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Caos y zozobra en 5 días de paro minero en Buriticá

Pese a que se llegó a un acuerdo para levantar el bloqueo de la vía a Urabá, continúa búsqueda de desaparecidos. La incertidumbre sigue.

  • La cola de vehículos a lado y lado de la vía se extendió por tres o cuatro kilómetros durante casi 20 horas. FOTOS Jaime pérez
    La cola de vehículos a lado y lado de la vía se extendió por tres o cuatro kilómetros durante casi 20 horas. FOTOS Jaime pérez
17 de agosto de 2022
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La noche del lunes fue lluviosa, fría y concurrida: un centenar de carros, entre camiones, buses y automóviles, pasó las horas con los motores encendidos. Rugiendo en pleno aguacero, levantaban vapor en un ambiente ya enrarecido por la neblina. Cada tanto, unos hombres daban ronda, subidos en motos ruidosas, y decían que la protesta iba para largo. No había una hora de apertura de la vía que comunica a Medellín con Urabá. No dejarían pasar a nadie si no había un acuerdo, decían.

Y así pasó la noche, sin acuerdo alguno. Solo hasta el mediodía de ayer, cuando ya muchos habían perdido la paciencia, se vio la luz al final del túnel. Las protestas de los mineros de Buriticá, que comenzaron el viernes de la semana pasada, llegaban a su fin.

Todo comenzó con una denuncia. Como pólvora se regó el rumor de que varios mineros —se habló de hasta 100— habían quedado atrapados en unos socavones. La versión apuntaba a que la minera Zijin Continental Gold, que opera en Buriticá, había vertido un lodo sobre los socavones, dejando así atrapados a los mineros informales.

Desde la multinacional, sin embargo, han negado enfáticamente esa versión, aduciendo que no cometieron tal falta. La respuesta, sin embargo, no fue suficiente, pues el polvorín ya se había levantado.

La situación más crítica se vivió en la noche del lunes y la madrugada del martes, cuando apenas se hicieron un par de aperturas parciales. La cola de camiones y carros iba casi hasta Manglar, varios kilómetros más allá del bloqueo. El gobernador había dicho que ya se trabajaba en una mesa de diálogo con los mineros para solucionar el inconveniente, pero llegar a un acuerdo tardó más de lo esperado.

El nuevo parte, aún sin confirmarse, es que hay dos mineros desaparecidos, supuestamente atrapados en los socavones que se llenaron con lodo. Ayer hubo un segundo round con Irene Vélez, la ministra de Minas. Teresa Mazo, representante legal de los manifestantes, indicó que luego de una reunión con la ministra se tomó la decisión de crear una comisión para el rescate de los mineros que se encontrarían atrapados, así como una revisión al título minero de esta compañía multinacional para establecer si están cometiendo irregularidades en la zona.

El acuerdo se logró de manera parcial para habilitar el tránsito hacia esta subregión del departamento, pero las protestas siguen, por lo que no se permite el tránsito de vehículos hacia el casco urbano de Buriticá. “Seguimos con la protesta pacífica en La Estrella, Batea, Pategallina y la entrada a la sede de la Zijin Continental hasta tanto la empresa firme los compromisos”, señaló Mazo.

Sobre la vía principal quedaron las huellas de lo sucedido. Cientos de empaques plásticos, vasos y botellas quedaron a la vera de la carretera. En toda la partida para Buriticá, el corazón del bloqueo, quedaron los restos de una bandera de Colombia, totalmente cubierta de hollín; el suelo, renegrido de las cenizas de llantas y otros objetos.

Caos y confusión

Además de la lluvia, el desprendimiento de rocas y la espera, los viajeros tuvieron que soportar el trato de algunos de los organizadores del paro. Hombres jóvenes, subidos en motocicletas y con la cara cubierta, tomaron el control de la vía ante la ausencia absoluta de agentes del Estado. Ni Ejército ni Policía se vieron en la cola. “Quedamos a merced de esta gente”, se quejaban algunos.

Maicol, un hombre que viajaba de Cañasgordas a Medellín, sufrió la angustia en carne propia. A las 11:00 de la noche del lunes, después de nueve horas de espera, estaba a punto de llegar al sitio del bloqueo. Pero los hombres de las motos, amenazantes, le dijeron que abrirían de nuevo solo a las 6:00 de la mañana. “Si se pasa o adelanta el carro, se lo quemamos”, lo amenazaron.

Con más de 12 horas en el bloqueo, un camionero que cubría la ruta entre Medellín y Apartadó lamentaba que su carga de maracuyá se fuera a perder. “Solo cuando descargue nos daremos cuenta de qué tanto se perdió por la espera”, comentó.

El alcalde de Buriticá, Luis Hernando Graciano, indicó que algunas personas aprovecharon las protestas para cometer actos vandálicos como saqueos y daños a la infraestructura. Para nadie es un secreto que el grupo armado Clan del Golfo tiene una gran influencia en el Occidente. En esa región, precisamente, se lucra de la minería ilegal.

En la noche de ayer, de manera sorpresiva, el seres de Seguridad Humana de Antioquia, Luis Fernando Suárez, comunicó que las labores de búsqueda se suspendían por hostigamientos de parte de un grupo de desconocidos.

“Rechazamos situación ocurrida hoy en Buriticá. Nos informan que fue interrumpida acción humanitaria de verificación del equipo de salvamento minero. Desconocidos al interior de la mina impidieron el paso y manifestaron que mañana entregarían los cuerpos de desaparecidos”, dijo el funcionario a través de su cuenta de Twitter.

Esto generó muchas más dudas sobre qué pasó realmente en los socavones de las minas.

Sobre los dos desaparecidos, desde la Alcaldía se ha indicado que uno de ellos sería venezolano, Víctor Enrique Peña Álvarez, conocido como el Chamo. De la otra persona no se sabe nada.

Los líderes de los mineros ancestrales, como se hacen llamar, pidieron para dar por finalizadas estas protestas que se cumplan los compromisos y que “la empresa no vuelva a lanzar lodo donde están los mineros ancestrales. Que ellos no son grupos malos, sino gente que busca los alimentos” .

Infográfico
Miguel Osorio Montoya

Comunicador Social-Periodista de la UPB. Redactor del Área Metro de El Colombiano.

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