Mientras los negociadores de las Farc niegan desde Cuba haber violado su tregua en Colombia, en Antioquia una familia sufre ante la posibilidad de que el cabo Wílder Aguilar Sánchez se convierta en la undécima víctima del ataque guerrillero en Cauca.
El militar, de 28 años, y oriundo de Medellín es uno de los 20 uniformados que resultaron heridos en el ataque guerrillero y presenta muerte cerebral. Según el dictamen médico de la clínica Valle del Lili, en Cali, sigue “en estado crítico con pronóstico reservado con una lesión neurológica severa producto de las heridas”.
Fuentes militares indicaron que sus parientes fueron informados de la gravedad de las lesiones, que en el peor de los casos y si no hay mejoría, obligarían a “desconectarlo” de los equipos que lo mantienen con vida asistida.
En Andes, donde reside su familia, anunciaron una marcha en solidaridad con la familia del cabo Aguilar.
Los altos mandos militares también reiteraron la continuación de los operativos militares y bombardeos contra el grupo guerrillero, tras la orden presidencial de reanudar los ataques aéreos.
Así lo afirmó el comandante del Ejército, general Jaime Lasprilla: “se siguen realizando operaciones para salvaguardar la integridad de toda la población y usaremos la fuerza legítima del Estado para contrarrestar cualquier asomo de violencia en el país”.
Reiteró que la muerte de los 10 militares en Buenos Aires (Cauca) “fue una acción terrorista premeditada, planeada y deliberada por parte de la columna móvil Miller Perdomo de las Farc, al tiempo que aseguró que la guerrilla “defraudó la confianza de los colombianos”.
Tras practicarse las necropsias, el director de Medicina Legal, Carlos Valdés, descartó que los militares murieran por tiros de gracia de los subversivos. Seis de los 10 uniformados fallecieron por arma de fuego. “No hubo disparos a corta distancia y hay lesiones por explosivos”, explicó.