La crisis de la salud sigue preocupando; otro hospital del Valle de Aburrá se declaró en emergencia hospitalaria debido a que sobrepasó la capacidad en el área de las urgencias. Esta vez se trata del Hospital Marco Fidel Suárez, ubicado en Bello, norte del territorio, donde indicaron que no dan abasto para la atención de estos servicios.
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De acuerdo con la comunicación de la institución, para este lunes 26 de mayo llegaron al límite de la capacidad en las urgencias, pues tienen una ocupación del 240 %, una demanda tan alta que los obligó a habilitar incluso nuevos espacios en la sede y a incrementar el trabajo del personal. Pero aun así la situación es crítica.
Por esta causa, y sumado a que instituciones de salud aledañas pasan por la misma situación y han cerrado servicios de urgencias, el Marco Fidel Suárez, que no es el hospital municipal, se vio obligado a declararse en emergencia hospitalaria, una medida que ya han tomado varias instituciones del Valle de Aburrá y otras regiones del departamento en los últimos meses por la misma razón.
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“Nuestro equipo trabaja incansablemente para atender a cada paciente con la prontitud y dedicación que merecen. Hemos habilitado espacios adicionales, disponiendo más recursos tanto humanos como físicos, pero la realidad es clara: necesitamos de su comprensión y apoyo”, indicaron desde el hospital.
Asimismo, hicieron un llamado a la comunidad en general para que hagan un uso racional de los servicios de urgencias y que acudan a ellas solamente cuando se requiera porque la vida o la salud estén en un inminente riesgo, “permitiendo que quienes enfrentan situaciones críticas reciban atención prioritaria”.
El llamado también fue a los usuarios para que confíen en las valoraciones del personal médico y la clasificación que hagan de Triage, que permite establecer un orden a las atenciones según la gravedad, urgencia y condición de cada paciente.
“A nuestro equipo humano, gracias. A cada médico, enfermera/o, auxiliares y personal de apoyo que ha puesto el alma en esta labor: su esfuerzo no pasa desapercibido. Son el corazón de esta institución y el reflejo de nuestra misión: servir con excelencia, empatía y sostenibilidad. A las autoridades y a la comunidad, les pedimos su solidaridad. Esta no es solo una crisis institucional, sino un llamado a actuar juntos por la salud de todos”, puntualizaron desde la institución de salud.
Solo el pasado 20 de mayo, la administración municipal de Rionegro, Oriente del departamento, informó que están colapsados en su capacidad de los servicios de urgencias, debido a la alta demanda de los servicios.
Desde la Secretaría de Familia, Salud e Integración Social señalaron que en este momento, hay una alta ocupación que ha venido creciendo en las últimas semanas, lo que ha afectado la prestación de los servicios de urgencias en los hospitales del municipio. No obstante, aclararon que esto se ha presentado con casos que no son urgencias vitales ni ponen en riesgo la vida de los pacientes.
La situación ha afectado la atención de los usuarios que son clasificados como triage 3, quienes en algunos casos han tenido que esperar por tiempos prolongados debido a la alta demanda y a que hay otros pacientes con mayores necesidades de atención urgente, según explicaron Tatiana Valencia, subsecretaría de Gestión en salud, y Caterina Orozco, secretaria de Familia, Salud e Integración Social de Rionegro.
Pero estos casos no son aislados. Tanto los de Rionegro como el de Bello se dan luego de que otras clínicas y hospitales de la red de salud del departamento declararan alertas, en las últimas semanas, por la alta ocupación en sus servicios de urgencias, algunas de ellas con una capacidad desbordada en magnitudes críticas.
Otras instituciones que lo han hecho son el Hospital San Vicente Fundación, el Pablo Tobón Uribe, solo una semana después, el Hospital Pablo Tobón Uribe, el Instituto Neurológico Colombiano, el Hospital César Uribe Piedrahíta de Caucasia, el Hospital General de Medellín, la Clínica Medellín de Occidente, el Hospital San Rafael de Yolombó, la Unidad Hospitalaria de Metrosalud de San Javier, y la Clínica Pajonal en Caucasia.
Estas congestiones han aparecido en medio de un panorama de incertidumbre que todavía no se disipa para la red hospitalaria del departamento y que viene desde hace más de un año y medio, según han alertado múltiples instituciones y órganos de control, debido a la presión sobre las salas de urgencias que se ha incrementado por la disminución de camas en varias entidades, problemas con el uso correcto del servicio y barreras para acceder a la salud.
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