Partir, de Catherine Corsini

El amor contra el hastío

Por: Oswaldo Osorio

No niego que el amor tenga disputas con la vida, afirmaba André Breton, y luego añadía que una conciencia poética del amor debía vencer todo lo que encuentre hostil. Y según esta película, no importa que lo hostil sea la familia misma, esa sacra institución que se eleva siempre como la esencia de la sociedad y que todas las normas legales, morales y sociales hacen lo posible por proteger. Pero el amor, en especial el amour fou (loco) no tiene límites y siempre está asociado con la libertad.
Esta es, entonces, una película sobre ese amour fou y sobre esa libertad ante las convenciones sociales, aunque también podría ser vista como las inconsecuentes decisiones de dos personas por un capricho pasional. Este último no es el caso de su directora, pues evidentemente toma partido por sus dos protagonistas, con su amor nuevo y apasionado que lucha contra una vida tediosa y monótona o carente de expectativas.
Iván y Suzanne creen en las segundas oportunidades, y le apuestan todo a ello, sin importar las consecuencias. De manera que anteponen el sentimiento irrefrenable que les produce su amor mutuo al deber ser y a la voluntad que en principio creen tener. El amor y la pasión vuelve a darle un sentido a sus vidas, y eso es más importante que cualquier cosa: la familia, los hijos, el qué dirán o la estabilidad económica.
Tal determinación de la pareja de amantes se enfrenta a la actitud dominante y posesiva del tercero en cuestión, quien hace presión de la única forma que puede. De manera que la ciega fuerza de los sentimientos desafía la precariedad material. En este sentido, tal vez el argumento exagera un poco el poder del antagonista (quien normalmente sería la víctima) para forzar la penosa y dramática situación de la pareja. Pero aún así, lo importante es las decisiones que los enamorados (ella sobre todo) toman para afrontar los problemas y continuar con su amor.
Esta película empieza por el final. Y a propósito de esto quisiera cuestionar tal decisión, pues se trata de una práctica que cada vez se hace más frecuente en el cine y en la mayoría de los casos resulta innecesaria. ¿Cuál es el propósito de usar este recurso? ¿Crearle una expectativa al público desde el principio? Esto podría significar que quien lo hace duda de su capacidad para cautivar al espectador y llevarlo hasta el final. En contrapartida, conocer esta información puede echar a perder ciertas sorpresas e incluso malograr la natural evolución de los personajes, como sucede en este filme.
De todas formas, se trata de una cinta apasionada y apasionante, un desafío al deber ser en beneficio del amour fou. Una historia contada con simpleza de recursos narrativos y visuales, pero con gran fuerza dramática y en sus implicaciones sociales y morales. Y esta fuerza al final (que ya en parte conocemos desde el principio), se incrementa aún más por la tragedia que lo cruza. Entonces queda aún más claro qué es capaz de hacer el amor y la pasión.