Los empresarios Julián Jaramillo y Octavio Reyes fueron capturados en la mañana de este miércoles por tener una presunta relación al caso de coimas que se le sigue al exgobernador Richard Aguilar.
Las detenciones se refieren al polémico contrato para una obra de refuerzo del Estadio de Bucaramanga. En el caso de Jaramillo, este fue asesor de la Gobernación de Aguilar en fechas para las que se adelantó dicho contrato. Su presunto actuar criminal es que él habría direccionado recursos públicos con fines particulares.
Por su parte, Reyes fue el representante legal de la Unión Temporal Reforzamiento 2015, consorcio al que se le adjudicó el millonario contrato en cuestión, el cual tuvo como propósito reforzar la estructura del Estadio Alfonso López.
Este último contratista se habría acogido al principio de oportunidad en el caso que se le adelanta a Aguilar. Y en sus declaraciones habría revelado detalles de cómo funcionaría la “empresa criminal para direccionar la contratación a favor de algunos de sus amigos”, dijo la Fiscalía.
La obra deportiva
El refuerzo fue una de las últimas obras contratadas por la administración de Aguilar. Este contrato terminó convirtiéndose en la ‘caja de Pandora’ sobre la red de corrupción que existía en su mandato, el cual lo tiene hoy en un proceso ante la Corte Suprema.
Según la información recaudada por la Fiscalía y el alto tribunal, al igual que en otras licitaciones, el “staff de infraestructura” de la administración Aguilar se puso en marcha para lograr que el millonario contrato de las obras del estadio ($22 mil millones con adiciones)¿– le fuera adjudicado a Octavio Reyes, amigo personal del exgobernador Hugo Aguilar (papá de Richard), como lo había ordenado Julián Jaramillo.
Para tal fin, desde la Gobernación le suministró, de manera anticipada, el presupuesto que definiría el gobierno departamental para las obras del estadio, y así Reyes elaborara el pliego de condiciones ajustado a su propio beneficio. Tarea que le fue encomendada a Andrea Carolina Núñez Castellanos, secretaria de Ingream SAS, empresa perteneciente a Octavio Reyes.
La propia secretaria de Ingream, Andrea Carolina Núñez reconoció ante la Corte que el presupuesto de obra del estadio le fue entregado a su jefe, Octavio Reyes, mucho antes de que el proceso licitatorio iniciara.
Por este escándalo, la Corte Suprema citó a Aguilar para este 8 de febrero, en la continuación de la audiencia de acusación.