La seguridad ha sido una de las banderas políticas del gobernador del Meta. No en vano, Juan Guillermo Zuluaga es conocido en la región como ‘Juan sin miedo’, apodo que él mismo se puso durante la campaña en las elecciones regionales del 2019 y que ha caracterizado su discurso contra las disidencias de las Farc, las mismas que lo atacaron con explosivos este lunes durante una correría por el sur del departamento.
Las bombas ocultas bajo un montón de tierra en el poblado Cristalina de Losada, zona rural de La Macarena, dejaron lesionados a un niño y a un adulto, pero no lograron amedrentar a Zuluaga, quien continúo con su caravana por el sur del Meta en compañía del 90% de su gabinete, pese a estar pisando el patio de ‘Iván Mordisco’ y ‘Gentil Duarte’, capos disidentes de las Farc a los que responsabiliza del ataque.
Pero este no fue el primer susto. El domingo anterior, un día antes del atentado, dispararon contra la camioneta que él manejaba cuando pasaba por El Planchón del Guayabero, en límites entre los municipios de Uribe y Macarena, mismo punto donde asesinaron a un soldado 10 días atrás.
“La comunidad nos ha dicho que esos señores están muy molestos con nuestra presencia y hacen todo tipo de actos para intimidarnos, para seguir reinando”, le dijo el gobernador a EL COLOMBIANO.
Aunque le habían alertado que era “objetivo militar” y el ministro Carlos Holmes Trujillo –fallecido en enero del 2021– le reveló el año pasado un plan criminal para acabar con su vida, él no ha parado de denunciar a las disidencias por la extorsión a comerciantes y la tala ilegal de bosques en su departamento, razón por la que cree lo tienen en la mira de la que se resguarda en la fe: “Creo plenamente en Dios, por lo que confío en su santa voluntad. Me aferro a eso y al cuidado y protección de las autoridades”.
Y esa cruzada que tiene contra el delito es la que lo llevó a visitar el sur del departamento, territorio que –según él– ningún gobernador había visitado antes.
Su iniciativa es la que valora la presidenta de la Cámara de Representantes, Jennifer Arias, del Centro Democrático y oriunda del Meta, respaldando las acciones del mandatario en zonas de conflicto.
“Él llega a zonas donde no ha habido presencia estatal, y donde es muy importante hacerla. Su posición en defensa del orden y la seguridad generan este tipo de situaciones lamentables y que no deberían ocurrir, pero serán las autoridades las que determinen qué fue lo que pasó”, expresó.
Y es que las disidencias estaban mostrándole los dientes a ‘Juan sin miedo’, porque estaba acercándose a territorios históricamente dominados por los exFarc, y considerados santuarios, como el campamento Casa Verde sobre el que se dirigió la conocida Operación Colombia, en diciembre de 1990.
“La exguerrilla quería intimidarlo, pero él ha invitado a las comunidades a que no se dobleguen ante las fuerzas oscuras”, dijo el diputado Henry Ladino, de Cambio Radical, aplaudiendo el esfuerzo del gobernador en hacer presencia estatal en esa zona.
De cara a las circunstancias
El de Juan Guillermo Zuluaga no es un nombre nuevo en la política del Meta, aunque es oriundo de San José del Guaviare.
En el Llano se dice que su actividad en la política está ligada al empuje que le dio su trabajo con la exrepresentante a la Cámara Betty Camacho de Rangel, asesinada en Villavicencio el 26 de julio de 1998 y quien fue una de los 110 congresistas investigados por la Corte Suprema de Justicia en su relación con el voto en el juicio que absolvió al expresidente Ernesto Samper,en la investigación por ingreso de dineros del narcotráfico a su campaña.
Zuluaga se casó con María Angélica Rangel Camacho, hija de la fallecida excongresista. Dicen que ese espaldarazo político lo llevó a ser concejal de Villavicencio entre 1998 y 2003, y luego a ganar la Alcaldía de esa misma ciudad en el 2012 con 59.268 votos, avalado por el Partido de la U.
Luego de eso, trabajó con el vicepresidente Óscar Naranjo en 2017 y ese mismo año fue designado coordinador de la visita del papa Francisco a Colombia, ocurrida del 6 al 10 de septiembre.
Un mes después, en octubre, fue nombrado como Ministro de Agricultura por Juan Manuel Santos, puesto en el que estuvo hasta julio de 2018.
Luego de ese cargo, empezó a cimentar su campaña a la Gobernación, que ganó en el 2019 con 152.798 votos siendo el candidato de la coalición ‘Hagamos grande al Meta’, integrada por los partidos Liberal, La U, Cambio Radical, Conservador, ASI, Mais, Colombia Renaciente, Aico y Mira.
Su autodenominación como ‘Juan sin miedo’ viene desde cuando era alcalde de Villavicencio, donde hacía campaña asegurando que compraría un helicóptero para luchar contra la inseguridad en la ciudad, tema que también fue central en sus mitines para la gobernación, aunque tales patrullajes no se vieron en la región, dicen sus opositores.
“Está obsesionado con parecerse a Álvaro Uribe, cree que las soluciones del país pasan por la seguridad y también quiere ser presidente. Está basando su política en eso”, considera el diputado Arley Gómez Hernández, de la Alianza Verde, y quien ingresó a la Asamblea del Meta luego de quedar de segundo en su aspiración por la gobernación.
El diputado opositor ha cuestionado la gestión de Zuluaga, indicando que sus proyectos van a paso lento y que las obras que ha inaugurado eran proyectos pendientes de la pasada admnistración.
A juicio del diputado Henry Ladino, el gobernador ha tenido una “buena” administración, teniendo en cuenta las condiciones de crisis que generó la pandemia del covid-19.
“Con lo que he sido crítico es con su llamado a tomar justicia por mano propia, porque no se puede suplantar a la autoridad, aunque reconozco que hay que invitar a la solidaridad para contrarrestar al crimen y la violencia”, afirmó.
Dijo que en el Meta es conconocido que Zuluaga ha ayudado jurídicamente a ciudadanos que han intervenido para evitar robos y que ha pagado con sus recursos los daños de vehículos que las personas han lanzado contra los delincuentes, acción que ha promovido en diferentes oportunidades.
En agosto del 2020 dijo en declaraciones a la televisión nacional que, en una ocasión, persiguió a las 2:00 a.m. a unos ladrones que estaban robando una casa: “Los alcanzamos en mi vehículo y se los entregamos a las autoridades. Resultó siendo alias ‘el Osito’. un muchacho con un prontuario increíble para su corta edad”.
Agregó que es un hombre que le pone la cara a las circunstancias: “Ese es mi modo de actuar y ojalá eso no les moleste a las personas”.
Violencia contra políticos
El atentado al gobernador del Meta es otra de las alertas del recrudecimiento de la violencia en el país, pero generó alarmas porque no hay antecendentes recientes de este tipo de acciones contra gobernadores en ejercicio.
En agosto de este año, el gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, salió de colombia por las amenazas de un atentado contra su vida, al parecer planeado por el Clan del Golfo, razón por la que pidió medidas cautelares ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
El pasado 6 de julio del 2021, la Fiscalía General alertó de un plan para atacar con bombas molotov a la casa del gobernador del Quindío, Roberto Jairo Jaramillo, en el municipio de Montenegro, luego de evidenciar conversaciones de jóvenes que estarían involucrados en delitos, y que habían quedado en libertad.
Dos días después, el 8 de julio, se conoció que el gobernador del Caquetá, Arnulfo Gasca Trujillo, recibió cinco amenazas en su despacho, al parecer de disidentes de las Farc. En ese entonces se denunció que el mandatario no se movía en carro blindado.
En ese mismo departamento fue asesinado Germán Medina Triviño, exgobernador del Caquetá, luego de ser blanco de un ataque sicarial en la ciudad de Florencia, el 30 de marzo del 2021.
Pero el episodio más alarmante es el atentado contra el presidente Iván Duque, ocurrido el 25 de junio de 2021, cuando disidentes del frente 33 de las Farc dispararon contra el helicóptero en el que también viajaban, entre otros, el gobernador de Norte de Santander, Silvano Serrano Guerrero
El ataque a la comitiva del Gobernador Zuluaga se perpetró con una bomba encaletada bajo tierra en la parte sur del Meta. FOTO:Cortesía
LA GUERRA QUE SE RECICLA
El departamento del Meta ha sido un refugio para la criminalidad desde hace varias décadas, al punto que fue una de las regiones que les sirvió de resguardo y cuartel general a las extintas Farc que, al mando de Jorge Briceño, alias ‘Mono Jojoy’, y Miguel Marulanda, conocido como ‘Tirofijo’ –el primero dado de baja en un bombardeo en 2011 y el otro fallecido de muerte natural en 2008–, consolidaron allí al sangriento bloque oriental. La estela de sangre y fuego que dejaron con el accionar violento que por más de tres décadas lideraron en esa región, no terminó con el proceso de paz que se firmó con esa guerrilla en 2016 y del cual, de forma indirecta, surgieron las llamadas disidencias que terminaron atentando esta semana con una bomba contra el gobernador Juan Guillermo Zuluaga. En efecto, dos viejas caras conocidas de la delincuencia y el narcotráfico en el Meta, los capos ‘Gentil Duarte’ e ‘Iván Mordisco’ (por quienes hay recompensas de hasta $2.000 millones), les disputan a estructuras del Eln y el Clan del Golfo las rutas del narcotráfico por las que se saca la cocaína que producen las 1.234 hectáreas de cultivos de uso ilícito que hay en ese departamento. Estas economías ilícitas, que están siendo combatidas con la llamada Fuerza de Tarea Omega del Ejército, se conectan con el Guaviare y con Caquetá, donde confluyen con las estructuras que comanda otro tristemente histórico de las Farc y por quien Estados Unidos ofrece una recompensa de hasta 10 millones de dólares por narcotraficante: ‘Iván Márquez’, de quien se sabe se refugia en territorio venezolano. Una fuente de inteligencia militar le dijo a EL COLOMBIANO que se analiza información recogida en terreno por fuentes humanas que da cuenta de al menos dos encuentros presenciales entre estos tres capos –’Márquez’, ‘Duarte’ y ‘Mordisco’–, con el fin de construir una posible alianza criminal que, sumados, les daría el manejo de poco más de 1.500 hombres en armas. Y el gobernador Zuluaga, en diálogo con este diario, confirmó que la Cristalina de Losada, donde atentaron contra su vida este lunes, colinda con los municipios de Uribe y Mesetas, y está cerca de los parques naturales Tinigua, Picachos y Macarena, por donde estas disidencias controlan con fuego y coca todo tipo de actividad de la población civil. “Donde hay abandono del Estado reina la delincuencia, y eso es lo que no podemos permitir”, precisó Zuluaga. Por ahora, las autoridades adelantan un barrido en la zona del atentado al Gobernador, con el fin de descartar que ‘Mordisco’ y ‘Duarte’ puedan perpetrar otro ataque.