Entre mayo y septiembre de este año, es decir en tan solo 149 días, la vía Bogotá-Villavicencio ha tenido 136 cierres, lo que significa que ha estado abierta, 13 días. El más reciente derrumbe ocurrió esta semana y al día de hoy, esta calzada por la que se moviliza el 60 % de la carga, según el DNP, está nuevamente bloqueada.
El presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura, Louis Kleyn, reveló que, entre estos meses, han ocurrido 188 deslizamientos, 52 pasos alternos y 136 cierres de vía los cuales han hecho que “los protocolos del plan de contingencia son cada vez más especializados y podemos reaccionar casi de inmediato”.
Explicó que “los derrumbes son impredecibles y se producen por diferentes fenómenos como la alta pluviosidad que agrega peso a las laderas que por inercia provoca la caída de material sobre la calzada, y también pueden ser causados por el uso inadecuado del suelo en las laderas como la deforestación, la ganadería y los cultivos limpios”.
Kleyn indicó que los 85,6 kilómetros de la vía al Llano se encuentran totalmente monitoreados en diferentes puntos y dijo que durante años se han presentado este tipo de movimientos. El monitoreo se realiza a través de 405 cámaras, 20 personas entre operadores, vigías, controladores de tráfico e ingenieros. Además, hay 8 máquinas disponibles.
“Las obras que se adelantan en este corredor ascienden a los 4,8 billones, y por allí se movilizan 4 millones de usuarios al año. No podemos ser inferiores a este reto y los protocolos para atender los deslizamientos deben ser estrictos sobre todo para salvaguardar la vida de todo aquel que la transite”.
Entretanto, el viceministro de Infraestructura, Felipe Gutiérrez, ha explicado en medios de comunicación, que espera que esta semana queden aprobados, por parte del Ministerio de Hacienda, los 100 mil millones de pesos que se requieren para realizar las obras de estabilización de los 21 puntos críticos .