“Por favor no disparen más, hay niños, piensen en los niños, ¡por favor!”, gritó la mujer que sostenía el micrófono en el polideportivo, mientras las madres, recreacionistas disfrazados y los asistentes saltaban despavoridos de las graderías, tratando de escapar de la balacera.
Una señora empezó a grabar con su celular, y de repente un proyectil impactó en el tórax a una niña de 14 años que estaba a su lado. “¡Ay, qué pecao la muchacha, le pegaron el tiro aquí, ay, Señor, la muchacha!”, exclamó en medio del llanto, mientras un hombre levantaba en brazos a la herida para sacarla del lugar.
Esta escena, que se viralizó en redes sociales e indignó a un país ya curtido en horrores, fue el primero de tres ataques casi simultáneos que sacudieron al municipio de El Tarra, en Norte de Santander.
Con base en información de testigos y autoridades, EL COLOMBIANO reconstruyó este caso, que violó lo dispuesto en el Derecho Internacional Humanitario, y que comenzó con una inocente invitación.
“La administración municipal ‘Con amor por El Tarra’ invita a toda la niñez a la celebración masiva del Día del Niño”, anunció en un video Yalitza Ortega, la primera dama del pueblo, rodeada de pequeños y funcionarias con diademas de Minnie Mouse.
La cita fue este 27 de abril a la 1:00 p.m., en el polideportivo San Rafael, en el casco urbano. Al evento asistieron más de 2.500 niños, padres de familia, empleados oficiales y recreacionistas, según el alcalde Yair Díaz. Había juegos, música y alegría, hasta que empezaron a sonar las balas en las afueras del escenario.
Una patrulla militar que estaba cerca del polideportivo fue atacada por delincuentes. Casi al mismo tiempo inició un hostigamiento contra la base militar La Esperanza, en el corregimiento Las Indias. Las ráfagas llegaron desde dos puntos: la ribera de la quebrada Las Monas y un cerro de la vereda Motilandia, donde los alumnos de una escuelita rural también tuvieron que tirarse al piso.
Fuentes de Inteligencia indicaron que, presuntamente, el ataque a la base pretendía impedir que se enviaran tropas de refuerzo al casco urbano, donde ocurrió el atentado contra la patrulla.
Según un funcionario de la Alcaldía que estuvo en dicho lugar, los disparos duraron cerca de una hora.
El Ejército informó que un soldado y un suboficial resultaron heridos, este último con una lesión delicada en la cabeza. En el polideportivo, además de la niña de 14 años, un proyectil afectó a un hombre de 38. Los dos civiles fueron evacuados en helicóptero hasta una clínica de Cúcuta, donde los médicos señalaron que sobrevivirían.
Los agresores lograron escapar, algunos de ellos hacia la frontera con Venezuela.
Rechazo generalizado
El alcalde Díaz, consternado por lo ocurrido, declaró: “El llamado a los actores armados es que, por favor, de ninguna manera debe estar vinculada la población civil, y mucho menos los niños. Ese llamado lo hago de corazón, de mi alma, saquemos del conflicto armado a la población y a los niños. Ese es el llamado al actor armado que estuvo en esta situación”.
La directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, Lina Arbeláez, informó que un equipo de esta dependencia viajó a El Tarra “para brindar apoyo psicosocial a los niños y sus familias”, incluyendo a la menor hospitalizada.
“Atentar contra la integridad de cientos de niños en un evento preparado para ellos no solo es absurdo sino demencial, y debe llevarnos a todos como sociedad a rechazar estos actos terroristas”, agregó la funcionaria.
Sobre los autores del hecho no hay datos exactos. El Ministerio de Defensa, en su cuenta de Twitter, responsabilizó a las disidencias del frente 33 de las Farc y al ELN.
Por su parte, el ministro del Interior, Daniel Palacios, trinó que los civiles “quedaron atrapados en medio del fuego entre ELN y disidencias FARC”, como si se hubiera presentado un enfrentamiento entre estos, en el que luego participó el Ejército.
Haya sido un ataque coordinado entre ambas facciones contra los militares, o un tiroteo entre ellas, lo cierto es que no es la primera vez que atacan la base La Esperanza. El pasado 19 de marzo hubo una asonada contra la guarnición, adscrita a la Segunda División.
Una multitud de personas, en su mayoría migrantes venezolanos, trató de entrar a la fuerza a una zona verde dentro del predio, supuestamente reclamando un lugar para formar un asentamiento.
La contienda duró 20 horas, dejó 20 civiles heridos y uno muerto, y tres uniformados lesionados. El general Ómar Sepúlveda, comandante de la Segunda División, dijo en ese entonces que la asonada fue instigada por “John Mechas”, cabecilla de las disidencias del frente 33 de las Farc.
Tras lo ocurrido esta semana durante el Día del Niño, el mismo oficial precisó que “las tropas en ningún momento hicieron uso de las armas hacia la población civil y mucho menos contra áreas urbanas, porque se ha escuchado de un cruce de disparos. Esto no es así, los bandidos atacaron directamente a la población civil”, y reiteró que el atentado habría sido planeado desde Venezuela, “allá están los grandes campamentos del bandido ‘John Mechas’”.