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En la muerte es lo primero que se piensa cuando se detecta cáncer y el temor es más grande cuando se conoce que esta enfermedad afecta a una persona cercana. Este temor radica en que, en promedio, al año se detectan 9.800 casos nuevos de cáncer de mama en Colombia, y fallecen unas 2.900 personas, según las cifras el Instituto Nacional de Cancerología, analizado el periodo 2009 -2016.
El pasado 19 de octubre se conmemoró el día de la lucha contra la enfermedad, con lo que se busca generar conciencia y prevención. Pero queda claro que no solo se reduce al seno, sino que hay otros tipos sobre los cuales es necesario estar alerta, como el de próstata, estómago y pulmón, en los hombres. En las mujeres, de cuello uterino y estómago, según el Ministerio de Salud.
El cáncer de seno es prevalente en mujeres, pero la Organización Mundial de la Salud, OMS, reporta que uno de cada 100 hombres también lo padecen.
Luz Henao y Stella Castaño saben lo que ha sido enfrentarlo y superarlo. Ambas acudieron a la fuerza de voluntad, el amor por sus familias y las ganas de seguir viviendo para combatirlo.
“Me vi un seno hundido y pedí la cita. Tras una serie de exámenes fui diagnosticada con cáncer y fue necesario extraer el derecho”, recuerda Castaño, quien asegura que encontró en su hijo las fuerzas para luchar y no derrumbarse ante la enfermedad.
En el caso de Henao, al cumplir 50 años de edad, se realizó exámenes de rutina: mamografía cada dos años y autoexamen después de bañarse. Este último fue el que le permitió identificar que tenía una especie de “masa” en su mama izquierda, lo que encendió las alarmas.
“Fue un proceso extraño, porque los resultados no reflejaban el cáncer, pero seguíamos con la duda”, dice Henao, quien destaca uno de los problemas que tienen las personas que son diagnosticadas con cáncer: enfrentarse a las complejidades del sistema de salud.
En 2013 su EPS no le puso trabas, por lo que pudo ser operada y continuar con el tratamiento que deberá finalizar en abril del próximo año. Pero ahora que revivió la incertidumbre porque sintió nuevamente una masa, afirma: “no sé si la enfermedad volvió, porque la EPS no autoriza nuevos exámenes y la angustia ha regresado”, cuestiona.
Con el objetivo de enviarles un mensaje de fortaleza a quienes son diagnosticadas, las protagonistas de estas historias aseguran que no se pueden pasar por alto recomendaciones como el autoexamen y solicitar la mamografía. Ahí está en realidad la diferencia entre la vida o la muerte después del cáncer.
1. ¿Qué es el cáncer de mama y por qué se registra?
Gloria Inés Sánchez Vásquez, profesora de la facultad de Medicina y directora de Infección y Cáncer de la Universidad de Antioquia, explica que esta enfermedad en las mamas consiste en el crecimiento anormal de las células que recubren los conductos que llevan la leche dentro del seno. “Se originan porque crecen más de lo común y es un proceso que obedece al comportamiento hormonal de las mujeres”. El Instituto Nacional de Cancerología, INC, resalta que este tipo de tumores se presentan entre los 25 y 70 años, pero deja claro que hay reportes de casos en mujeres mucho más jóvenes. La profesora Sánchez Vásquez agrega que el de seno se diferencia de otros tipos patologías, porque en su mayoría lo padecen personas mayores de 45 años.
En Colombia, según el INC, con base en un informe que abarca desde 2011 a 2016, se reportan alrededor de 9.800 casos anuales y mueren cerca del 30 % de las pacientes, equivalente a unas 2.900. La investigadora Sánchez Vásquez asegura que las muertes suceden, en su mayoría, porque no todas acceden rápidamente al proceso médico.
“Entre el momento del diagnóstico y cuando reciben el tratamiento puede pasar mucho tiempo, lo que reduce las posibilidades de que el resultado sea positivo”, explica. Ante esto, el Ministerio de Salud sostiene que el promedio de días transcurridos entre la primera consulta y el inicio del tratamiento es de 137, equivalente a cuatro meses y medio. Ese cálculo concluye que se pierden tres meses (90 días) entre el diagnóstico inicial y la confirmación del resultado en un centro especializado.
En cuanto al impacto de la enfermedad en los hombres, sostiene que los casos son muchos menos, porque está directamente asociados a la generación de estrógenos, que son predominantes en ellas. El reporte de la OMS es que solo uno de cada 100 hombres es diagnosticado con cáncer de mama.
2. Los que más se presentan
El Gobierno Nacional califica esta enfermedad como un problema de salud pública en Colombia, y las cifras indican que alrededor de 96 personas mueren a diario. Según los expertos consultados para este informe, el de mama, de cuello uterino, estómago, pulmón, colon y recto son los más mortíferos para las mujeres.
Mientras que para los hombres, los más mortales son de estómago, próstata, pulmón, colon, recto y las leucemias.
Según el Ministerio de Salud, las regiones con mayor riesgo de registrar cualquier tipo de cáncer están concentradas en el Eje Cafetero, Antioquia, Valle del Cauca, Santander, Norte de Santander, Bogotá y Meta. Además, el Instituto Nacional de Cancerología, resalta que las regiones donde predomina el de mama son Arauca, Antioquia, Meta, Valle del Cauca, Caldas y Cundinamarca.
La profesora Sánchez Vásquez de la Universidad de Antioquia sostiene que a la aparición de estos tipos de enfermedad los une una única característica: “No tenemos programas de detección temprana, lo que provoca que mientras en el resto del mundo se están bajando las tasas de mortalidad, en nuestro país no lo hemos logrado”.
Frente a esta posición, la directora general del Instituto Nacional de Cancerología, Carolina Wiesner Ceballos, sostiene que, en los objetivos del Plan Decenal de Salud 2012-2021, se tienen identificados los retos que hay en esta materia y que uno de esos es precisamente la detección tardía. Además, el Plan trazó la meta de reducir la ocurrencia de factores de riesgo asociados al desarrollo de cáncer y otras enfermedades crónicas, que son el consumo de tabaco y alcohol, la obesidad, la exposición a cancerígenos ocupacionales, a radiación solar UV y a infección por los virus del papiloma humano, hepatitis B y C. pero no hay campañas para prevenir.
3. ¿Cuál es de más fácil detección?
A pesar de que no hay un ranquin o promedio que permita conocer cuál es el tipo de cáncer que se logra detectar con mayor facilidad, el Ministerio de Salud manifiesta que el de cérvix es el de más fácil detección, dado que “la citología, por realizarse con regularidad, reduce efectivamente en 60 % la mortalidad por este tipo de enfermedad (cérvix), precisamente por identificarse a tiempo”. La docente Sánchez Vásquez resalta que con pruebas médicas moleculares se alcanza un 90 % de certeza en los resultados. Sin embargo, la experta sostiene que “el problema que tenemos es que los desarrollos científicos no benefician a todas las mujeres, porque se dan en los centros o capitales de departamentos y no en las regiones apartadas, lo que imposibilita que todas las pacientes tengan acceso y garantías en los servicios”. Hay una tarea que se debe abordar desde el Gobierno Nacional: luchar para que las tecnologías se transfieran a la sociedad por igual. Aunque este desafío está incluido en el Plan Decenal, en la línea estratégica que advierte que hay que “garantizar la generación, disponibilidad y uso de conocimiento e información para la toma de decisiones”, esto aún no se da. La directora del Instituto Nacional de Cancerología asegura que para ello se cuenta con el Sistema de Vigilancia y Control de esta entidad y el Ministerio de Salud, que permite revisar, hacer acompañamiento y seguimiento a cada uno de los casos registrados.
“Por ejemplo, para el de mama tenemos técnicas de detección temprana, cuando se realiza el tamizaje en casa podemos encontrar lesiones que tenemos que tratar”. Germán Olarte Echeverry, médico ginecólogo, oncólogo e investigador del Grupo de Cáncer de Cuello Uterino de la Universidad de Caldas, confirma que en un estado precanceroso se diagnostica mediante la citología, colposcopia y las pruebas de detección del virus del papiloma humano. “Estas son las razones que lo ubican como el de más fácil tratamiento”.
4. La solidaridad que se mueve con el cáncer de mama
El aumento de casos de esta enfermedad (ver infografía) es lo que provoca más atención de la comunidad, con el objetivo de promover estrategias de prevención y atención. Wiesner, directora del INC, el aumento de casos se debe a que en otras épocas las mujeres tenían sus hijos más jóvenes y ahora deciden formarse profesionalmente, por lo que el rol de madre se aplaza. “A mayor edad, más probabilidad de contraerlo”.
El DANE, en su informe sobre la situación de las madres en Colombia, publicado en 2016, indica que el 68 % de las mujeres fueron madres entre 20 y 34 años de edad, frente al 20,5 % de mujeres, que tuvo un hijo entre 15 y 19 años de edad.
De acuerdo con el oncólogo Olarte, el impulso hacia la prevención del cáncer de mama se da porque se ha constituido en una “epidemia mundial” y porque “la mujer ocupa un rol importante dentro de la familia y la sociedad”, por lo que el impacto no solo lo siente quien lo padece, sino quienes están en sus entornos familiares o laborales. La psicóloga Camila Quiñones agrega que los senos son, fundamentalmente, lo que más diferencia a mujeres de hombres y el impacto de perderlos por el cáncer afecta la estética femenina. Otro fenómeno es que muchas sueñan con ser madres y al perder sus senos se frustra la principal conexión de las madres “que es la posibilidad de darles de lactar a sus bebés”.
5. Retos que debe encarar la medicina colombiana
El principal desafío en la sociedad y el país se basa en fortalecer la investigación científica en busca de controlar los diferentes tipos de esta enfermedad que se puedan registrar. De acuerdo con la docente de Medicina de la Universidad de Antioquia, el país no entiende qué es lo que está pasando en las regiones apartadas con las políticas de género y no hay recursos para financiar la investigación. “Si Colombia no invierte en este renglón, no vamos a tener las herramientas para mejorar la detección temprana. Es irónico, pero es lo contrario a lo que sucede en el resto del mundo”, señala la experta, quien espera que los 339 mil millones de pasos asignados para Colciencia en 2018 permitan seguir investigando en ese sentido. El oncólogo Olarte agrega que las decisiones que se tomen en estos casos deben ser adoptadas a través de las evidencias, porque no se pueden comparar estudios de otros países con los comportamientos y culturas propias. La tarea ahora es continuar investigando y previniendo, pues la Organización Panamericana de la Salud estima que el número de casos aumentará 46 % a 2030 y se mantendrá como “más frecuente en las mujeres de América Latina”.
6. Riesgo y recomendaciones contra el cáncer
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el cáncer no se registra por una sola causa, sino que se produce por múltiples factores. Por ejemplo, los expertos consultados por este diario sostienen que puede ir desde cambios en los genes que controlan el crecimiento, la muerte de las células, antecedentes familiares, hasta la exposición a factores de riesgo. El oncólogo Olarte manifiesta que entre los factores de riesgo se encuentran la obesidad, alimentación deficiente, estrés psicológico crónico, sedentarismo, no haber tenido embarazos, tabaquismo y la exposición a agentes tóxicos.
“En el caso de cáncer de mama, también está el riesgo hereditario, que es el que se produce en mujeres por debajo de los 40 años y corresponde a un daño del cromosoma 13 y 18”, explica.
Se habla mucho del autoexámen pero ¿Cómo se realiza? Los consultados expresan que consiste en palpar manualmente las mamas durante la primera semana, tras terminar el periodo menstrual y solicitar las mamografías después de los 50 años. Frente a los demás agentes cancerígenos, la principal recomendación va dirigida en evitar el consumo de tabaco, alcohol y tener una alimentación saludable.
El Ministerio recomienda acceder a la vacunación. Por ejemplo, en el país existe la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH), que se puede aplicar a niñas a partir de los 9 años de edad, con el fin de evitar el cáncer de cuello uterino. Además, se debe practicar alguna actividad física, por lo menos durante 150 minutos semanales.