Chance, de Abner Benaím

Abajo los ricos

Por: Íñigo Montoya

Una película colombo-panameña realmente parece un bicho raro que produce mucha desconfianza. Y si además está promocionada como una comedia, las sospechas son mayores. Pero a medida que avanzaba el relato, la sospecha es corregida por pequeñas sorpresas y guiños que anuncian que no es una comedia tonta y nada más (aunque algo de eso hay), sino una comedia negra que sabe llevar algunas cosas al extremo.

No se trata tampoco de una gran obra, porque más bien es un filme hecho con los recursos justos, un lenguaje narrativo apenas funcional y una estética más bien plana, pero en el fondo está impulsado por cierto ímpetu e irreverencia en la historia que cuenta y sus personajes.

Ya en el cine hay antecedentes de relatos sobre el personal del servicio que se revela o se toma la casa cuando los patrones no están. El excelente cortometraje de Carlos Mayolo titulado Asunción o la misma Viridiana, de Luis Buñuel, son buenos ejemplos. Pero esta cinta lleva esa situación a un punto de mayor confrontación, incluyendo la violencia y la narración en clave de humor negro.

El personaje de Paquita, interpretado por la colombiana Aída Morales, es la que lleva todo el peso de la trama, una trama muy seria, porque en el fondo el asunto de la película es nada menos que la guerra de clases y la reivindicación de los pobres sobre quienes siempre los han oprimido.

Pero si este personaje y su trasfondo son muy serios, es la dirección que toman las situaciones y la reacción de los demás personajes lo que logra construir un relato cargado de humor negro y hasta truculento, lo cual permite que la película alcance a conectar con el espectador y a salirse por momentos del molde de tanta comedia tonta con la que el cine latinoamericano quiere sostener su inexistente industria.