El actual potencial electoral de los cristianos en el Congreso de la República se puede calcular en un millón de votos y nueve curules –de tres partidos políticos diferentes–, que fueron obtenidas en las elecciones legislativas de 2018. Esa no es una cifra menor en términos políticos y por ello diversos representantes de esa comunidad buscarán consolidar su poder en el escenario legislativo, por lo que buscarán aumentar su votación en 2022, tanto así que consideran una aspiración presidencial.
Una muestra de la búsqueda de ese objetivo fue la alianza anunciada por los partidos Colombia Justa Libres y Mira, que integrarán sus listas al Senado y la Cámara bajo el nombre de ‘Nos une Colombia’. Entre ambas colectividades, hoy suman ocho curules, que se complementan con la de la senadora de Cambio Radical, Emma Claudia Castellanos.
A pesar de ese mensaje de ‘alianza’ con la creación de un proyecto político ‘representativo’ de la comunidad cristiana en Colombia, detrás del telón hay conflictos y diferencias que demarcan a estos líderes en términos religiosos, por lo que dicha unión podría ser frágil. No obstante, por encima de las diferencias podría prevalecer su necesidad de poder en el escenario político.
Diversidad del voto cristiano
Según las cifras del Consejo Evangélico de Colombia (Cedecol), en la actualidad hay 10 millones de cristianos en el país, es decir un 20% de la población total, y de estos al menos el 80% puede votar, es mayor de edad. Además, en ese panorama dicha federación estima que en territorio colombiano hay unas 15.000 iglesias orientadas por más de 10.000 pastores.
Detrás de esas iglesias hay diferentes líderes políticos (ver Radiografía) que aseguran que defienden los intereses de esa abultada población, sin embargo no es tan sencillo reunir los votos de los cristianos. A pesar de que hay temas en común como la oposición al aborto y a la adopción para parejas homosexuales, la defensa de los derechos de los niños, entre otros, este electorado no puede leerse como uno solo.
Bibiana Ortega, experta en política y religión, y docente de la Universidad Javeriana, explicó que en el campo religioso ellos compiten, pues “todas las iglesias cristianas necesitan personas que vayan al culto. Ahora se unen en coalición porque apelan al mismo electorado, pero el riesgo que tienen es que predominen sus divisiones en la doctrina religiosa, que es lo que los hace diferentes”.
Por ejemplo, la naciente alianza de Colombia Justa Libres (431.418 votos en 2018) y Mira (501.489 votos en 2018) dice defender los valores de la comunidad evangélica, pero en términos religiosos sus diferencias predominan.
De la primera colectividad una de las caras más visibles es el senador John Milton Rodríguez, quien como pastor lidera la iglesia Misión Paz de las Naciones. En diálogo con EL COLOMBIANO, Rodríguez reconoció que hay diferencia y “mucha variedad en conceptos”, pero señaló que “eso no implica división” política. Sin embargo, fuentes cercanas a su iglesia plantearon que la unión con Mira es vista como negativa por un sector, al tratarse de un partido de la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional de María Luisa Piraquive.
Por su parte, el senador y presidente de Mira, Carlos Eduardo Guevara, defendió la solidez de esta alianza y aseguró: “Seguiremos trabajando por la niñez y la familia. Nos une seguir trabajando por la libertad religiosa”. Este diario también consultó a la senadora Emma Claudia Castellanos (66.601 votos en 2018), quien decidió no pronunciarse, aunque se conoció que tiene entre planes lanzarse nuevamente al Senado por el partido Cambio Radical y está distanciada, por ahora, de apoyar la coalición cristiana.
Aunque dispersos, los cristianos son conscientes de que los miles de votos que tienen y su apoyo en el legislativo son claves para otras colectividades. “Su novedad en estos cuatro años fue hacer parte de la coalición del Gobierno, con los beneficios que eso trae”, dijo Ortega. Entre esos beneficios se podría destacar el viceministerio del Interior, entregado a una ficha del Mira, Carlos Alberto Baena, pastor que fue presidente de ese partido, que apoyó a Iván Duque en las elecciones de 2018, así como también lo hizo Colombia Justa Libres.
Con su amplio poder electoral es probable que el apoyo mismo de los grupos cristianos impulse una disputa política por cuenta de la tentación de conquistar ese apoyo para las elecciones presidenciales. Por ejemplo, Gustavo Petro tuvo un acercamiento con Alfredo Saade, pastor cristiano que le ofreció el apoyo público junto al de las 400 iglesias evangélicas que lidera en Barranquilla, sin embargo la alianza no se concretó.
Lo cierto es que los congresistas cristianos esperan dar un golpe de opinión y reafirmar su fuerza electoral, por lo que esto podrá traerles de cara a los comicios presidenciales pero su alianza puede ser frágil ante las diferencias religiosas que pueden predominar sobre la necesidad política