No se sorprenda si encuentra en el Centro de Medellín a varios policías con una pequeña cámara colgada en su pecho. Desde ayer, 15 cuadrantes de La Candelaria adoptaron las primeras 90 bodycam, unos equipos que graban y transmiten en tiempo real cada detalle del turno de los uniformados.
El comandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, general Óscar Gómez Heredia, dijo que así la institución pasa a estar a la vanguardia en cuanto a tecnología para la seguridad ciudadana, como en los países industrializados, a la vez que se garantizan los derechos de la comunidad y del uniformado durante todos los procedimientos en la ciudad.
Pero esta es solo la primera parte, porque las autoridades informaron que para el Centro se tendrá un total de 264 bodycam, y para cubrir toda la capital antioqueña en octubre estarán funcionando 1.644 equipos al servicio de 822 agentes —por turno— de los 413 cuadrantes urbanos.
¿Cómo funcionan?
Además de grabar audio y vídeo, las pequeñas cámaras tienen la función de geolocalización, de tal manera que desde el centro de control, que estará en cada estación de policía, podrán tener la información de dónde está cada uniformado, qué está haciendo y cómo está procediendo.
Así lo explicó David Vieira Mejía, gerente de la Empresa de Seguridad Urbana, que fue la encargada del proceso de adquisición de estos equipos para los cuales el Municipio invirtió $15.215 millones.
“Para tranquilidad de la ciudadanía, las bodycam no pueden ser manipuladas por los agentes, que solo podrán señalar momentos del turno con etiquetas por si ocurre algo por fuera de lo normal en sus horas de servicio”, reveló.
Al comenzar la jornada, adicional al armamento, cada policía recibirá el equipo de grabación y, al terminar el turno, el material recopilado queda guardado como insumo para cualquier requerimiento judicial.
El alcalde de Medellín Federico Gutiérrez manifestó que estas herramientas son un símbolo de confianza entre la ciudadanía y la autoridad, porque al tiempo que sirven para mejorar la operatividad de la fuerza pública, garantizan mayor transparencia en cualquier intervención.
“Estos equipos no tienen por qué estorbarle a nadie, solo les molestarán a quienes quieren hacer algo diferente a lo que esté dentro del servicio o al ciudadano que busca burlar la ley”, aseveró el mandatario.
Una sola bodycam cuesta alrededor de 1.000 dólares, indicó Vieira, pero aparte de su adquisición, dentro del monto de la inversión también se cubrieron los gastos de los software de transmisión y los planes de datos que usan los aparatos para su funcionamiento.
“Era una necesidad planteada por parte de la Policía y materializado desde la Secretaría de Seguridad local, que buscó los recursos para iniciar el proceso de compra desde comienzos de este año”, dijo.
Más allá de la transparencia
El alcalde subrayó que hay un detalle que la comunidad pasa por alto, y es que después de los procedimientos policiales los agentes reciben innumerables denuncias, por lo cual las pequeñas cámaras también ayudarán a clarificar en qué casos las quejas son justificadas y en cuales no.
“Nuestros agentes deben contratar abogados, presentarse en diligencias judiciales, y creo que estas herramientas permitirán al menos que puedan contar con material probatorio”, señaló Gutiérrez.
Además, el general Gómez Heredia apuntó que al tener una visión en tiempo real de lo que vive cada agente, en caso de necesitar apoyo los refuerzos podrán enviarse de manera inmediata.
Por último Vieira adelantó que al finalizar 2019, en otras estrategias del plan maestro de tecnología de la Secretaría de Seguridad, estarán instaladas 1.200 cámaras de seguridad en toda la ciudad (duplicando las que pusieron administraciones pasadas) y también se trabaja en la actualización de la línea de emergencias 123.