viernes
8 y 2
8 y 2
El empresario Emilio Tapia ya fue internado en el pabellón de máxima seguridad de la cárcel La Picota de Bogotá, confirmaron la Fiscalía y el Inpec.
El controvertido empresario vinculado al escándalo del contrato entre Mintic y Centros Poblados fue trasladado de Barranquilla a la capital del país, luego de la negativa de un juez a la petición de su abogado que pedía que fuera internado en la esa ciudad del Atlántico.
El ministro de Justicia, Wilson Ruiz, había confirmado la autorización del juez para el traslado. “Por esta situación en coordinación con el director del Inpec, general Mariano Botero, se ha dispuesto su trasladado para la unidad de medidas especiales de la penitenciaría la Picota de Bogotá, donde se le brindarán todas las garantías de seguridad”, dijo.
La decisión del Juzgado se da tras negar la solicitud presentada por el abogado Alejandro Sánchez, apoderado de Tapia, quien pidió cambiar el lugar de reclusión que se había ordenado para su defendido de la Modelo de Bogotá (a la que fue enviado por el juez 57 de control de garantías), a la Modelo de Barranquilla, alegando condiciones de seguridad.
La solicitud la sustentó el abogado defensor argumentó que existen factores de riesgo y seguridad que enfrenta Tapia, debido a que, presuntamente, ha sido víctima de amenazas y ataques por su colaboración con la justicia en procesos anteriores, como parte de los principios de oportunidad que ha acordado con la Fiscalía.
Pero este argumento no fue compartido por el Juez 35, quien dijo que, si bien es cierto que La Modelo de Bogotá no cuenta con un patio especial para poder recluirlo, “el establecimiento propuesto por la defensa tampoco es válido”, porque este es de mediana seguridad y el patio de seguridad con el que cuenta no está diseñado para albergar a un detenido con las características de Tapia.
Antes de terminar su intervención, el Juez 35 de Control de Garantías le hizo un fuerte regaño tanto al abogado como al condenado contratista. “No podemos estar trasladando a este ciudadano a todos los establecimientos carcelarios del país (...) cometemos delitos, nos condenan, reincidimos, nos ponemos en riesgo, nos vuelven a judicializar, nos imponen una medida de aseguramiento y entonces señor Estado, a manera de hotel, mándeme para Barranquilla, no mejor para Bogotá, no mejor en Cómbita, porque hace más frío, no, realmente eso es disposición del Estado”.