El cuerno de la abundancia, de Juan Carlos Tabío

El país que necesita una herencia

Por: Oswaldo Osorio

Esta película puede producir reacciones encontradas, incluso en un mismo espectador. Puede ser vista como una burda comedia populista o, por el contrario, como un picaresco retrato de la sociedad cubana actual y su prolongada crisis. Aunque, en realidad, no necesariamente tienen por qué reñir estas dos opciones, en esa medida, es una comedia ligera llena de concesiones al espectador, pero también se puede ver, si se lee atentamente entre líneas, una reflexión sobre la Cuba de hoy.

El tema y el tono de esta película prácticamente son la marca de fábrica del director Juan Carlos Tabío, presente desde su debut con Se permuta (1988), pasando por la celebrada Fresa y chocolate (codirigida con Tomás Gutiérrez Alea en 1993), hasta la reconfortante Lista de espera (2000). Es un cine comprometido con el humor y la revolución. Sin embargo, entre ese debut y esta última película se pueden hacer preocupantes lecturas sobre su cine y su país.

Lo preocupante es que el país de Fresa y chocolate y Lista de espera están totalmente desdibujados. El compromiso con la revolución por parte de los ciudadanos y el optimismo y armonía con que asumen su vida diaria y las relaciones con los demás, presentes en estas dos películas (también en la ensoñadora El elefante y la bicicleta, 1994), ya no están en este último filme, el cual está marcado por la desconfianza generalizada, la falta de solidaridad y el individualismo que busca sobrevivir en medio de la precariedad económica.

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