Una frase resume la incertidumbre que se vive en el Suroeste tras el cierre de la troncal del Café por causa de dos derrumbes ocurridos entre mayo y este mes (La Huesera y La Sinifaná): “No podemos seguir siendo cenicientas del invierno y víctimas del mal tratamiento de las vías de la subregión”.
Fueron las palabras de Santiago Ochoa, alcalde de Titiribí, quien ayer en sesión de la Asamblea cuestionó el manejo que se ha dado al asunto y reiteró que su municipio sufre porque vive en intermitente desconexión en sus accesos.
El diputado Norman Correa, antes de la intervención de la concesionaria encargada del mantenimiento de la carretera, observó que hace tres años en la Duma se había tenido el mismo debate por la inestabilidad en el sector La Huesera, pero ahora que se sumó el de La Sinifaná, quedó en evidencia que las soluciones de raíz no han llegado.
Además, indicó que en dos meses comienza la temporada de cosecha cafetera, pero con la carretera principal cerrada se dificultará sacar las cargas, no solo de café sino de otros productos agrícolas del Suroeste.
Por ese motivo, Gilberto Quintero, secretario de Infraestructura de Antioquia, solicitó al Gobierno Nacional un estudio definitivo e inversiones para habilitar la vía (que es responsabilidad de la Nación) y garantizar que el problema no se repita.
“La solución no es sacar derrumbes, no es que cada vez que llega el invierno se mantengan equipos para despejar el material que cae”, expresó.
Por su parte, Jaime Saldarriaga, gerente Cootransandina, manifestó que los transportadores están perdiendo porque los viajeros desisten de viajar a la subregión.
La respuesta de Covipacífico, concesionaria encargada de la carretera, dejó más incertidumbre que tranquilidad.
Juan de Dios Cisneros, gerente del proyecto Pacífico 1, explicó que están haciendo seguimiento con drones al derrumbe de La Sinifaná, pero hasta que no cesen los desprendimientos no comenzarán los trabajos para reparar la vía y saber con claridad las causas del deslizamiento.