La Procuraduría General de la Nación anunció que abrió una indagación previa por presuntas irregularidades en la ejecución del proyecto denominado “Valle del Software” el proyecto de bandera de la Alcaldía de Daniel Quintero.
Lo que señaló el Ministerio Público es que tomó la decisión tras conocer información que advertía sobre presuntas anomalías en el avance de esta iniciativa, pues, al parecer, existe incumplimiento en la entrega de varios de los 21 de centros territoriales planeados para fomentar el uso de tecnologías y ofrecer a la comunidad una oferta en materia de emprendimiento e innovación.
En consecuencia, el ente disciplinario pidió a la Alcaldía de Medellín información de los contratos y de los servidores públicos y/o particulares que participaron en la etapa previa, celebración y ejecución de cada uno de los negocios jurídicos relacionados con el “Valle del Software”.
Así mismo, solicitó copia de los estudios previos, contratos, actas de entrega y una certificación del estado actual del proyecto.
Mediante esta acción disciplinaria, la Procuraduría busca individualizar a los servidores públicos y particulares que hayan participado en la etapa previa, la celebración y la ejecución del “Valle del Software”.
EL COLOMBIANO ya le había puesto la lupa a este tema en una investigación publicada en octubre de 2022, en la que verificó que en 3 años de gestión, de 21 centros zonales había ‘entregado 7 (en noviembre entregó otro más)’ , que realmente no son nuevos porque ya funcionaban antes. A inicios de 2021, en la inauguración del primer Centro del Valle del Software (CVS), en la comuna 13, Quintero dijo que a partir del 17 de febrero, fecha en la que entregaría el CVS de Belén, se inauguraría uno cada semana en cada una de las comunas.
Es decir que si las cuentas se hubieran cumplido, para mediados de 2022 ya deberían estar puestos al servicio de la comunidad los 21 CVS planeados. Pero la realidad es que hoy solo se han entregado ocho: San Javier, Belén, Castilla, San Antonio de Prado, San Cristóbal, Manrique, Popular y Villa Hermosa.
Pero en realidad no construyeron nada nuevo, lo que hicieron fue adaptar partes de los Centros de Desarrollo Zonal (Cedezo) que fueron construidos en los gobiernos de Aníbal Gaviria y Federico Gutiérrez.
EL COLOMBIANO le solicitó al Distrito la información sobre el avance del Valle del Software y encontró datos que en vez de despejar dudas, las acrecientan: hay cifras que no coinciden con la realidad y la conclusión es que no se va a lograr cumplir la promesa del Valle del Software.
La confusión fue más grande al recibir de la Alcaldía las respuestas solicitadas para contrastas las cifras del proyecto. La Alcaldía aseguró, tras un derecho de petición, que el compromiso en cuanto a los Centros del Valle del Software era habilitar solo uno en 2020 y no lo hizo. Lo curioso es que en agosto de 2021 al dar al servicio C4TA (Centro para la Cuarta Revolución Industrial) , que venía de administraciones pasadas, se la mostró no solo como un logro de la actual alcaldía sino como el primero de los 21 CVS que se debían poner al servicio.
Después, en 2021 la meta eran 11. En el derecho de petición contestaron que lograron 9 —algo que claramente era falso—, y al pedirles mayor información sobre el estado actual de los CVS, solo reportaron los seis que ya se conocían hasta el momento, los mismos a los que básicamente maquillaron la infraestructura física que venía funcionando de alcaldías anteriores y las dotaron con tecnología.
Sobre los que faltan, contestaron que ya cuentan con “idea básica, anteproyecto, proyecto y diseño a detalle” y que en cuanto a la dotación están pendientes de la “vigilancia tecnológica y propuesta de implementación”. No obstante, así no estén construidos, sostienen que ya ofrecen programas del Valle del Software.
Sin embargo, lo que EL COLOMBIANO constató en visitas a los centros ya inaugurados refuta estas aseveraciones. Efectivamente, en estos lugares se ofrecen cursos relativos a la Cuarta Revolución Industrial, el problema es que cuando una persona llega en busca de asesoría para escalar una empresa, solo asumen de manera directa los que tienen que ver con negocios tradicionales (tiendas y confecciones, por ejemplo) y remiten a Ruta N los emprendimientos de base tecnológica. Esto contraría completamente la gran promesa de los Centros del Valle del Software que era, justamente, promover los emprendimientos disruptivos sin que la gente tuviera que salir de su comuna.