Pese a que debe permanecer arrodillada, porque en el salón no hay sillas suficientes, una alumna no pierde su interés en la clase y escribe en su cuaderno las notas sobre anatomía. Con colores resalta las ideas que le llaman la atención y discute con sus compañeras, que están sentadas, los temas clave.
Ella estudia en la Institución Educativa Colegio Loyola para la Ciencia y la Innovación que el año pasado ocupó el segundo lugar en Antioquia, según datos del ministerio de Educación y se ha destacado en los últimos tres años en las pruebas de Estado.
El excelente desempeño académico del colegio merecería instalaciones más que óptimas, pero los alumnos no pueden realizar ni siquiera actividades físicas en el coliseo, porque según el Dagrd, (máximo organismo de emergencia de Medellín), la planta física no es apta, (hay problemas en los muros soportes de las graderías ) y las baterías sanitarias tienen deficiencias. Los techos tienen grietas, los pisos son muy antiguos y escasean los materiales para las clases de tecnología.
Carolina Franco, secretaria Administrativa y Financiera (e), de la secretaría de Educación de Medellín, explicó que el colegio funciona en una sede arrendada, propiedad de la Fundación Loyola y por ello, la Administración no ha hecho reparaciones. “Se priorizaron intervenciones en el restaurante escolar, pintura y, atención de humedades”, que proyecta y adelantará la Fundación. Señaló, que los alumnos no pueden trasladarse, pues no se cuenta con una sede, por ahora, para ello.
César Augusto Ceballos, rector de la institución, invitó al sector privado para que se vincule y puedan ayudarle a conseguir el terreno (costaría 4.000 millones de pesos) para una nueva sede.