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“Con Estados Unidos estamos pateando
la lonchera”: Pinzón

Juan Carlos Pinzón, exembajador de Colombia en Washington, afirma que “el lenguaje provocador” de Petro está acabando esa relación.

  • Pinzón es un político y economista bogotano, fue ministro de Defensa entre 2011 y 2015 y embajador en EE. UU. en dos periodos (2015-17 y 2021-22). FOTO AFP
    Pinzón es un político y economista bogotano, fue ministro de Defensa entre 2011 y 2015 y embajador en EE. UU. en dos periodos (2015-17 y 2021-22). FOTO AFP
02 de junio de 2025
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Entre el Gobierno Nacional y el crimen organizado parece haber una connivencia para conservar el poder en Colombia, según las graves denuncias de Juan Carlos Pinzón Bueno, exministro de Defensa y exembajador en Estados Unidos.

EL COLOMBIANO conversó con él sobre el complejo panorama económico, político y social que atraviesa el país, y los efectos de una eventual descertificación por parte de Estados Unidos. Pinzón todavía no se lanza a la carrera presidencial, pero asegura que está analizando esa opción.

¿Cómo ve el revolcón que está generando Donald Trump con su política de aranceles?

“Estamos en una era donde hay potencias compitiendo y el mundo unipolar de los últimos 40 años llega a su fin. Hay competencia entre EE.UU. y China, y otras potencias emergentes que están jugando en esa línea. Hay incertidumbre, y hay que saber vivir en ese aspecto. Otra perspectiva es cómo lo manejamos nosotros, tenemos que ser pragmáticos por varias razones. Primero, Colombia tiene una relación histórica con EE.UU., más de 200 años, es el primer país donde los colombianos viven (en el exterior), el número uno en temas comerciales, de inversión, turismo, alianza estratégica en seguridad y justicia. Debemos profundizar en la administración Trump, ahora hay un secretario de Estado amigo de Colombia, con su señora de origen colombiano, dos senadores de origen colombiano. ¿Cómo no vamos a aprovechar esa relación para traer más cooperación, más educación y recursos? Pero estamos pateando la lonchera”.

¿Cómo evalúa el actual estado de la relación con EE.UU.?

“He sido embajador en EE.UU. dos veces. La segunda vez firmamos el acuerdo con la NASA, metimos el mango, declararon a Colombia aliado estratégico no miembro de la OTAN. El estatus más alto, solo comparable con lo que tienen con Australia, Japón, Corea o Israel. Ese era el nivel de Colombia y nos dio mucha ventaja. Pero ahora en esta postura de fricción, en estas malas maneras que usa el presidente Petro, se ha venido deteriorando la relación. Qué gran error, cuando se puede manejar pragmáticamente, sacarle el mejor provecho a la relación con EE.UU. y al mismo tiempo ir desarrollando una con China, pero sin andar provocando. Cuando hay dos elefantes peleando, el ratón que se mete sale aplastado”.

¿Qué afectó la cordialidad que había entre los dos países?

“El lenguaje provocador del presidente Petro. Incluso en la era del presidente Biden, fue a Berlín a decir que lamentaba la caída del muro de Berlín; cuando Hamás comete el acto terrorista, no lo rechaza y al contrario, se ha puesto del lado de una organización terrorista. Nadie dice que hay que avalar las acciones de Israel, pero Colombia históricamente ha rechazado el terrorismo. Cuando se presenta un fraude en Venezuela, la actitud de Colombia es validarlo al no tomar posición. Eso ha sido malo para el prestigio de Colombia, no solo con EE.UU., sino en Occidente en general. Y luego, claro, Estados Unidos subió los aranceles, pero Colombia resultó más favorecido que otros. A Colombia le subió el 10%, pero los competidores asiáticos en temas como el café, por ejemplo, a Vietnam se lo subieron al 34%, al 45%, al 80%, como el caso de China”.

Uno de los temas que está sobre la mesa es una eventual descertificación por parte del gobierno de Estados Unidos...

“Sería una pésima noticia, eso afecta nuestro prestigio, es como un reconocimiento de que Colombia dejó de luchar contra el narcotráfico. Esa lucha no se hace para dejar contento a nadie, sino para proteger al pueblo colombiano, y vemos que el narcotráfico se ha disparado, la minería ilícita de oro se ha disparado y está en manos criminales, y las que se han debilitado son las Fuerzas Armadas. Esa descertificación puede traer sanciones, más aranceles, que nos quiten recursos. Lo que el gobierno debería hacer es ver cómo acuerda con EE.UU. cómo fortalecer la lucha contra la criminalidad, pero hace lo contrario. Es como si quisieran destruir lo que hay”.

Colombia está explorando el ingreso a la Ruta de la Seda con China, ¿qué opciones ve ahí?

“Me preocupa que con China tenemos un déficit comercial de 12 mil millones de dólares. Todo lo que son insumos de las distintas industrias que fabricamos acá, han ido desapareciendo porque llegan productos desde la China subsidiados, a veces forman parte del contrabando que permite el lavado de activos del narcotráfico. Uno con China debería estar hablando de qué podemos exportar allá, ¿qué van a hacer para invertir acá? La Ruta de la Seda es una oportunidad para financiar proyectos de infraestructura, pero la verdad es que Colombia ya lo está haciendo, incluso con compañías chinas, como el Metro Bogotá y unas carreteras en Antioquia. Hay que expandir nuestras relaciones, pero con estrategia, en ese viaje a China (Petro y sus delegados) lo que hizo fue crear una provocación con el socio histórico y natural de Colombia, y vamos a terminar de pronto sin el pan y sin el queso, porque dañamos lo que funciona y tampoco vamos a conseguir nada”.

¿Qué opina de la consulta popular que impulsa el Gobierno?

“No resuelve nada, pero elimina algunos puestos de trabajo, porque encarece el costo del empleo. Fedesarrollo habla de más de 400.000 empleos que se perderían y en cambio se crece la informalidad otros 10 puntos. Es el modelo perfecto para empobrecer más la gente. No solo no resuelve nada, sino que cuesta $700 mil millones solo armar la consulta, luego hay que desplazar a las Fuerzas Armadas, la publicidad, sumando todo se llega a $2 billones. Con eso uno podría dar 60.000 subsidios de vivienda. Si les sobra la plata, y sabemos que no, no se la gasten en politiquería para acelerar un proceso electoral. Hay que pensar estratégicamente, el país se está desbarrancando”.

El Gobierno acordó con el Frente 33 una zona de ubicación en Catatumbo. ¿Lo ve positivo?

“Veo en materia de seguridad una confusión y un debilitamiento institucional. La gente está con miedo y siente que sus fuerzas armadas no están en capacidad de responder. Las FF.AA. están confundidas porque en unos lados hay zonas de ubicación y en otros cese al fuego con otros grupos, con bandas, con terroristas. Hay una confusión enorme y los criminales están cómodos viendo cómo sacan ventaja”.

Petro habla de volver a dialogar con el ELN, ¿cree en esa opción?

“El tema del Frente 33 allá en el Catatumbo, es de soberanía. Se metió el ELN, que viene de Venezuela, con anuencia del régimen de Maduro, y toman territorio colombiano. Ahora el Gobierno busca negociar con el ELN, pero también con una banda criminal en la Sierra Nevada, con bandas de Medellín, se van a Barranquilla a ofrecerle beneficios a bandas; en Nariño, al frente Comuneros del Sur también le ofrecen negocios. ¿Qué es lo que hay detrás de esto? Una articulación descarada entre el Gobierno y la criminalidad y esto tiene a los colombianos sometidos. ¿Por qué hay esa connivencia? Porque quieren mantener el poder, a partir de las economías criminales y del amedrentamiento a la población y desde el gobierno, con unos mensajes de populismo donde a la gente le dicen lo que quiere oír, pero no le resuelven nada.

Preocupa oír a un presidente que cada cierto tiempo coquetea con que de pronto se puede quedar y agrede a todas las fuerzas políticas. Entonces uno se pregunta por qué está en esa agenda, y ve que su hijo, su hermano, su señora, su secretario general, su canciller, su ministro del Interior, su ministro de Hacienda, todos están metidos en casos de corrupción o escándalos de violaciones a la ley. ¿No será que se quieren quedar en el poder para no responder a la justicia? Ojo, los colombianos tenemos que estar alertas, no podemos dejar que esto vaya haciendo carrera, como que cualquiera puede salir a hablar de que puede sacar a la gente a la calle, incendiar el país como una gran cortina de humo para protegerse”.

Según lo que ha dicho, ¿cree que la “paz total” es una estrategia de grupos ilegales y el Gobierno para perpetuarse en el poder?

“Tengo esa preocupación y percibo que es parte de una estrategia porque no hay paz. Aquí lo que hay es fortalecimiento criminal. En Colombia tiene que haber un gran consenso para llevar a cero la pobreza extrema, porque no podemos, siendo un país rico, permitir que eso ocurra, y como no sea así, la criminalidad y el populismo se aprovechan de esa condición para crearnos este enredo que parece más una alianza criminal de poder que una solución a esas comunidades”.

Otro actor armado peligroso es el Clan del Golfo. A usted le tocó la Operación Agamenón, diseñada para desmantelar a ese cartel hace una década. ¿Qué ha faltado?

“Trabajé con la Policía y otras agencias para estructurar la operación Agamenón en todo el territorio nacional, con un enfoque específico en Urabá y Córdoba. Ahí se trabajó intensamente y han ido cayendo cabecillas. ¿Pero dónde está el pecado grave que Colombia cometió con la criminalidad? Uno, en esos acuerdos de La Habana haber concedido una impunidad a la criminalidad, es un incentivo para la criminalidad perdurar; más grave aún, haber parado la lucha efectiva contra el narcotráfico y la aspersión (de coca). Haberle dado conexidad política al narcotráfico es un error, eso hizo que se expandiera. Cuando era ministro llegamos a tener 48.000 hectáreas de coca, las más bajas de la historia, se producían 400 toneladas métricas de cocaína y se incautaba más de la mitad. Hoy hay 263.000 hta de coca y 2.600 toneladas métricas de producción. En cada pueblo de Colombia hay una banda de microtráfico poniendo a los niñitos a consumir. Es una tragedia”.

Cómo evalúa el desempeño del general (r) Pedro Sánchez, primer militar que asume el ministerio de Defensa en más de tres décadas.

“Pues si a mí me correspondiera, nombraría a militares retirados en muchos cargos importantes, porque más de uno está más preparado que cualquiera en los territorios y en el conocimiento de Colombia. La pregunta es, ¿cómo surgió este nombramiento? Traer una persona que está activa, que ni siquiera es de la cúpula o los niveles más altos, crea confusión. Imagínese, hay 29 generales más antiguos. No hay una trayectoria que haya garantizado esa llegada. No tengo duda que ese oficial (Sánchez) está en un reto importante, que ojalá sea exitoso. El país necesita el éxito de las personas que estén al frente de la seguridad, pero me pregunto si es lo que el Gobierno realmente quiere. La pregunta para ese ministro es qué se está logrando para proteger a los colombianos, cómo se están fortaleciendo las fuerzas, cómo se está derrotando el crimen. Hace diez años yo dejé 465.000 hombres y mujeres en armas en las Fuerzas Militares y de Policía. Hoy estamos en menos de 355.000. Las tropas no tienen los suficientes medios, de cada 100 helicópteros solo funcionan 30, cuando en el pasado funcionaban 70”.

¿Usted se va a lanzar a la Presidencia en 2026?

“No he tomado esa decisión, pero sí he regresado al país para considerar esa opción. Hay problemas graves, y es necesario que el país tenga gente capaz de enfrentarlos con carácter y decisión. Yo quiero saber si los colombianos necesitan eso. Si fuera así, estoy listo a servir”.

¿De qué depende que se convierta en candidato?

“De percibir el apoyo de la población, de percibir que hay el deseo de que llegue gente que tenga carácter y conocimiento sobre los asuntos, porque pareciera que hay todo tipo de jugadores, gente que nunca ha manejado nada y ya quieren manejar Colombia”.

¿Participaría en consultas de la derecha para elegir candidato único?

“Nadie va a llegar al poder solo. Esto es un tema de articular, mirar cómo sacar el país de la crisis. Ni Petro se inventó los problemas ni se los va a llevar cuando se vaya, aquí lo que pasa es que el gobierno Petro ha agravado muchos de los problemas y ha creado otros. Lo que debe ocurrir es que el gobierno de 2026 sea capaz de corregir el rumbo”.

Las encuestas van perfilando a Gustavo Bolívar, Sergio Fajardo y Vicky Dávila. ¿Qué sensación le generan?

“En el caso de Bolívar, es vergonzoso que esté participando en política, ese señor fue promotor de la violencia en 2021 (estallido social). Debería estar respondiendo ante la justicia por haber atentado contra la tranquilidad y la vida de colombianos con su discurso y financiación, que se mostraba orgulloso de haberlo hecho. Al mismo tiempo ha mostrado ninguna competencia. Le dieron cargos en el gobierno y muéstrenme un solo resultado que no sea la politiquería y un beneficio para sí en redes sociales. Es una persona nociva para el pueblo colombiano. Sergio Fajardo es un hombre experimentado con una carrera larga, el país lo conoce y es de gran respeto, ojalá pueda competir. Y Vicky ha sido una periodista valiente, ha estado hablando de frente al país y me parece loable que quiera servirle a Colombia desde otra posición”.

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