En octubre del año pasado se imprimió en Colombia el libro titulado “Detrás del último no hay nadie”, escrito por el capitán de la Policía Fabián León Hernández, un oficial oriundo de Pamplona, Norte de Santander, con 14 años al servicio de la institución y quien hoy día trata de llevar un mensaje de resiliencia a través de los cuentos.
Su historia como escritor inició hace dos años en un pabellón de cuidados oncológicos, en donde se encontraba doña Beatriz Hernández, su madre. En esos pasillos solitarios comenzó a notar la presencia de algunos niños que también batallaban contra el cáncer.
“En esos centros oncológicos -exclama- las diversas situaciones hacen perder un poco la fe”. Allá notó que los pacientes infantiles reaccionaban positivamente al leer algunos textos. “Entonces, ahí fue cuando me dije que la habilidad para escribir podría ser parte de enseñarles a esos niños el valor de la esperanza”, recordó.
Mientras cuidaba a su madre, veía la angustia de algunos niños cuando perdían su cabello o subían de peso por causa de los tratamientos contra el cáncer. Por ello -según afirma- su objetivo mediante los microrrelatos que comenzaba a escribir también consistía en enseñar la importancia del respeto hacia quienes lucen diferente.
Materializar un sueño
Cuando crecía el deseo de publicar sus textos, supo de una convocatoria hecha por Fallidos Editores, una editorial independiente de Medellín que apoya a los nuevos contadores de historias. En ese momento, esperando una respuesta favorable, postuló su compendio de 11 cuentos inspirados en las complejidades cotidianas de los menores.
“El proyecto nació sin un fin económico, cuando el libro se publicó, la idea era -y sigue siendo- que cada vez que una persona lo compre, yo dono dos”, comenta el oficial.
De la mano con su publicación nació la iniciativa que él mismo llamó “El capitán del cuento” y comenzó a tomar forma su anhelo de acompañar a esos chicos que libran una lucha personal.
En la primera fase del proyecto entregó 150 ejemplares en el departamento de Santander y otros 70, según lo rememora, fueron enviados a Cúcuta.
Desde entonces, cada noche llega a su casa, revisa su buzón virtual y contesta los mensajes de sus lectores, que ya se reportan desde diferentes puntos del país.
Hernández resalta “la buena acogida que ha tenido el programa” y ahora le meta es llegar a más ciudades.
Voto de confianza
Fallidos Editores fue la casa que creyó en el sueño del capitán y EL COLOMBIANO preguntó: ¿Por qué?
“Vimos que había un valor ahí porque no se trata de una literatura convencional. Esta es una literatura vivencial y testimonial. Su madre tiene cáncer y él ha tratado de compartir otra forma de ver el mundo”, comenta Alejandro Herrán, editor del sello literario.
Al preguntarle por la recepción del texto entre el público, precisó que las editoriales independientes no van detrás de ventas masivas sino de alcanzar a unos lectores diferentes y los cuentos del capián -resaltó- pueden atraparlos. Lo cierto es que la primera edición se agotó y el oficial está trabajando para entregarlo también en inglés
