Para la construcción de las etapas 5 a 8 de Hidroituango quedaron siete empresas postuladas, de las 10 que habían comprado los pliegos. El descarte de las otras tres se debió a que estas no cumplieron con una visita obligatoria al proyecto para conocer los requerimientos.
Sin embargo, esto no impide que el proceso se lleve adelante aunque todavía haya plazo para la presentación de propuestas hasta el 14 de octubre. El gerente de EPM, Jorge Andrés Carrillo, afirmó que “va a haber pluralidad de oferentes. Vamos a traer al mejor en las mejores condiciones”.
Además, expresó desconocer las razones por las que los tres proponentes interesados se bajaron del bus del proyecto, aunque podría encontrarse dentro de las tres posibilidades manejadas por la compañía. “Puede que no cumplan con indicadores financieros, les falte experiencia o no llegaron por razones logística”, dijo Carrillo, quien no indicó cuáles fueron los oferentes que no decidieron continuar con el proceso.
Indicó también que entre los interesados se encontraba la actual contratista, el Consorcio CCCI por medio de la empresa Coninsa, pero la principal exigencia en este proceso pasa por cambiar la modalidad de pago, porque la forma como se hizo en la primera etapa no dejó conforme a EPM, según el gerente.
En cuanto a los requisitos, Carrillo aseguró que estos eran sencillos para cumplir “por empresas con experiencia en esta clase de proyectos” y señaló que estas deben tener experiencia en construcción de presas, instalación de concreto en grandes volúmenes y perforación y construcción de túneles. “Los requisitos se sacaron con base en lo que hace falta construir”, dijo.
En una adenda del pasado 12 de agosto, EPM dio a conocer que se ampliaba el plazo para la presentación de propuestas por tercera vez para estas empresas. Inicialmente vencía el 23 de junio y luego se extendió para el 27 de julio. Posteriormente se hizo la segunda prórroga para el 17 de agosto y por ahora quedó para el 14 de octubre.
Esto no afectaría al proyecto, aún si se presentara una nueva prórroga o se tuviera que hacer una nueva licitación. “La segunda etapa no tiene obligaciones energéticas en firme, no tenemos el pie puesto en el cuello. Si bien augutamos éxito en la licitación, tenemos tiempo para reaccionar si fuera fallida”, concluyó el directivo.