ha sido una bendición para Necoclí porque es un municipio con pocas fuentes de empleo”.

El trayecto hacia Capurganá tiene un costo de 50 dólares, y no hay pasajes hasta el 10 de agosto.
El trayecto hacia Capurganá tiene un costo de 50 dólares, y no hay pasajes hasta el 10 de agosto.

De acuerdo con Rodríguez, el desespero podría llevar a los migrantes a contratar embarcaciones ilegales, lo que puede desembocar en tragedias como naufragios. Un mecanismo de contención son los controles de la autoridad marítima, especialmente en las noches. Además, tras una reunión con la Defensoría del Pueblo, el jueves pasado, se acordó gestionar apoyo de empresas de transporte marítimo del vecino municipio Turbo, para el traslado seguro de estas personas. Así, podrían aumentar en 1.600 los cupos diarios, según afirma Andrés Felipe Vargas, gerente de Transporte Marítimo El Caribe, única empresa legal de ese tipo que funciona en Necoclí.

“Finalizando mayo de este año se empezó a ver el crecimiento notorio de migrantes. Antes llegaban máximo 200 en una semana, pero ahora estamos recibiendo 3.500 por semana, lo cual desbordó la capacidad que tenemos”, explica el gerente. Hasta las 2:30 p. m., aproximadamente, se ven las aglomeraciones en el muelle, donde hay personal de la empresa que llama una por una, a los viajeros que tienen un cupo en la embarcación, pues todos los tiquetes están vendidos hasta el 10 de agosto.

Marco Pierre, también haitiano, llegó a Necoclí con su esposa, su hija de un año y otros tres familiares, es una de las personas que logró cruzar a Capurganá el 28 de julio. La emoción no se vio disipada ni siquiera al pensar en los peligros que le esperaban en la agreste selva del Darién: inseguridad, robos, animales salvajes, deshidratación e insectos implacables. “Somos valientes porque el camino de la vida nunca es fácil. Queremos llegar a Estados Unidos para tener una vida mejor”, manifiesta antes de partir.

Muchos se quedaron sin ingresos y tienen que dormir en la playa o en los andenes mientras logran cruzar.
Muchos se quedaron sin ingresos y tienen que dormir en la playa o en los andenes mientras logran cruzar.

Aumentan controles

Pero los peligros, dice Espinosa, también están en las redes de trata de personas, por lo cual, con el Ministerio de Defensa, se acordó reforzar la frontera con Nariño, por donde ingresan muchos migrantes a Colombia, y se hará refuerzo de seguridad en las vías con presencia de la Policía.

Sin embargo, según denuncias de los migrantes, habría uniformados que les cobran entre 5 y 15 dólares a cada uno a cambio de dejarlos seguir su camino. Sobre esta situación, el coronel indicó que abrieron las investigaciones para recolectar la información que permita determinar los hechos y sancionar a los responsables. “Se trata de población en situación de migración irregular y, por eso, los funcionarios de Migración Colombia son los responsables de la actuación en estos casos, hay puestos de control (de la Policía) en las vías, pero ellos no los pueden devolver”.

Regresar no es una opción para los migrantes. Por eso, la alcaldesa encargada sostiene que seguirán tocando puertas de los gobiernos nacional y departamental para que les ayuden a solucionar esta situación, pues la capacidad municipal es insuficiente y saben que la llegada de más migrantes seguirá mientras se mantenga el permiso temporal de protección, otorgado por el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, que les permite a estas personas entrar con mayor facilidad al país que sueñan alcanzar.

50
dólares pagan los migrantes por cruzar de Necoclí a Capurgná, según los viajeros.
1.000
migrantes llegan a diario a Necoclí para cruzar hacia Capurganá, dice la Alcaldía. Hay embarcaciones para 850.
Infográfico
Heidi Tamayo Ortiz

Periodista del Área Metro.

Te puede interesar