Un E.T para adultos poco exigentes
Íñigo Montoya
Es sabido que la industria del cine, en su vertiente más comercial y de consumo, produce películas donde el reciclaje de temas, esquemas argumentales, fórmulas y estereotipos son la manera más fácil de enganchar con el gran público y la recompensa de la taquilla. Pero se supone que hay unas películas que tienen la capacidad de conectar con ese gran público y, aun así, contener una buena dosis de originalidad y virtudes en las cosas que dicen y como las dicen. Esas películas son las que, generalmente, terminan siendo premiadas en los distintos certámenes. Continuar leyendo