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Se desploma la confianza en la gestión del alcalde Quintero

  • El optimismo tuvo un desplome sin precedentes en 16 años, al pasar del 68% al 45%, según Medellín Cómo Vamos. FOTO: JUAN ANTONIO SÁNCHEZ OCAMPO
    El optimismo tuvo un desplome sin precedentes en 16 años, al pasar del 68% al 45%, según Medellín Cómo Vamos. FOTO: JUAN ANTONIO SÁNCHEZ OCAMPO

El pesimismo ante una economía local que no logra levantar cabeza y un crecimiento histórico en la desconfianza de los ciudadanos hacia la gestión pública hacen parte de los hallazgos más importantes que retrató la más reciente encuesta de percepción ciudadana realizada por el programa Medellín Cómo Vamos, que se presenta hoy y que basa sus resultados en información del año 2021.

Indicadores que dan cuenta de problemas de seguridad alimentaria que no ceden terreno, hasta obstáculos para encontrar empleo o emprender configuran la última fotografía que le midió el pulso a la situación de la ciudad.

Luis Fernando Agudelo, director del programa Medellín Cómo Vamos, apuntó que los resultados de esa medición arrojan un panorama lleno de contrastes y contradicciones.

Dentro de las más preocupantes sobresale el nivel de optimismo por el futuro, que registró un desplome sin precedentes en los 16 años de historia de esa medición. Mientras en 2010, 2013 y 2017 el indicador había tocado un piso histórico del 63%, el año pasado cayó al 45%.

Así mismo, otro de los ejes que abordó la encuesta fue la percepción de los ciudadanos frente a las instituciones públicas, sobre todo en cuanto a su papel para mejorar la calidad de vida.

En un hecho sin precedentes, tras preguntar por un conjunto de al menos 15 entidades y organizaciones (que incluyen a la Alcaldía de Medellín, el Concejo, las juntas de acción comunal, la Gobernación de Antioquia, el Gobierno Nacional, las ONG’s, entre muchas otras) la confianza cayó de forma generalizada en cada una de ellas.

Por ejemplo, mientras en 2020 el 78% de los encuestados creían que las acciones que implementaba la Alcaldía servían para mejorar la calidad de vida, tan solo el 39% de los mismos se mantuvo en esa opinión en 2021.

En materia de confianza, los indicadores también se desplomaron para el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, pasando de un 66% de confianza en 2019 a un 34% en 2021. Por su parte, su favorabilidad pasó del 74% en 2020 a un 54% en 2021 y la buena gestión pasó del 60% en 2020 al 35% en 2021.

La pobreza no cede

Aunado a ese deterioro en la confianza pública, el informe también puso sobre la mesa un panorama pesimista en cuanto a la situación económica de la ciudad.

En materia de seguridad alimentaria, por ejemplo, el 22% de los encuestados afirmó que al menos uno de los miembros de su hogar había comido menos de tres veces al día, un resultado idéntico al de 2020.

Frente al empleo, la encuesta también mostró un repunte en la preocupación. Al ser cuestionados sobre qué tan de acuerdo estaban sobre si encontrar trabajo en la ciudad era fácil, el número de encuestados en desacuerdo pasó de 35% en 2020 a 59% en 2021.

De igual forma, al ser interrogados sobre si era fácil emprender con éxito una actividad económica independiente, el número de ciudadanos en desacuerdo pasó del 27% en 2020 al 48% en 2021.

Jorge Iván González, economista de la Universidad Nacional e integrante del Comité de Expertos de Pobreza del Dane, apuntó que esos y otros indicadores encajan con las mediciones que viene haciendo el Dane desde el año pasado, que muestran cómo la pandemia agravó la pobreza en las urbes del país.

En abril del año pasado, en la actualización de los índices de pobreza monetaria, el Dane calculó que en Medellín y su área metropolitana 334.415 personas habían caído en este tipo de pobreza entre 2019 y 2020.

En ese estudio, el Dane también documentó cómo la inversión pública, tanto del nivel nacional como local, había sido insuficiente para mitigar esa crisis. En el caso de Medellín, los estímulos oficiales tan solo habían logrado reducir en un 1,4 % los indicadores de pobreza, uno de los impactos más bajos del país.

En paralelo a este contexto, González planteó que otro de los hallazgos a resaltar por parte de Medellín Cómo Vamos fue la distribución del ingreso dentro de los hogares, en donde los encuestados fueron cuestionados sobre si estos alcanzaban a cubrir sus gastos mínimos. Mientras el 35% dijo que no alcanzaban y el 54% que solo alcanzaban para cubrir lo mínimo, tan solo un 10% respondió que sus ingresos cubrían más allá de lo básico.

“Una estructura de consumo en donde solo alcanza para lo básico es preocupante”, planteó el académico, agregando que, al igual que en el resto de ciudades colombianas, el papel del Estado y de las instituciones locales para superar el rezago que ocasionó la pandemia es crucial.

“El impacto económico que ha tenido el covid se ha reforzado con un diagnóstico preocupante, en donde la gente ha sentido que la sociedad es menos acogedora. Es como cuando uno piensa bien de una persona y llega el momento extremo donde la necesita y le queda mal. Cuando llegó la crisis, el ciudadano de Medellín no tuvo a quien recurrir”, planteó el profesor Jesús Botero García, director del Grupo de Coyuntura Económica de la Universidad Eafit.

Para el académico, la encuesta es muy clara en mostrar que las personas están desesperanzadas.

“Yo creo que eso va más allá de factores coyunturales, sino que toca el corazón de la gestión pública en Colombia”, acotó Botero, considerando preocupante que ese pesimismo también incluyó a las universidades, la empresa privada, los medios de comunicación, los partidos políticos, entre otros.

En contraste, el director Luis Fernando Agudelo consideró que en el caso de Medellín el desplome de la confianza sí debe interpretarse en función del papel de la Alcaldía durante los últimos dos años, ya que según los mismos cálculos oficiales, durante este periodo se han manejado presupuestos muy altos.

Tal como lo informó la Secretaría de Hacienda en diciembre pasado, pese a los coletazos de la pandemia, la Alcaldía tiene en 2022 una billetera de $6,29 billones, de los que el 80% se destinará a programas de inversión.

Tan solo en el caso de EPM, la ciudad recibió transferencias históricas por $1,8 billones, que equivalen a un incremento del 29% en comparación con 2021.

“Si bien estamos en medio de un fenómeno que es nacional, que golpea a los principales centros urbanos, Medellín tiene una diferencia estructural con las demás ciudades y es que no está viviendo esta crisis de pobreza e inseguridad alimentaria en unas condiciones de crisis fiscal paralelas”, cuestionó Agudelo.

“Lo que queda es un asunto de priorización del gasto para superar la pobreza. La ciudad cuenta con los recursos para poder atender una necesidad básica esencial como es la seguridad alimentaria”, señaló.

De igual forma, tanto Botero como González señalaron que los hallazgos de la encuesta resaltan la necesidad de buscar soluciones de fondo, que le permitan a la ciudad reparar el tejido económico que se destruyó durante los últimos dos años.

los hallazgos que arroja la encuesta de percepción ciudadana 2021

Jacobo Betancur Peláez

Comunicador social y periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana, especializado en la investigación de temáticas locales. También cubro temas relacionados con salud, historia y ciencia.

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