Paul, de Simon Pegg y Nick Frost

Por: Xtian Romero – cineparadumis.blogspot.com

Si Bien Super 8 este año ya hizo lo suyo homenajeando el cine setentero de extraterrestres, teniendo un resultado más que loable y emotivo, Paul hace lo propio de una forma descarada e irreverente y no por ello menos meritoria.
Tomando todos los tópicos del cine alienígena, con el clichesudo extraterrestre cabezón, ojón y de color verduzco, platillos voladores, agentes secretos de cachaco, gafas negras y mal encarados, y otros tantos pequeños homenajes a todas las películas y sieries frikis que calaron hondo en los gustos de sus guionistas, le dan una vuelta de tuerca contando una historia protagonizada por un extraterrestre grosero, bromista y mariguanero.
Un par de nerds ingleses cumplen su anhelado sueño: Ir a una edición del comic-con, uno de los eventos anuales más importantes del comic y todas las artes relacionadas con la ciencia ficción, la fantasía y el terror, para después lanzarse a recorrer los lugares que tuvieron algo que ver con apariciones del tercer tipo. En el camino se toparán con Paul, un extraterrestre que está huyendo de una entidad gubernamental y que al mejor estilo de E.T, sólo quiere largarse a su casa. La cuestión es que este extraterrestre tiene unas formas de vida y unos comportamientos que desconciertan a sus protagonistas, al mejor estilo gamberro como lo llamarían los españoletes.
La historia desde que arranca tiene un ritmo que atrapa, lleno de situaciones cómicas y diálogos bien ingeniosos, que se vuelven aun más interesantes cuando aparece Paul en escena. Al apelar a la fórmula de road movie, la película se convierte en una trepidante aventura, mientras en el camino se van encontrando con unos personajes bien llamativos y particulares que le van inyectando más humor y picardía a la historia, para concluir en un final con un interesante punto de giro. ¿Y a qué no adivinan quién es la mala?
Definitivamente los personajes y lo bien actuados que están, le dan mucha contundencia a la cinta, sobre todo con la pareja protagónica que ya nos había sorprendido en otras ocasiones con las inolvidables Shaun of the Dead y Hot Fuzz, que además, hay que aclarar, fueron los guionistas de esta cinta. Simon Pegg ya había guionizado las dos anteriores, pero esta vez se une con su amigo y colega que siempre lo acompaña para escribir la partitura de este rockanrollero film y por tanto, deben ser considerados como las verdaderas mentes tras el éxito de estos productos. Por esa razón aparecen en el título como creadores y no el director como acostumbró hacerlo. Ahí disculparán mi atrevimiento.
Esto, es un film de ñoños para ñoños, pues el tener conocimiento de todas las películas, series y comics que referencian, hará que el visionado sea mucho más divertido. Pero tranquilos, que también puede ser vista por cualquier persona que de igual manera, se reventará de la risa gozando de las travesuras de esta pandilla tan peculiar, dejándose atrapar por su encantador protagonista.