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Encuesta: la mayoría de ginecólogos está a favor de despenalizar el aborto

La objeción de conciencia suma el 38 %. Hay déficit de profesionales en las ciudades más pequeñas del país.

  • Tras la despenalización del aborto, las mujeres aún encuentran barreras en el acceso a este servicio de salud. FOTO: MANUEL SALDARRIAGA
    Tras la despenalización del aborto, las mujeres aún encuentran barreras en el acceso a este servicio de salud. FOTO: MANUEL SALDARRIAGA
31 de mayo de 2022
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38%
de los ginecobstretas entrevistados dijo ser objetor de conciencia.

A casi cien días de que se despenalizara el aborto, una encuesta reveló que la mayoría de los profesionales de la salud a quienes les corresponde realizar estos procedimientos están en desacuerdo con que la práctica sea concebida como un delito.

En la medición participaron 246 ginecobstetras que están afiliados a la Federación colombiana de ginecología y obstetricia (Fecolsog). El estudio fue revelado durante un congreso nacional de especialistas que se estaba haciendo en Medellín esta semana, pero recoge datos de 2021. Es decir, antes de que la Corte Constitucional decidiera despenalizar el aborto.

Los hallazgos muestran que si bien el grueso de los especialistas –el 75 %– son partidarios de que esa práctica médica no sea considerada como un delito, no todos tienen la formación suficiente para practicarlo.

Según Causa Justa, la falta de conocimiento se evidencia, al menos, en las técnicas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por un lado está la entrega de medicamentos que provocan el aborto, una técnica que puede usarse hasta la semana 12 de gestación. Del otro, están las intervenciones quirúrgicas para practicar la interrupción voluntaria del embarazo (IVE), las cuales se hacen en estados de gestación más avanzados.

En este conjunto entran procedimientos como la aspiración endouterina, que la guía del Royal College of Obstetricians and Gynaecologists recomienda hasta la semana 14. Y para etapas más avanzadas se usa una intervención conocida como dilatación y curetaje, que implica extraer tejido del útero.

Las cifras que recogió Causa Justa mostraron que en su totalidad, entre el 50 % y el 58 % de los encuestados dijo que no recibió el entrenamiento adecuado para prestar estos servicios médicos.

Desigualdad entre ciudades

La encuesta también mostró que las mujeres que se encuentran en municipios pequeños podrían enfrentar más barreras para acceder a la IVE en comparación a aquellas que se encuentran en ciudades grandes.

Cuatro de cada cinco especialistas, subespecialistas o residentes dijeron que se encuentran en ciudades capitales. Como las universidades se concentran generalmente en los grandes centros urbanos de los departamentos, la formación de médicos especialistas también.

Lo mismo sucede con las redes hospitalarias: generalmente los hospitales y clínicas de mayor complejidad están en las ciudades más grandes. En otras palabras, el mercado laboral en salud para los especialistas es mucho más rico en los centros urbanos que en los centros rurales dispersos.

A esto se suma que la proporción de los ginecobstetras que no están dispuestos a realizar un aborto es más alta en municipios de menor tamaño. De acuerdo con Causa Justa, son el 28 % en las ciudades grandes, el 30 % en las medianas y el 40 % en las ciudades más pequeñas.

La objeción de conciencia

El 38 % de los ginecobstetras encuestados respondió que se declara como objetor de conciencia frente a la IVE. Es decir, que tiene impedimentos éticos, morales, religiosos o filosóficos por los cuales se niega a realizar estos procedimientos.

“Lo que uno se imaginaría es que la mayoría de ginecólogos son objetores. Pero, realmente, la mitad de los ginecólogos encuestados sí presta los servicios de aborto”, indicó Laura Gil, ginecobstetra y miembro del movimiento Causa Justa.

Señaló, sin embargo, que los ginecólogos no son los profesionales que prestan las IVE en Colombia. De hecho, advirtió que el grueso de estos servicios de salud están limitados a los médicos generales.

Y sostuvo que el 45 % de ginecólogos que son objetores de conciencia y no están de acuerdo con el aborto dijeron que procuran no actuar para generarles barreras a las pacientes. “Remiten, informan, no dan información sesgada y cumplen con las reglas constitucionales de la objeción de conciencia”, puntualizó.

Para objetar conciencia, sin embargo, hay unos requisitos mínimos que ha impuesto la Corte Constitucional. Entre otras cosas, los médicos deben comunicar su objeción de conciencia de forma previa a la solicitud de un procedimiento y no pueden ejercer este derecho de forma colectiva.

Esto es clave, porque el derecho a la objeción de conciencia del personal médico en Colombia ha provocado fuertes debates jurídicos en los últimos años, no solo en materia de abortos, sino también en prácticas como la eutanasia y, más recientemente, el Suicidio Médicamente Asistido (SMA).

La línea que ha dado la Corte Constitucional sobre este tema apunta, básicamente, a que la objeción de conciencia debe ser un derecho personal del médico tratante, mas no una atribución de las instituciones. Es decir, un ginecólogo puede negarse a practicar un aborto, pero el hospital o clínica donde trabaja no.

Además, la alta corte ya ha dejado claro en el pasado que el derecho a la objeción de conciencia solo lo pueden ejercer los médicos que tienen que realizar el procedimiento. En otras palabras, no aplica para funcionarios administrativos, enfermeras, ni profesionales de la salud que no estén involucrados directamente en la IVE.

La preocupación de Causa Justa radica en que el otro 55 % podría estar poniéndoles barreras a las mujeres que quieren practicarse una IVE. “Al no cumplir con las obligaciones de remitir e informar en todos los casos o al prestar el servicio, obstruyen el derecho de quien solicita la IVE a obtenerla”, advirtieron las mujeres de Causa Justa a través de un comunicado.

Con la despenalización, sin embargo, se espera que el Estado, las universidades y los propios profesionales trabajen de la mano para agilizar los procesos de IVE y evitar al máximo las barreras para acceder a este servicio médico (ver Radiografía)

Sebastián Ramírez Torres

Iba a ser médico, pero me volví periodista. Me gusta debatir y hablar mucho y de todo. Creo que la información es un patrimonio inmaterial y público.

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