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Desde que resultó electo el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez fue reiterativo en una cifra: al finalizar su mandato, la ciudad tendría 80 kilómetros nuevos de ciclorrutas, que complementarían los 45 con los que la ciudad ya contaba.
Sin embargo, hasta julio de este año apenas se habían ejecutado 26 kilómetros. Para dar celeridad a la construcción de los restantes, la alcaldía le apostó a las ciclorrutas en vía, de las que actualmente está ejecutando 30 kilómetros a través de la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU).
Los responsables de la ejecución de las obras, expertos y usuarios de bicicleta analizan la pertinencia de los nuevos tramos que se están habilitando en la ciudad.
Para el subgerente de Ejecución de la EDU, Juan Camilo Builes, es impreciso decir que los carriles de bicicletas “pintados” en las vías son una medida desesperada de la alcaldía para cumplir la meta trazada a inicios de 2016, como lo han señalado algunos ciudadanos.
Por el contrario, expone que antes de comenzar con la ejecución de los 30 kilómetros con esas características, se realizaron análisis en compañía del Departamento Administrativo de Planeación y la Secretaría de Movilidad para determinar en qué vías se podían implementar, y luego, desde agosto de 2018 hasta abril de este año, se hicieron las adecuaciones previas a la señalización definitiva.
“Para lograr lo que se está viendo hoy, que de un día para otro haya un corredor de ciclorruta señalizado, tuvimos que pasar por una fase previa, que son las obras civiles asociadas a habilitar la vía para que pueda recibir la ciclorruta”.
Dentro de esas obras se incluye el reparcheo de huecos, la adecuación de los bordillos de las aceras y el intercambio de las alcantarillas por unas que no obstaculicen el movimiento de las llantas de las bicicletas, como sí lo hacen las tradicionales.
Además, expone que la separación de los carriles por medio de los topes de caucho busca que otros actores viales mantengan su distancia con los ciclistas, pero reconoce que para asegurar que vehículos mal parqueados y motociclistas no los invadan se necesita reforzar en la cultura ciudadana.
Builes agrega que los $29.200 millones que se requieren para la adecuación de los 30 kilómetros son una inversión más eficiente que la que exigirían ciclorrutas separadas de las vías. Además, precisa que en octubre entregarán esos tramos, y que en diciembre sumarán nueve kilómetros más.
Para Carlos Cadena Gaitán, coordinador académico del Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam) de la universidad Eafit, la obra por sí sola no garantiza que haya un uso efectivo de los ciclistas.
“Primero va la infraestructura, luego la cultura. Se debe insistir en estrategias para que las personas sí se apropien de las ciclorrutas, como los cruces semafóricos priorizados y la conexión a la intermodalidad, con las estaciones de metro y paradas de bus”, dice.
Por su parte, Mauricio Mesa, del colectivo Siclas, sostiene que es necesario conscientizar a los vecinos de los nuevos tramos para que no los invadan con carros mal parqueados, y que haya un mayor acompañamiento de agentes de tránsito luego de que se inauguren en octubre.
De acuerdo con la Secretaría de Movilidad, uno de los principales aspectos que se revisaron antes de aprobar los diseños de las nuevas ciclorrutas fue su integración con la red existente (ver gráfico).
También establece que las vías seleccionadas para las ciclorrutas conectan a zonas céntricas, y son lugares por los que ya hay circulación de ciclistas .
Periodista profesional y atleta aficionado. Hago preguntas para entender la ciudad.