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Los liberales optaron por el mecanismo de la consulta abierta para unir la colectividad, darle transparencia a la selección del candidato único a la Presidencia y evitar las divisiones típicas de las convenciones, pero el efecto ha sido el contrario.
Al cruce de señalamientos entre el precandidato Juan Fernando Cristo y el expresidente César Gaviria, padrino de Humberto de La Calle, por su supuesta “guerra sucia”, este último le dijo a EL COLOMBIANO que, en el hipotético caso que de perder la consulta, reconocerá el triunfo de Cristo, pero no entraría a hacer parte de sus cuadros de campaña.
“Apoyaré a Cristo, tal y como lo he manifestado desde nuestra convención liberal. Eso no quiere decir que espere ocupar algún cargo político dentro de la campaña. Mi plan es ganar esta contienda el próximo 19 de noviembre, hacer una amplia coalición con los amigos de la paz, ganar la Presidencia y gobernar para todos. No tengo plan b”.
De la Calle ya no podría aspirar por firmas ni irse a apoyar otro candidato, esto porque, según la reglamentación electoral, el resultado de las consultas es de obligatorio acogimiento.
Al ser consultado por EL COLOMBIANO sobre si él asumiría la misma actitud que su copartidario en caso de ser derrotado, el exministro del Interior precisó que él no se va a ser a un lado, porque será el ganador. “En el remoto caso que no, apoyaré a De la Calle. Siempre he sido respetuoso de las reglas de juego”.
El senador liberal Luis Fernando Duque se mostró en desacuerdo con la expresado por el exjefe negociador del Gobierno en La Habana. “Es el argumento de la persona, que solo acepta su triunfo y reconoce el triunfo del otro pero no se compromete, se margina. Con cara gano yo, con sello pierde usted”.
Al respecto el senador y exdirector de los ‘rojos’, Horacio Serpa, el padrino de Cristo, dijo que prefería no entrar en ese debate. “Pregúntele mejor al doctor Gaviria, ya yo no soy directivo del partido. No me ponga a hablar de eso”.
Consultamos a otros congresistas del PL, como Iván Darío Agudelo, Olga Lucía Velásquez, Miguel Pinto y Óscar Hurtado, pero no respondieron.
Julián Mazo, docente investigador del Centro de Análisis Político de la U. Eafit, precisó que con esta decisión, De la Calle muestra cierta coherencia, en clave de que su principal apuesta política es la defensa del Acuerdo de Paz.
“La pregunta de fondo es, de no ser candidato por el liberalismo y brindarle su apoyo a Cristo, ¿la alianza de Sergio Fajardo, Claudia López y Jorge Robledo en qué lugar queda? De la Calle debe ser responsable con lo que representa, y, al menos en esta contienda, de la cual participa activamente hasta ahora, debería ir hasta el final en la aspiración de que su propuesta de país quepa en alguna candidatura, así no sea la suya”.
Para Carlos Arias, docente de la Maestría en Comunicación Política de la U. Externado, esas declaraciones reflejan que De la Calle le está metiendo miedo al Directorio Nacional Liberal, llamando la atención para que lo apoyen, pero sin desestructurar al partido, porque dice que sí pierde, apoyaría a Cristo. “Es un campanazo de alerta para que Gaviria termine de organizar lo que le falta, con miras a la convención liberal”.
En contraposición Liliana Gómez, docente de Comunicación Política de la U. Sergio Arboleda, manifestó que De la Calle es coherente con lo que ha sido su actuar.
“Es un mensaje claro que él debe escuchar y de ninguna manera le quedaría bien, luego de ser jefe negociador del Acuerdo, estar en otro partido o recogiendo firmas. Así que sus palabras son el resultado lógico. Algunos esperan que gane la consulta y siga trabajando en beneficio de la paz”.
Lo ocurrido es interpretado por Nury Astrid Gómez, máster en Consultoría Política de la U. Camilo José Cela (España), como un desgaste y desencanto con el proceso electoral por parte de De la Calle. “El no apoyo a Cristo en una contienda presidencial refleja el divorcio liberal. En sentido amplio se evidencia fractura profunda en el partido”.
Si bien Humberto de la Calle es mucho más popular por su trayectoria política y goza de amplia reputación entre los empresarios y los líderes de opinión por su papel en los diálogos de La Habana, Cristo tiene a su haber el apoyo de una mayoría de congresistas liberales, diputados, alcaldes y concejales.
El reto del partido ahora es lograr que la gente salga a votar, para justificar, medianamente, la alta inversión de esa colectividad.
Politólogo de la Universidad Nacional, Periodista de la Universidad de Antioquia y maestrando en Gobierno de la Universidad de Medellín. Tratar de entender e interpretar el poder, un reto.