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Si se toman a dos menores de edad nacidos en el 2000, uno de un país con un alto Índice de Desarrollo Humano (IDH) y otro de un lugar con bajo IDH, para 2019, el que nació en un país con el índice alto tiene más probablidades de cursar educación superior. Y, aquel que nació en un país con registro menor, podría morir antes de cumplir los 20 años.
Ese panorama es una de las conclusiones del Informe sobre Desarrollo Humano que publicó ayer el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Se trata de un reporte que desde 1990 realiza la organización para medir indicadores sociales y económicos (ingresos, salud, educación, equidad, niñez) y que, al juntarlos, llevan a un índice que se convierte en un termómetro mundial.
De los 179 lugares que se midieron, según datos recopilados en 2018, Colombia ocupa el puesto 79. Esto significa que mejoró en términos de IDH teniendo en cuenta que pasó del puesto 95 en el reporte de 2016. Además, la esperanza de vida escaló de 74,2 años a 77,1.
En Latinoamérica las mejores calificaciones se las llevaron Chile (42), Argentina (48) y Uruguay (57). Así, la situación del país está al nivel de Brasil y Armenia, mientras vecinos como Chile logran estar junto Hungría y Qatar.
El Jefe de programa de Negocios Internacionales U. de Medellín, Luis Felipe Jaramillo, explica que este Índice es pertinente porque apunta a los países en que aspectos tienen que reformular sus competencias e implementar políticas públicas.
El informe señala que factores como el género, el origen étnico o la riqueza de los padres determinan el lugar del individuo en la sociedad. Retomando el caso de los menores de edad, según el PNUD, el 17 % de los niños que nacieron en países con IDH bajo pueden morir a sus 20 años, mientras que en los naciones con rangos altos esa proporción alcanza solo el 1 %.
Colombia es uno de esos países en desarrollo donde el panorama no es del todo favorable. Por ejemplo, para la politóloga y profesora de la U. Javeriana, Dionne Cruz, uno de los datos más alarmantes es el del embarazo en mujeres jóvenes. Según el PNUD, por cada 1.000 entre los 15 y 19 años, la tasa de natalidad es de 66,7, 14 puntos más desde 2017.
“Esto indica que hay retos en la implementación de políticas redistributivas en materia tributaria, acceso a educación de calidad y programas de educación sexual y eliminación de violencias contra las mujeres”, comenta Cruz.
Ante el panorama, la directora de la Escuela relaciones internacionales U. Externado, Paula Ruiz, considera que podría decirse que estamos en un IDH mayor, “pero las personas no lo sienten así y seguimos estando en una región desigual. Se agotó el modelo neoliberal y la gente pide cambios”.
Dentro de los factores que se computan en el IDH está la desigualdad, un cómputo que Colombia mantuvo igual en los últimos dos informes. En una medición de 0 a 1, el rango del país está en 0.58, mientras que el de Noruega, que es el mejor ranqueado, se sitúa en 0.889. Aunque lejos del puntero, el panorama es más alentador si se compara con el de Níger, el último en la lista con 0.272.
Al leer las variables, el director para América Latina y el Caribe del PNUD, Luis Felipe López-Calva, reconoce que la desigualdad “es uno de los problemas estructurales más importantes. Cuando interactúa con otros elementos se vuelve uno de los factores de desestabilización”.
El PNUD aprovechó el informe para alertar sobre el impacto del cambio climático y la tecnología en el IDH. Según este, los países más desarrollados emiten más carbono por persona y tienen mayor huella ecológica. Entre 2030 y 2050 más de 250.000 muertes al año estarán relacionadas con malnutrición, malaria, gastroenteritis o estrés por calor.
En lo relativo a la tecnología, señalan la “preocupación de cómo el cambio tecnológico reestructurará los mercados laborales, en cómo la automatización y la inteligencia artificial podrían reemplazar las tareas que ahora realizan los humanos”.
Con esos resultados en el medidor en desarrollo humano, Colombia mejora, en general y en el papel, su posición mundial.