La guerrilla de las Farc y del Ejército de Liberación Nacional, Eln, siembran minas no convencionales que son difícilmente descubiertas por los caninos y por los detectores de metales.
Uno de esos explosivos cobró la vida del soldado Wilson de Jesús Martínez, de 37 años, quien murió cuando intentó desactivar el artefacto explosivo en la vereda Orejón, en Briceño, Norte de Antioquia.
El general Leonardo Pinto Morales, comandante de la Séptima División, señaló que la mina que estalló en la vereda de Briceño “no tiene metal y, no fue identificada por el detector de metales. Además, según la información, el canino experto no localizó el explosivo”.
Indicó el comandante de la Séptima División que se van a revisar los protocolos para verificar si el procedimiento adelantado fue el indicado. “Usar otro tipo de herramientas para poder establecer las minas”, dijo.
De acuerdo con el general Pinto, “nosotros tenemos otro tipo de detectores. Ellos lanzan una señal electromagnética y el detector reporta todo lo diferente a la naturaleza. Es una herramienta que piensa implementarse, imagino”, dijo el alto oficial.
Recordó Pinto Morales que esas minas no son nuevas, llevan muchos años de construidas y sembradas. Son un explosivo artesanal con empaque plástico. “Se fabrican desde hace años por las Farc y el Eln”, reiteró.
El soldado Martínez hacía parte de la comisión que adelanta las labores de desminado en la vereda Orejón, de Briceño.
Este sitio fue seleccionado en la mesa de diálogos de La Habana, Cuba, dentro del plan piloto de desminado. Allí hubo un acuerdo para erradicar las minas antipersonal y remanentes de explosivos que afectan a la población de ese municipio antioqueño.