¡Penas y alegrías del café!

El antecedente

Para Colombia, el siglo XX fue el siglo del café. El grano fue la principal fuente de ingresos por balanza comercial durante más de 60 años. Sin embargo, el siglo del café terminó muy temprano; en 1989 se rompió el Pacto Cafetero, el cual, en el marco de la Organización Internacional del Café -OIC- garantizaba ingresos estables a los países productores, mientras mantenía el mercado en un ambiente de relativa estabilidad con pocos sobresaltos, excepto en las coyunturas de bonanzas derivadas de fuertes cambios climáticos, en Brasil principalmente.

Las últimas dos décadas

A partir de la ruptura del Pacto Cafetero se desnudaron las verdaderas dificultades del mercado mundial del grano: crónica sobreoferta, mercado mundial limitado (en países altamente poblados de Asia no se toma café, el té reina en esas regiones) y un evidente oligopolio en el procesamiento del grano y en la comercialización de la bebida.

Todo ello nos llevó a una crisis que comenzó con la caída de los ingresos de los caficultores, siguió con el agotamiento de los ahorros del gremio (Fondo Nacional del Café) y terminó con el empobrecimiento de nuestros campesinos y la consecuente reducción de la producción del grano.

El ambiente se agudizó a través de la última década con la aparición de nuevos competidores que colocaron a Colombia en el 4to puesto del ranking mundial, después de décadas de ser el principal rival de Brasil. Las Robustas de Vietnam e Indonesia inundaron el mercado. Para hacer más compleja la situación, desde 2002 se ha venido acumulando una tendencia revaluacionista del peso, con la consecuente pérdida de competitividad de nuestras exportaciones.

2013-2014: un respiro para la caficultura colombiana.

No hay mal que dure cien años, ni campesino que lo resista. Una combinación de hechos positivos ha cambiado el panorama cercano de los cafeteros. Después de que la cosecha cafetera había bajado a uno de sus mínimos histórios, menos de 9 millones de sacos, en 2013 la producción se recuperó, acercándose a los 12 millones de sacos.  Esta situación, aunada a un crecimiento del consumo doméstico, a unos relativos buenos precios internacionales, US$1,50 por libra, (contra US$0.65 hace una década) y a la reciente devaluación del peso.

El presidente de la Federación Nacional de Cafeteros augura que en 2014 la producción superará la barrera de los 12 millones de sacos y Colombia volverá al 3er puesto del ranking mundial de productores de café. Por ello, se asume que los subsidios que el gobierno destinó después de los paros  agrarios de 2012 y 2013 a la defensa de la caficultura, dejarían de ser necesarios.

Sin embargo, quiero llamar la atención que estas buenas noticias siguen evidenciando el precario avance de nuestra industria cafetera: los mercados emergentes exitosos de las últimas tres décadas (Corea, China, Taiwan, India, Brasil) no fincan su desarrollo en precios bajos, sino en INNOVACION. Parece que no hubiéramos aprendido nada de estas experiencias.

¡Algunas golondrinas están haciendo verano!!

Sin embargo, no son los buenos precios coyunturales los que dan señales interesantes, máxime cuando pensamos en el mercado a largo plazo. Estos años de crisis estimularon la creatividad de algunos empresarios, quienes han sembrado la semilla de la innovación y el emprendimiento en el sector cafetero:

Agroturismo: las fincas cafeteras que se transformaron en hoteles para sacar de la crisis a empobrecidos caficultores, se han convertido en eslabones de la cadena de valor turística que se viene promocionando en el país. Continuando con políticas que estimulen el desarrollo de Cluster en este sector, y con un posible fin del conflicto, ésta  se puede consolidar como una de las industrias más importantes de nuestra economía en los próximos lustros.

Cultivos de cafés especiales. Algunas fincas, especialmente en Quindio, Huila y Nariño, se están especializando en el cultivo de granos que tienen un valor especial en los mercados, nacional e internacional. Se trata de un producto apreciado por calidades derivadas del tipo de suelo, clima, semilla y cuidadoso proceso de beneficio y secado. Esta es una manera especial de agregar valor a una industria caracterizada por su bajo nivel de desarrollo tecnológico.

Incursión en el mercado de café procesado. Por décadas, Colombia fue el segundo mayor exportador de café verde (trillado) pero nuestro país ha tenido poca participación en el mercado de café procesado (tostado, molido, granulado, liofilizado, etc.) En la última década ha comenzado a sobresalir un pequeño grupo de emprendedores que incursionan en el mercado de la bebida, ofreciendo producto de origen, con la calidad exclusiva de ser preparado con grano 100% colombiano: liofilizado, descafeinado, granulado, saborizado, etc.

Juan Valdez. Este, tal vez es el mayor logro de la legendaria estrategia cafetera de nuestro país. Si bien sólo exportábamos el grano, la inversión en esta marca y en el sello “café de Colombia” ha servido de base para el surgimiento de esta empresa que incursiona en diferentes mercados relacionados con el grano. Incluso, la entrada a Colombia de starbucks es una buena noticia, en tanto incrementará las compras de la materia prima colombiana por parte de esta empresa. Hoy Starbucks consume cerca de 500 mil sacos de café colombiano.