La historia del asesinato de Jesús Amaya (ingeniero industrial y funcionario de la Alcaldía de Pitalito) comenzó hace un par de semanas cuando publicó en su cuenta de Facebook el anuncio de la venta de su carro: un Mazda, de placa IDV 810, por 43 millones de pesos.
Entre las personas interesadas en comprarle el carro apareció Wilmer Arley Meneses. Meneses y Amaya se encontraron y según el alcalde de Pitalito, Amaya fue retenido. Cámaras de seguridad los vieron juntos el pasado 12 de abril en el Instituto de Tránsito y Transporte de Pitalito. Esa fue la última vez que Amaya fue visto con vida.
Al día siguiente, el 13, la familia de Amaya (29 años) denunció su desaparición en la Fiscalía. Ese mismo día, la Policía capturó a Meneses cuando iba conduciendo el vehículo que supuestamente iba a comprar. En el puesto del copiloto, cubierto por cobijas, trapos y bolsas estaba el cuerpo sin vida de Amaya.
En el vehículo se encontraron los documentos del traspaso del carro, más un millón de pesos en efectivo, un celular y un revólver calibre 38 mm con el número de serie alterado.
La Policía también allanó la casa de uno de los familiares de Meneses en el mismo municipio y allí encontró una gorra, una camiseta y una chaqueta con manchas de sangre que serían de Amaya Suárez. Se cree que dichas prendas eran usadas por el procesado al momento del homicidio.
La Fiscalía imputó al presunto agresor los delitos de homicidio agravado; fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones, y hurto calificado y agravado; Meneses no aceptó ningún cargo.
