El exvicepresidente Angelino Garzón dedica el tiempo de su jubilación a la escritura. Acaba de publicar su libro Reflexiones e iniciativas de vida y la experiencia de ser un funcionario que trabajó en temas de pensiones, sindicatos y mercado laboral hace que sea una de las voces consultadas para esos temas, que por estos días se mueven en la agenda por las promesas de reformas del Gobierno actual de Gustavo Petro.
A Garzón no le disgusta la paz total, pero asegura que el presidente debe recorrer ese camino “con los ojos bien abiertos” para evitar que haya errores. Incluso, asegura que durante la construcción de paz con la extinta guerrilla de las Farc –que ocurrió durante el Gobierno en el que él participó– hubo una precipitación de las partes para la firma del Acuerdo que terminó desencadenando la formación de las disidencias.
En esta conversación con EL COLOMBIANO, el exvicepresidente dejó sus apuntes para las reformas pensional y laboral, con un apunte que afecta a todos los trabajadores: el salario mínimo no le alcanza al colombiano de a pie.
Hizo parte del Gobierno de la paz. ¿Qué opinión tiene de la paz total del presidente Gustavo Petro?
“No me disgusta la iniciativa de paz total porque Colombia debe salir del remolino de la violencia. Todo lo que ha invertido el Gobierno en lucha contra la violencia y el narcotráfico son billones de pesos y el costo beneficio es que hoy estamos peor que antes. Hay que recordar lo que decía García Márquez: “Estoy de acuerdo con la paz, pero con los ojos bien abiertos”.
¿Qué líneas rojas ve como para tener que ir con los “ojos bien abiertos”?
“Cero tolerancia con la violencia, la haga quién la haga o venga de dónde venga. En el Gobierno hay gente con mucha experiencia en estos temas que creo que evitarán cometer errores como los que hubo en otros momentos en Colombia”.
¿Cómo cuáles?
“Como dejar que haya vertientes de grupos armados ilegales que sigan estando en la actividad ilegal”.
O sea, ¿eso sería un error del Acuerdo de Paz con las extintas Farc? Porque hubo unas disidencias...
“Hubo precipito en el tema del Acuerdo de Paz con las Farc. Ha debido hacerse un poco más pacientemente y procurar que no se hubieran formado estas disidencias de las Farc que están causando mucho daño a nuestro país”.
¿De quién es culpa de la aparición de esas disidencias?
“Del precipito que hubo de parte y parte. Del acelere no queda sino el cansancio. El Gobierno debió ser más paciente con esto y es posible que tuviera el síndrome de que ya se iba a acabar el Gobierno. Uno no puede construir caminos de paz sobre la base del síndrome de que se va a acabar el Gobierno, la paz tiene que ser una política de Estado y un propósito nacional”.
¿Los cuatro años que tiene el presidente Petro son suficientes para que se firme la paz con el ELN y otros grupos?
“Si hay voluntad, esto se puede hacer en un mes. Hay que partir del mandato constitucional de que la paz es un deber de obligatorio cumplimiento”.
Usted forjó su carrera maneando temas de trabajo y pensiones. ¿Qué le pide al Gobierno en ese ámbito?
“Mi recomendación al Gobierno Nacional ante una posible reforma laboral es que haya mucho diálogo entre los empresarios, los trabajadores y el Gobierno. Que no se vayan a tomar decisiones precipitadas de manera unilateral por ninguna de las tres partes”.
¿Decisiones precipitadas cómo cuáles?
“Por ejemplo, que terminen afectando los intereses o de los empresarios o de los trabajadores. Cuando hablamos de empresas tenemos que referirnos a una casa común en la que viven los empresarios, directivos, los trabajadores técnicos y sus organizaciones sindicales, que deben convivir y dialogar por el bien de todos. No existe una ley divina que garantice la perpetuidad de las empresas, todas pueden fracasar”.
El presidente Gustavo Petro ha dado pinceladas de la reforma laboral y el empresariado está preocupado sobre lo que pueda pasar con estos cambios. ¿Esos mensajes del Gobierno afectan ese diálogo que usted menciona?
“Yo lo que hago son recomendaciones. El gobierno debería ser un gran facilitador del diálogo y del entendimiento entre los empresarios y trabajadores en los temas del futuro y presente laboral, salarial y de seguridad social en Colombia”.
Venimos de un año con una inflación acumulada de casi 11%, pero está el debate de que si el salario mínimo sube mucho, esto impactaría en el alza de los precios del consumidor. ¿Cuál cree que debe ser el incremento para 2023?
“Un acuerdo en materia de incremento salarial debe ser un resultado del diálogo. Hay que evitar las políticas impositivas, nada nos ganaríamos con que cada parte interponga su propuesta. Esto no se trata de que alguien salga o ganador o perdedor, sino de que se entienda que los salarios son fundamentales en la perspectiva productiva de las empresas”.
¿Un salario mínimo de un trabajador colombiano le alcanza para vivir?
“Le digo lo mismo que cuando fui ministro de Trabajo en el 2000 y cuando fui vicepresidente de la República entre 2010 y 2014: el salario mínimo en Colombia no permite obtener los productos básicos de la canasta familiar. Quien vaya a mercar con el salario mínimo legal a un supermercado o una central de abastos no le alcanza la plata”.
Y con la inflación que tenemos en este momento...
“La inflación no es culpa de los trabajadores. Necesita un análisis integral, es lo peor que le puede pasar al poder adquisitivo de los salarios, afecta a los empresarios, a los trabajadores y también las políticas económicas del Gobierno.
En un diálogo para un acuerdo sobre los temas salariales y pensionales debería trabajarse también cómo controlar el crecimiento de la inflación porque los sueldos valen menos de lo que valían hace dos años. Incluso, sería interesante que se legalice la comercialización de los dólares no declarados”.
Eso es una propuesta muy polémica, sería un dólar paralelo, pero legal.
“Si pensamos que la democracia tiene sentido si es primero la gente, el Gobierno debería pensar en mecanismos que permitan legalizar la comercialización de los dólares no declarados en Colombia. Hay millones de dólares debajo de los colchones, estimulemos que salgan al mercado”.
Usted fue vicepresidente, ¿consideró poner ese tema en la agenda?
“No, no había hecho todo el análisis. Pero como vicepresidente si le planteé al ministro de Hacienda y al presidente hacer una renegociación por los altos intereses de la deuda”.
El presidente Petro ha dado pinceladas sobre la reforma pensional. ¿Está de acuerdo con que las pensiones de los que más ganan financien la de quienes ganan menos?
“Lo mejor es que haya un diálogo. Esto no se trata de quién vence a quién, sino de qué es lo mejor para Colombia. Y creo que lo más urgente en materia pensional es la cobertura”.