Rescate del metro 123, de Tony Scott

Otra película de secuestros

Por: Iñigo Montoya

Ésta no es una película cualquiera de acción. Es una película de uno de los directores que más éxito ha tenido haciendo thrillers de acción, el inglés Tony Scott (hermano menor de Ridley). Un director que realmente tiene un buen sentido de lo que es el cine comercial y que, en algunos casos, ha conseguido cintas de un buen nivel a pesar de todas las concesiones que sabemos se tiene que hacer en este tipo de cine.

Películas suyas son: Déjà vu, Hombre en llamas, Enemigo público, Marea roja, Un romance de violencia (tal vez la mejor, algo en lo que ayudó el guión de Tarantino) y ese clásico del cine crispeta para adolescentes que es Top Gun. Salvo ésta última, las mencionadas son sin duda películas que, con sus limitaciones de cine comercial, tienen buenas cualidades, mínimo la de ser productos de entretenimiento sólidamente construidos y con cierto grado de originalidad.

Esta nueva película no podría decirse que califica para ponerla en este grupo de “cintas comerciales de calidad”. Es predecible de principio a fin y comete el primer y más grande error del cine comercial: apelar a arquetipos y, para ajustar, usar actores que una y otra vez han interpretado esos arquetipos. ¡Qué bueno es cuando se puede ver Denzel Washington o a John Travolta en uno de esos papeles en que no son ellos! Por ejemplo, a Travolta en A love song for Bobby Long y a Washington en El huracán.

En definitiva, es una típica película de “secuestro y rescate” en la que, también típicamente, el héroe es un hombre común y corriente (justo el arquetipo de siempre de Washington). Los momentos de tensión, los personajes sacrificables (uno de ellos es negro, por supuesto), el superficial trasfondo ético y político, los giros de último minuto y un en fin que nunca tiene fin. Sólo una película para comer crispetas y salvar un mal día.