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Últimos escalones educativos, aún esquivos para las mujeres

Al avanzar en los niveles de maestría y doctorado, el porcentaje de graduadas es menor.

  • Las mujeres dedican siete horas al día a actividades de cuidado no remuneradas, según el Dane.
    Las mujeres dedican siete horas al día a actividades de cuidado no remuneradas, según el Dane.
16 de marzo de 2020
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Si situáramos, uno junto al otro, a un hombre y a una mujer jóvenes recién graduados del colegio e intentáramos predecir sus futuros académicos a partir de las estadísticas de educación superior en el departamento, él tendría, por lo menos, un 25 % más de probabilidades de llegar hasta el último nivel de posgrado que ella.

Así lo muestra un informe del Observatorio de Asuntos de Mujer y Género de la Gobernación de Antioquia, con datos del Ministerio de Educación Nacional. El documento “Brechas de género en la educación” señala que el porcentaje de mujeres que se gradúa de la educación superior en el departamento disminuye en la medida en que la formación avanza en nivel de posgrados.

Es decir: mientras en el nivel universitario las mujeres representaron un 58 % de los graduados en el departamento en 2017 (últimos datos disponibles), en especialización esta cifra descendió a 57,3%. En maestría el porcentaje siguió descendiendo hasta un 48 % y, finalmente, en doctorado, las mujeres representaron un 37,3 % de los graduados, frente a un 62,7% compuesto por hombres.

¿Por qué menos mujeres que hombres consiguen llegar al último escalón en sus estudios superiores?

Llega la hora de cuidar

El periodo de la vida en que una mujer profesional puede ampliar sus estudios a maestría y doctorado coincide, en muchos casos, con el momento en que surgen responsabilidades asociadas con la maternidad y la vida en familia.

“Y es evidente que en el mundo académico no es lo mismo la maternidad que la paternidad”, asegura Alejandra Restrepo, integrante de la Red de Ciencia, Tecnología y Género de México, y doctora en Estudios Latinoamericanos.

Restrepo explica que la paternidad no suele representar pérdidas significativas en el proyecto académico de varones. La maternidad, en cambio, sí implica una serie de desafíos que suelen devenir en la postergación de sus proyectos o, incluso, la interrupción definitiva de sus estudios.

Según la última Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (Enut) del Dane, un 89 % de las mujeres y un 62 % de los hombres dedican tiempo a actividades de cuidado no remuneradas. Ellos: tres horas y veinte minutos, en promedio; ellas: más de siete horas al día.

“El cuidado de niños, ancianos, enfermos y discapacitados se ha convertido en una obligación de la mujer. Creemos que debe ser un derecho de quien lo necesita y, como tal, ser garantizado por el Estado”, explicó Dora Saldarriaga, concejala de Medellín por el movimiento Estamos Listas.

Por esta razón, Estamos Listas propone crear un Sistema Municipal de Cuidado que en escenarios educativos incluya centros de cuidado infantil, una medida enfocada en mitigar los impactos de la maternidad y reducir la brecha de deserción por género en universidades: en 2018, el 72 % de quienes desertaron en el país fueron mujeres, según cifras de Mineducación.

Pero no se trata solo de atribuirle al Estado la responsabilidad del cuidado: “es necesaria una transformación cultural para que dejemos de asumir que el cuidado es un rol femenino”, como lo explica Restrepo. Según la Enut, 67 % de las mujeres y 69 % de los hombres encuestados estaba de acuerdo con que “las mujeres son mejores para el trabajo doméstico que los hombres”.

Más allá de las cifras

Pensar que las mujeres deben dedicarse a los oficios hogareños no solo afecta a aquellas que abandonan sus proyectos académicos: también a las que los continúan.

“El porcentaje mayoritario de mujeres en pregrado o especialización es un avance. Pero el análisis va más allá de las cifras”, señala Restrepo, porque además de preguntarse por cuántas mujeres están en la educación superior, vale la pena analizar los campos de estudio a los que se están dedicando.

Un informe sobre la calidad de vida de las mujeres de Medellín Cómo Vamos (MCV), indica que ellas estudian más ciencias de la salud (68,1 % vs 31,9 % de participación masculina); economía, administración y contaduría (60,2 % vs 39,8 %); agronomía, veterinaria y afines (57,3 % vs 42,7 %) y ciencias de la educación (54,2 % vs 45,8 %). Los hombres estudian más ingeniería, arquitectura y urbanismo (68,5% vs. 31,5% de las mujeres) y matemáticas y ciencias naturales (52,2% vs. 47,8%).

Restrepo indica que a esto se le denomina feminización de ciertas profesiones, condición que guarda relación con la brecha salarial que aún se mantiene entre géneros: las mujeres ganan, en promedio, 85 % del salario que devengan los hombres, según MCV.

La mirada masculina

La ciencia ha sido históricamente territorio masculino. Solo hasta 1935 una mujer pisó una universidad colombiana en calidad de estudiante y, desde entonces, “la academia se ha convertido en un espacio que las mujeres hemos ido habitando con muchos esfuerzos”, expresa Restrepo.

“¿Usted para qué estudia?, eso es cosa de hombres”, son algunas de las frases que Restrepo asegura que era común escuchar hace 30 años.

En 2017, de los 2.280 integrantes de los grupos de investigación reconocidos por Colciencias en Medellín, solo el 36% eran mujeres, según MCV.

Y reflexionar sobre la participación de la mujer en la academia —especialmente en niveles de formación con alto contenido investigativo— pasa por analizar el rol de lo masculino y femenino en la producción científica.

“La ciencia tiene en el centro la mirada de los varones. Un ejemplo es la diferencia en estudios para desarrollar métodos de control de fertilidad en mujeres y hombres. Los estudios de píldoras para ellos se dejaron de promover por los efectos secundarios. Los de píldoras para mujeres, en cambio, a pesar de los efectos secundarios, se siguen promoviendo. Y este es solo un ejemplo” concluye Restrepo .

Infográfico
Últimos escalones educativos, aún esquivos para las mujeres
25%
fue, en 2017, la diferencia entre hombres y mujeres que se graduaron de doctorado.
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